“Quieren manipular, piensan que pueden, pero no”
Ignacio Ramonet es uno de los analistas políticos más importantes del mundo hispano. En un breve paso por Córdoba, señaló que a las reformas agrarias que se exigían en los 60’, hoy le siguen las reformas mediáticas. Y que más allá de lo que se diga, los medios no pueden manipular todo.
_ Argentina, desde mediados de 2007 a esta parte, se ha convertido en un caso de laboratorio para analizar la relación entre el poder y los medios. Este periodo de tiempo se podría llamar ‘el fin de la sutileza’, ya que el enfrentamiento es, literalmente, cuerpo a cuerpo. ¿Conoce algún caso análogo?
_ No conozco bien el caso argentino, pero sí el venezolano, que se remonta a 1999. Lo medios organizaron el Golpe de Estado de 2002, los autores intelectuales fueron varios propietarios de grupos mediáticos. El ataque mediático no cesa, la SIP sigue atacándolo cada año en su Asamblea. Y el hecho de que los medios privados ataquen con tanta violencia al gobierno de Chávez, hace que a escala internacional el debate argentino no sea visto, se ignora. La prensa del mundo está interesada en querer mostrar que Chávez quiere instalar un sistema totalitario. Pero es normal que esos debates se produzcan, porque pasamos de una situación en la que unos pocos grupos privados han dominado desde hace decenios, en casos más de un siglo, el sector de la comunicación, a la necesidad ahora de compartir ese sector: no se trata de expulsarlo, ni de reducirlo, ni en Venezuela, ni en Ecuador ni en Bolivia, nadie ha dicho que a partir de ahora no va a haber más medios privados, nadie ha dicho eso, lo que se ha dicho es que partir de ahora va a haber un sector público que es necesario en todos los países. Y es normal que los otros se defiendan, claro, hay que ver qué armas utilizan para defenderse. Yo hablo de latifundios mediáticos. Antes, cuando el poder se basaba en la posesión de la tierra, los poderosos eran grandes hacendados, y en este país se sabe muy bien eso. ¿Y cuál ha sido la reivindicación histórica de América latina? Este año celebramos el siglo de la Revolución Mexicana, que se hizo al grito de tierra y libertad. Hoy, el poder está en el poder mediático, la información es una materia prima estratégica, que permite un enriquecimiento rápido e importante. Y por consiguiente, de igual manera que antes se reclamaban reformas agrarias contra los latifundios, hoy se están reclamando reformas mediáticas, y avanzan como avanzaron las agrarias. Recuerden que en los años 50’ y 60’, el simple hecho de que un gobierno propusiera una reforma agraria, le valía un Golpe de Estado. Recuerden que la Guerra Civil española se desencadenó porque la República quería hacer una reforma agraria, al igual que Jacobo Arbenz, que quiso hacer una reforma agraria en el ‘54 en Guatemala y le hicieron un Golpe de Estado. No se podía hablar de reforma agraria, hasta que los propios norteamericanos con Keneddy, decidieron que no había que darle ese argumento a la Revolución, sino que había que hacer la reforma agraria. Y fueron muchos países autoritarios los que hicieron la reforma. Hasta los 60’, hablar de reforma agraria conllevaba la idea del Golpe de Estado. A fines de los 90’, Chávez fue el primero en hablar de reforma mediática y tuvo un Golpe de Estado. Y hoy estamos en eso. No hay que sorprenderse, forma parte del debate necesario. Sería anormal que los grupos que poseen todo el espectro mediático se dejasen desposeer, cuando además creen que pueden manipular la opinión. Pero también, lo que pasa hoy, es la prueba de que no pueden manipularla, porque en la mayoría de estos países, cuando ha habido reformas mediáticas, denunciadas radicalmente por los grandes medios dominantes -hasta en Venezuela la mayor cantidad de medios es privado-, a pesar de eso, cada vez que hay elecciones, la sociedad le da la razón al gobierno. Es la prueba de que los medos no manipulan todo. Quieren manipularlo, piensan que pueden, pero no.
RECUADRO
OLVIDENSÉ DE HAITÍ
Mi amigo Kapucisnky contaba que cuando él iba a Etiopía, lo hacía en barco y tardaba mucho tiempo en llegar. Y antes de ir, leía muchos libros sobre el lugar y cuando llegaba, sabía muchas cosas de Etiopía, y lo que escribía no sólo servía para mañana. Hoy, ocurre el terremoto gravísimo de Haití. En las horas siguientes llegan miles de periodistas, que a veces es una plaga que se añade a las plagas que ya hay. Y como hay que gestionar a esa gente, y nadie lo hace, empiezan a decir: “El gobierno es incapaz de poner orden en este país”, y lo dicen porque no han encontrado agua para ellos, alojamiento para ellos. La primera vez en sus vidas que llegan y apenas llegan los medios les están pidiendo el reporte integro de lo que está pasando. No tienen ni idea de lo que pasa, no hablan la lengua, no conocen la historia de Haití. Todo eso hace que el periodista tenga condiciones muy complicadas. Además, mandan a uno que va a ser todo sin saber nada. No ha tenido tiempo para prepararse, lo único que pudo hacer es enterarse de lo que dice CNN. Todas estas condiciones hacen que la crisis del periodismo se haya agravado aún más. Y cuando lleva 2 ó 3 semanas, cuando el periodista por fin sabe algo de Haití, a nadie le interesa Haití, porque están todos con el terremoto de Chile. Tenemos un sistema que es amnésico, que sólo vive para la rapidez, que es puramente coral; es lo mismo ver el terremoto de Haití en cualquier canal: va a ver las mismas imágenes, los mismos análisis. ¿Para qué sirve toda esa cantidad de medios si es la misma canción? Es un coro.
RECUADRO
ADÓNDE VA LA PLATA
El receptor se encuentra hostigado y culpabilizado por el medio, porque ahora nos hemos habituado a que cuando hay una catástrofe, los culpables somos nosotros, porque no damos suficiente dinero, no damos suficiente ropa. Inmediatamente hay que ayudar. Es la privatización de la ayuda, pasa por el hecho de que son los ciudadanos los que tienen que ayudar. Se estima que los estragos en Haití son del orden de los u$s 40mil millones. Todos los países que se han reunido no han juntado, entre todos, más de u$s 150 millones. Es ridículo. A los ciudadanos hay que mostrarles imágenes que van a provocar sentimientos de adhesión, de piedad, de solidaridad, pero la maquinaria funciona de esa manera, culpabilizándonos. Y luego se producen unos atascos, nunca sabemos qué se hace con ese dinero. Cuando pasó el tsunami, hubo tanto dinero, que sólo se otorgó al área dañada el 20% de los que se recaudó, y el resto fue a África, lo que está muy bien, pero la gente protestó porque había dado para Indonesia y no para África. Todo está muy mezclado.
RECUADRO
A FORMARSE
Hoy hay un sector que le interesa mucho al público: la información de tipo ecológico, que no se puede dar de cualquier manera, porque es una información casi científica. Hoy, cuando la ciencia y la técnica son tan importantes, no se forman suficientes periodistas en ciencia y técnica. Y para formarlos en esas materias, no sólo se le pueden dar técnicas periodísticas, sino también conocimientos científicos. Lo mejor es que sean científicos que se dediquen al periodismo. Hay que reclutar licenciados en Ciencias Naturales o Químicos, que ya tienen una formación. En estos temas no se puede ser aproximativo. Además, hay muchas cosas que tienen que ver con la ciencia, que interesan al público y que no son para nada de actualidad: la astrofísica, la formación de los planetas. E interesa porque este planeta se acaba sino tomamos medidas. Y los periodistas ‘normales’ no pueden dar esa información, hay que transformarla en especialidad. Lo mismo pasa con la economía. Creo que cada vez más hay que especializar a los periodistas. Si queremos hacer periodismo de fondo, hay que especializarlo.
lunes, 10 de mayo de 2010
EDGARDO FORM
“El sistema financiero debe ser un servicio de interés público”
Con el firme propósito de dar el debate sobre la actual Ley de Entidades Financieras, Edgardo Form pasó por Córdoba y explicó por qué es preciso modificarla.
Los $8 mil millones de ganancias de los bancos durante 2009 es una de las causas de la próxima y difícil parada.
VIEJA LEY, ¿FUTURA LEY?
_ ¿Cómo se describe, en términos generales, la actual Ley de Entidades Financieras?
_ El 2 de abril de 1976, pocos días después del Golpe de Estado, el entonces Ministro José Alfredo Martínez de Hoz, anunció los lineamientos de un plan económico que venía a transformar la República Argentina. Y ente otras cosas, anunciaba la finalización de la intervención estatista en la economía, que no era otra cosa que la puesta en marcha de lo que conocemos y que tenía como ecuación: Estado mínimo, Mercado absoluto. Los resultados los sufrimos años posteriores y todavía recibimos los coletazos de aquel entonces. La Ley y los paquetes de leyes que se fueron instalando, hicieron un andamiaje jurídico legal para sostener este modelo de concentración de la riqueza, exclusión social, subordinación a intereses extranjeros y un condicionamiento a las órdenes del Fondo Monetario Internacional y otros organismos extranjeros. La Ley de Entidades Financieras fue clave en ese andamiaje y apuntó a privilegiar el negocio bancario por encima de las necesidades de financiamiento de vastos sectores de la sociedad. La filosofía de la Ley, vigente aún después de 26 años de democracia, está centrada en el negocio de los banqueros y en la actividad de la actividad financiera casi como un fin en sí mismo y no como un factor clave para el financiamiento y acompañamiento, a través de la canalización adecuada de los ahorros nacionales, para el desarrollo de la pequeña y mediana empresa, sectores profesiones y otros conjuntos sociales que generan mayor empleo, riqueza y cadenas de valor que aseguran un mercado interno que a su vez sea parte de un proyecto de país que permita crecimiento económico con justicia asocial.
_ El diputado Carlos Heller, referente de su espacio, es quien más ha insistido con la necesidad del cambio de la Ley. ¿En qué se basa el proyecto que están elaborando?
_ Nosotros estamos impulsando una reforma profunda de la Ley, que tiene como filosofía hacer del sistema financiero un servicio de interés público. Que permita la bancarización de la población económicamente activa y que permita financiar en condiciones adecuadas todas las actividades económicas que se desarrollen en las economías regionales y en las micro, pequeña y mediana empresa. No sólo supone un cambio de filosofía, sino también una adecuada regulación de la actividad por parte de la autoridad. Y por eso esto también tiene que ir acompañado por una reforma de la Carta Orgánica del BCRA, que tiene que tener su cuota de autonomía, pero que no tiene que ser autista, su única razón de ser no puede ser únicamente velar por el valor de la moneda, sino también contribuir, mediante regulaciones adecuadas, para poner a las finanzas al servicio de la sociedad. Esto es lo esencial de la filosofía del proyecto, que tiene como referencia experiencias de otros países. Hay que rediseñar el sistema financiero. El año pasado, los bancos ganaron más de $8000 millones. Como contrapartida, hemos constatado la falta de asistencia financiera a un segmento muy importante de la sociedad, sobre todo la actividad empresaria productiva, las Pymes concretamente.
SIN ESTADO O CON ESTADO
_ En términos generales, la Ley permite, entre otras cosas, que los bancos tengan la ganancia que ya ha señalado usted y que los intereses de los préstamos que hoy se toman estén desregulados, fundamentalmente por ausencia de la intervención del Estado.
_ La Ley actual le resta atribuciones al Estado para fijar regulaciones que fijen orientaciones de créditos y las tasas. Por eso entendemos que hace falta regulación. Fijensé ustedes lo que ha pasado en Estados Unidos con el estallido de la burbuja financiera, o lo que está pasando en España, donde el 20% de la población está bajo la línea de pobreza. Y eso es por falta de regulación, hace falta la presencia activa del Estado. Y por eso hay que desarticular el andamiaje jurídico que está inspirado en la filosofía del Estado mínimo y el Mercado absoluto. La Ley actual tiene esa concepción. Y necesitamos que el Estado juegue un papel activo en la economía y en la actividad financiera. Tiene que haber un marco legal y tienen que estar los instrumentos. Uno de los instrumentos es el BCRA, que no puede estar al margen de la política económica, porque eso es como atarle los brazos en la espalda al Poder Ejecutivo para la implementación de políticas. Eso es lo que hay que modificar.
_ Siempre se ha dicho que las más pesadas herencias actuales en materia legal son la Ley de Radiodifusión y la de Entidades Financieras. De la primera sabíamos porqué no se modificaba. De esta, si hubiera que enumerar los motivos por los cuales sigue, ¿cuáles serían?
_ Llegamos a los 200 años de existencia de la República y en nuestro país seguimos sin tener un único proyecto de país. Hay quienes piensan en un proyecto de país para pocos y quienes pensamos en un proyecto de país para todos, para las grande mayorías. Y en función de ese deseo de país, luego vienen las leyes y otras herramientas para sostener uno y otro modelo. ¿Cómo se dirime esa dicotomía, ese conflicto de intereses? En política siempre se resuelve por una relación de fuerzas. Sino fue posible modificar la Ley de Entidades Financieras todo estos años, fue por que pesó la concepción de sectores del privilegio que han gravitado para que esto no se pueda tocar, porque han apostado al país de la concentración económica y la exclusión social, como lo hemos visto durante la dictadura y puntualmente en la década del 90’. Yo creo que es trasladable la experiencia sobre el debate de la Ley de Radiodifusión. Los sectores que se opusieron a ella son los sectores oligopólicos o monopólicos que tienen la hegemonía de la comunicación. Y en el caso de la Ley que regula la actividad financiera, son los grandes grupos económicos entrelazados con los intereses de los grandes sectores financieros, nacionales e internacionales. Recodemos que durante muchos años la política económica de nuestro país estuvo condicionada por la subordinación y el endeudamiento externo con el BM y el FMI. Recordemos que tradicionalmente los ministros de economía iban a Washington a pedir el libreto. Todo eso ha gravitando para la que la Ley siguiera como estuvo. En los 80’ no se pudo avanzar porque pesaron más las concepciones, que son reflejo de los intereses. Y en la década siguiente tampoco se pudo avanzar.
_ ¿Y hoy?
_ Hoy creemos que estamos en condiciones porque está fuertemente en debate el modelo de país que vamos a construir de acá al futuro. Hubo decisión política del Poder Ejecutivo para someter a debate una nueva Ley de Medios. Y esperamos que pase lo mismo con una nueva Ley de Entidades Financieras. Nosotros ya tenemos un proyecto para presentar al debate.
K O NO K
_ Se podría argumentar que la Ley de Medios se llevó adelante por la pelea del gobierno con Clarín. ¿Se va a precisar otra pelea para esta Ley salga adelante?
_ Creo que, para sostener con una decisión política fuerte, el proyecto de Ley que modifique el sistema financiero, inevitablemente, va a generar roces con los que vean vulnerados sus intereses. Si decimos que el año pasado el sistema financiera ganó más de $8 mil millones, un sistema financiero diferente, que apunte a priorizar el servicio a sus clientes y no el negocio, dará como resultado que algunas entidades que ganaron fortuna, ganarán menos en beneficio de la actividad productiva. Y seguramente encontrarán en el parlamento oídos y corazones sensibles a sus demandas. No necesariamente hay que encontrar un enemigo, pero que estos intereses van a expresar su disconformidad, no me cabe duda.
_ Se viene otra difícil.
_ Se viene otra difícil. Si uno toma en cuenta los reclamos de la Asociación Empresaria Argentina, que sería algo así como la crema de la crema del empresariado concentrado, los que fijan precios, los que en las pujas distributivas se quieren quedar con los aumentos salariales de los trabajadores, los que hablan de la hecatombe inflacionaria a causa de los reclamos salariales, esos sectores van a poner obstáculos. Y estos sectores tienen como aliados o como parte de sus grupos a los medios concentrados y tienen expresiones políticas que responden a esos intereses. Lo que hace pensar que un proyecto que recorte privilegios, inevitablemente va a producir tensiones. Frente a eso, creemos que lo que hay que hacer es acumular fuerza, voluntades, capacidad de incidencia, para que las relaciones de fuerza favorables a un proyecto de esta naturaleza permitan llevarlo a la práctica. Obstáculos no van a faltar. No es que seamos agoreros, pero en Argentina coexisten estas dos visiones y el sector que ha sido privilegiado, lo va a querer sostener. La forma en la que se resuelve la gestión será mediante el logro de una relación de fuerzas que permita afirmar esta postura.
_ Heller, quien llevará a Diputados el proyecto, tiene directa vinculación con el Ejecutivo.
_ Tiene buena comunicación con el Ejecutivo, sin prejuicio de que también hay matices de diferencia.
_ Bien, pero Kirchner en su discurso es más ambivalente. En algunas reuniones con empresarios ha dicho que aún no es el momento de modificar la Ley. ¿Saben ustedes en definitiva, cuál es la posición del oficialismo?
_ Hay que aclarar que Heller no forma parte del gobierno, el Partido Solidario tiene una postura de autonomía y no confrontativa con el gobierno. Dejó en claro que hay que trabajar por todo lo que se hizo bien y todo lo que falta. Hay coincidencias con cuestiones de fondo. Obviamente no hay que ser ingenuo y saber que para que esto prospere tiene que haber un amplio sector del Parlamento que lo acompañe. Y ese amplio sector hoy está en el campo del oficialismo y algunos otros posibles aliados. Se trata de construir coincidencias y sumar y restar determinados elementos para que sea acompañado por la más amplia mayoría. Puede ser que el Ejecutivo o Kirchner considere que no es el momento oportuno.
_ ¿Lo consideran así?
_ No lo puedo afirmar, no se lo podría decir. Los discursos del ex presidente no han hecho referencia directa a este tema. Pero la nuestra es una vocación de diálogo.
_ ¿Diálogo en el que van a buscar a la llamada centro izquierda opositora, encabezada por Pino Solanas?
_ Hay vocación de sumar y multiplicar. Hay que tratar de que estas ideas sean respaldas por la mayor cantidad de sectores posibles. Cuando esté listo, habrá que someterlo a la consideración de otros sectores que, deseamos, puedan acompañar. Y en lo que hoy se llama la centroizquierda, aspiramos a tener apoyos en un sentido amplio. Además, a la Argentina le va a ir muy mal sino logramos la unidad de los sectores que queremos un país mejor. Esa fragmentación y cierto canibalismo dentro del espacio que se supone que debe tener coincidencias para mejorar el país, termina favoreciendo el acceso de la derecha y el retroceso de todo lo que se ha podido lograr en estos años.
RECUADRO
HOMBRE COOPERATIVO
Edgardo Form es, actualmente, Gerente General del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos y presidente de de la Confederación Cooperativa de la República Argentina (COOPERAR). Además, integra el Partido Solidario, cuyo máximo referente nacional es el diputado Carlos Heller, ex presidente del Banco Credicoop.
Con el firme propósito de dar el debate sobre la actual Ley de Entidades Financieras, Edgardo Form pasó por Córdoba y explicó por qué es preciso modificarla.
Los $8 mil millones de ganancias de los bancos durante 2009 es una de las causas de la próxima y difícil parada.
VIEJA LEY, ¿FUTURA LEY?
_ ¿Cómo se describe, en términos generales, la actual Ley de Entidades Financieras?
_ El 2 de abril de 1976, pocos días después del Golpe de Estado, el entonces Ministro José Alfredo Martínez de Hoz, anunció los lineamientos de un plan económico que venía a transformar la República Argentina. Y ente otras cosas, anunciaba la finalización de la intervención estatista en la economía, que no era otra cosa que la puesta en marcha de lo que conocemos y que tenía como ecuación: Estado mínimo, Mercado absoluto. Los resultados los sufrimos años posteriores y todavía recibimos los coletazos de aquel entonces. La Ley y los paquetes de leyes que se fueron instalando, hicieron un andamiaje jurídico legal para sostener este modelo de concentración de la riqueza, exclusión social, subordinación a intereses extranjeros y un condicionamiento a las órdenes del Fondo Monetario Internacional y otros organismos extranjeros. La Ley de Entidades Financieras fue clave en ese andamiaje y apuntó a privilegiar el negocio bancario por encima de las necesidades de financiamiento de vastos sectores de la sociedad. La filosofía de la Ley, vigente aún después de 26 años de democracia, está centrada en el negocio de los banqueros y en la actividad de la actividad financiera casi como un fin en sí mismo y no como un factor clave para el financiamiento y acompañamiento, a través de la canalización adecuada de los ahorros nacionales, para el desarrollo de la pequeña y mediana empresa, sectores profesiones y otros conjuntos sociales que generan mayor empleo, riqueza y cadenas de valor que aseguran un mercado interno que a su vez sea parte de un proyecto de país que permita crecimiento económico con justicia asocial.
_ El diputado Carlos Heller, referente de su espacio, es quien más ha insistido con la necesidad del cambio de la Ley. ¿En qué se basa el proyecto que están elaborando?
_ Nosotros estamos impulsando una reforma profunda de la Ley, que tiene como filosofía hacer del sistema financiero un servicio de interés público. Que permita la bancarización de la población económicamente activa y que permita financiar en condiciones adecuadas todas las actividades económicas que se desarrollen en las economías regionales y en las micro, pequeña y mediana empresa. No sólo supone un cambio de filosofía, sino también una adecuada regulación de la actividad por parte de la autoridad. Y por eso esto también tiene que ir acompañado por una reforma de la Carta Orgánica del BCRA, que tiene que tener su cuota de autonomía, pero que no tiene que ser autista, su única razón de ser no puede ser únicamente velar por el valor de la moneda, sino también contribuir, mediante regulaciones adecuadas, para poner a las finanzas al servicio de la sociedad. Esto es lo esencial de la filosofía del proyecto, que tiene como referencia experiencias de otros países. Hay que rediseñar el sistema financiero. El año pasado, los bancos ganaron más de $8000 millones. Como contrapartida, hemos constatado la falta de asistencia financiera a un segmento muy importante de la sociedad, sobre todo la actividad empresaria productiva, las Pymes concretamente.
SIN ESTADO O CON ESTADO
_ En términos generales, la Ley permite, entre otras cosas, que los bancos tengan la ganancia que ya ha señalado usted y que los intereses de los préstamos que hoy se toman estén desregulados, fundamentalmente por ausencia de la intervención del Estado.
_ La Ley actual le resta atribuciones al Estado para fijar regulaciones que fijen orientaciones de créditos y las tasas. Por eso entendemos que hace falta regulación. Fijensé ustedes lo que ha pasado en Estados Unidos con el estallido de la burbuja financiera, o lo que está pasando en España, donde el 20% de la población está bajo la línea de pobreza. Y eso es por falta de regulación, hace falta la presencia activa del Estado. Y por eso hay que desarticular el andamiaje jurídico que está inspirado en la filosofía del Estado mínimo y el Mercado absoluto. La Ley actual tiene esa concepción. Y necesitamos que el Estado juegue un papel activo en la economía y en la actividad financiera. Tiene que haber un marco legal y tienen que estar los instrumentos. Uno de los instrumentos es el BCRA, que no puede estar al margen de la política económica, porque eso es como atarle los brazos en la espalda al Poder Ejecutivo para la implementación de políticas. Eso es lo que hay que modificar.
_ Siempre se ha dicho que las más pesadas herencias actuales en materia legal son la Ley de Radiodifusión y la de Entidades Financieras. De la primera sabíamos porqué no se modificaba. De esta, si hubiera que enumerar los motivos por los cuales sigue, ¿cuáles serían?
_ Llegamos a los 200 años de existencia de la República y en nuestro país seguimos sin tener un único proyecto de país. Hay quienes piensan en un proyecto de país para pocos y quienes pensamos en un proyecto de país para todos, para las grande mayorías. Y en función de ese deseo de país, luego vienen las leyes y otras herramientas para sostener uno y otro modelo. ¿Cómo se dirime esa dicotomía, ese conflicto de intereses? En política siempre se resuelve por una relación de fuerzas. Sino fue posible modificar la Ley de Entidades Financieras todo estos años, fue por que pesó la concepción de sectores del privilegio que han gravitado para que esto no se pueda tocar, porque han apostado al país de la concentración económica y la exclusión social, como lo hemos visto durante la dictadura y puntualmente en la década del 90’. Yo creo que es trasladable la experiencia sobre el debate de la Ley de Radiodifusión. Los sectores que se opusieron a ella son los sectores oligopólicos o monopólicos que tienen la hegemonía de la comunicación. Y en el caso de la Ley que regula la actividad financiera, son los grandes grupos económicos entrelazados con los intereses de los grandes sectores financieros, nacionales e internacionales. Recodemos que durante muchos años la política económica de nuestro país estuvo condicionada por la subordinación y el endeudamiento externo con el BM y el FMI. Recordemos que tradicionalmente los ministros de economía iban a Washington a pedir el libreto. Todo eso ha gravitando para la que la Ley siguiera como estuvo. En los 80’ no se pudo avanzar porque pesaron más las concepciones, que son reflejo de los intereses. Y en la década siguiente tampoco se pudo avanzar.
_ ¿Y hoy?
_ Hoy creemos que estamos en condiciones porque está fuertemente en debate el modelo de país que vamos a construir de acá al futuro. Hubo decisión política del Poder Ejecutivo para someter a debate una nueva Ley de Medios. Y esperamos que pase lo mismo con una nueva Ley de Entidades Financieras. Nosotros ya tenemos un proyecto para presentar al debate.
K O NO K
_ Se podría argumentar que la Ley de Medios se llevó adelante por la pelea del gobierno con Clarín. ¿Se va a precisar otra pelea para esta Ley salga adelante?
_ Creo que, para sostener con una decisión política fuerte, el proyecto de Ley que modifique el sistema financiero, inevitablemente, va a generar roces con los que vean vulnerados sus intereses. Si decimos que el año pasado el sistema financiera ganó más de $8 mil millones, un sistema financiero diferente, que apunte a priorizar el servicio a sus clientes y no el negocio, dará como resultado que algunas entidades que ganaron fortuna, ganarán menos en beneficio de la actividad productiva. Y seguramente encontrarán en el parlamento oídos y corazones sensibles a sus demandas. No necesariamente hay que encontrar un enemigo, pero que estos intereses van a expresar su disconformidad, no me cabe duda.
_ Se viene otra difícil.
_ Se viene otra difícil. Si uno toma en cuenta los reclamos de la Asociación Empresaria Argentina, que sería algo así como la crema de la crema del empresariado concentrado, los que fijan precios, los que en las pujas distributivas se quieren quedar con los aumentos salariales de los trabajadores, los que hablan de la hecatombe inflacionaria a causa de los reclamos salariales, esos sectores van a poner obstáculos. Y estos sectores tienen como aliados o como parte de sus grupos a los medios concentrados y tienen expresiones políticas que responden a esos intereses. Lo que hace pensar que un proyecto que recorte privilegios, inevitablemente va a producir tensiones. Frente a eso, creemos que lo que hay que hacer es acumular fuerza, voluntades, capacidad de incidencia, para que las relaciones de fuerza favorables a un proyecto de esta naturaleza permitan llevarlo a la práctica. Obstáculos no van a faltar. No es que seamos agoreros, pero en Argentina coexisten estas dos visiones y el sector que ha sido privilegiado, lo va a querer sostener. La forma en la que se resuelve la gestión será mediante el logro de una relación de fuerzas que permita afirmar esta postura.
_ Heller, quien llevará a Diputados el proyecto, tiene directa vinculación con el Ejecutivo.
_ Tiene buena comunicación con el Ejecutivo, sin prejuicio de que también hay matices de diferencia.
_ Bien, pero Kirchner en su discurso es más ambivalente. En algunas reuniones con empresarios ha dicho que aún no es el momento de modificar la Ley. ¿Saben ustedes en definitiva, cuál es la posición del oficialismo?
_ Hay que aclarar que Heller no forma parte del gobierno, el Partido Solidario tiene una postura de autonomía y no confrontativa con el gobierno. Dejó en claro que hay que trabajar por todo lo que se hizo bien y todo lo que falta. Hay coincidencias con cuestiones de fondo. Obviamente no hay que ser ingenuo y saber que para que esto prospere tiene que haber un amplio sector del Parlamento que lo acompañe. Y ese amplio sector hoy está en el campo del oficialismo y algunos otros posibles aliados. Se trata de construir coincidencias y sumar y restar determinados elementos para que sea acompañado por la más amplia mayoría. Puede ser que el Ejecutivo o Kirchner considere que no es el momento oportuno.
_ ¿Lo consideran así?
_ No lo puedo afirmar, no se lo podría decir. Los discursos del ex presidente no han hecho referencia directa a este tema. Pero la nuestra es una vocación de diálogo.
_ ¿Diálogo en el que van a buscar a la llamada centro izquierda opositora, encabezada por Pino Solanas?
_ Hay vocación de sumar y multiplicar. Hay que tratar de que estas ideas sean respaldas por la mayor cantidad de sectores posibles. Cuando esté listo, habrá que someterlo a la consideración de otros sectores que, deseamos, puedan acompañar. Y en lo que hoy se llama la centroizquierda, aspiramos a tener apoyos en un sentido amplio. Además, a la Argentina le va a ir muy mal sino logramos la unidad de los sectores que queremos un país mejor. Esa fragmentación y cierto canibalismo dentro del espacio que se supone que debe tener coincidencias para mejorar el país, termina favoreciendo el acceso de la derecha y el retroceso de todo lo que se ha podido lograr en estos años.
RECUADRO
HOMBRE COOPERATIVO
Edgardo Form es, actualmente, Gerente General del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos y presidente de de la Confederación Cooperativa de la República Argentina (COOPERAR). Además, integra el Partido Solidario, cuyo máximo referente nacional es el diputado Carlos Heller, ex presidente del Banco Credicoop.
EDUCACIÓN COOPERATIVA Y BIOARQUITECTURA
Todos del mismo barro
En el corazón de Río Ceballos, la comunidad de la escuela secundaria cooperativa Alfredo Bravo levanta sus instalaciones con sus propias manos y la de voluntarios que se suman a la fiesta. Todo el trabajo está guiado por los preceptos de la bioarquitectura.
En la Alfredo Bravo, todos del mismo barro.
PAREDES QUE EDUCAN
Son apenas las 9 de la mañana de un día que es 24 y es de la Memoria, es la Verdad y es de la Justicia. No hay casualidades que se entrecrucen. Hay coincidencias que los vuelven pura coherencia. El feriado pensado para pensarnos como país, en Río Ceballos se utilizó por más de 150 hombres, mujeres, jóvenes y niños y niñas, para construirse a sí mismos desde el barro de la historia y la fortaleza colectiva.
Lo que los convoca se llama minga. La minga es el nombre dado por las comunidades nativas de este continente a las instancias del trabajo colectivo y comunitario. El trabajo colectivo y comunitario tiene un destinatario: la escuela cooperativa Instituto Técnico Maestro Alfredo Bravo. La escuela, que hoy funciona en un sitio alquilado, está construyendo su sede con sus propias manos y con el barro que nos da la tierra. A partir de las ideas generadas por la Bioarquitectura, que encuentra su epicentro en el Ecobarrio de Salsipuedes, a pocos kilómetros de allí, los que integran la escuela cooperativa lograron darle un punto más a la concepción que llevan adelante. Construyen entre todos: profesores, alumnos, familia. Invitan a todos.
Y el adobe, el noble material de nuestro pasado, es la esencia a partir de la cual, al final de la jornada extenuante, todos descalzos y con barro hasta en las orejas, será pared. Y será futuro.
EL INICIO
Viene clareando el día y ya san más de 50 entre pibes y pibas, profes y voluntarios que se enteraron de la minga por la radio y por el boca en boca y se llegaron hasta el barrio Losa, en Río Ceballos, en donde ya están demarcados, con cimientos incluidos, los 8 octógonos que harán de la escuela Alfredo Bravo una institución en armonía no sólo con la realidad de los hombres y mujeres que la habitan, sino también con el cosmos que los rodea.
Ana Celia Pouza, la directora –ver aparte-, abre la mañana celeste y no pide filas: en esta escuela es todo circular. “Para nuestra escuela no sólo es construir con la minga, es construir colectivamente” les dice a todos y todas, y agrega: “Acá mismo, en Argentina, se puede proyectar sin necesidad de irse a ningún otro país”.
Hay una referencia ineludible: hoy es 24 de marzo. Y el nombre que han elegido para que miles de bocas lo reproduzcan no se puede obviar: Alfredo Bravo, el maestro, el hombre, está presente. Y las palabras, como las cañas, se cortan en este 24 que es de trabajo colectivo y fiesta comunitaria.
“Si participo puedo cambiar las cosas que no están bien”, dice Ana Celia a sus alumnos y el espíritu de Bravo pega en cada cabeza: “Los que estamos aquí estamos porque creemos que podemos construir colectivamente”.
Eduardo ‘Borro’ Marrero, parado al lado de Ana Celia, es el arquitecto que dirige la minga. Descalzo desde la amanecida, como estará hasta el final del día, el Borro, que le ha dado vida a buena parte de las Sierras Chicas con sus construcciones en barro y otros elementos, les explica que la minga es un trabajo colectivo que se ha hecho en las comunidades americanas y que es ancestral: “La tierra es el sustento y es maravillosa. Solo vamos a usar los recursos que nos rodean: cañas, arcilla, paja y arena”, explica, y arenga: “A embarrarse”.
EL BARRO DE LA VIDA
La mañana larga y ya son más de 80 los que se organizan en grupos que se relevan en forma rotativa: algunos al pisadero, otros al andamio, otros a las carretillas y las tareas se siguen distribuyendo. Un pibe se descalza, como harán todos en breve y hasta el final del día, agarra la pala y la mezcla de arena y arcilla y agua será pared será existencia. En una gran batea, partes iguales se armonizan para ser sólo una. El agua las une como une el lazo y en breve ya serán más de 10 adentro del pisadero.
En esta mañana hay experimentación para el que quiere aprender, hay iniciativa propia para los que empujan, hay 10 parados en los andamios entrelanzado las cañas del tiempo y en las paredes, formando la jaula donde la arcillas y la arena se hará pared que proteja y enseñe. Hay otros 10 que se fueron a cortar paja y otros 10 que fueron a buscar cañas. Otras 10 clavan picos en las montañas de arcilla, que cede ante el pedido del acero. Otros 10 llevan y traen caretillas y otros miles y miles se sienten representados en esta otra forma de entender el mundo, la vida, el día.
La minga, que ya es una fiesta, es una instancia comunitaria pocas veces vista.
Hablo con la directora. Le pido que me explique por qué, para construir la propia sede, optaron por este método, teniendo en cuenta que los chicos y chicas egresan especializados en construcción.
_ Este método es milenario, pero hace muchos años que no se utiliza. Cuando aparecen materiales nuevos, se descarta todo lo anterior. Con el adobe hubo un quiebre: en la década del ‘30 irrumpe el negocio del cemento y al mismo tiempo se empieza a hablar del adobe, la vinchuca y la pobreza. El adobe era y es sinónimo de pobre. No fue casualidad. Nuestro compañeros arquitectos, maestros mayores de obras, ingenieros, en sus estudios nunca vieron nada de todo esto.
_ ¿Y cómo llegaron ustedes acá?
_ Siempre hacemos salidas a obras y edificios y una vez fuimos al Ecobarrio de Salsipuedes. Y ahí fue cuando nos encontramos con todo eso y los chicos quedaron enloquecidos. Y elegimos este sistema constructivo porque en Río Ceballos no hay gas natural y calentar un ambiente es muy caro. El adobe permite aislación térmica: adentro siempre hay entre 16 y 18 grados. Es tan sencillo como eso. Y todos los techos tienen lucera, para tener la luz del día en forma permanente. Además, son techos vivos: arriba va tierra y pasto.
Para sembrar los techos, gente del Chateau les donó semillas del césped de la cancha. Al adobe de las paredes, le suman así la aislación térmica y acústica de un techo en donde crece el pasto. “Además –explica Ana Celia- la idea es que todo el espacio que robé abajo para construir, lo pueda recuperar arriba con el techo vivo. Los techos de chapa contribuyen al calentamiento global, por la refracción que producen”, explica. Y cierra: “Pero lo más importante de todo esto es la construcción colectiva. Los incas, cuando una pareja se iba a casar, primero, entre todos, construían la casa. Eso era la minga. Minga es trabajar todos juntos para lograr un objetivo”.
El objetivo son 18 octógonos. Por ellos, en comunidad, van.
FIESTA ARCILLA
En la fiesta de la minga, la pista de baile principal se llama pisadero: la fiesta del barro. Le pregunto a Borro, práctico lo mío, si se podría usar homigonera para armar la mezcla de arena, arcilla y agua y dejar descansar esos pies jóvenes que van y vienen. “Meterte con tus pies y tus manos en la tierra te cambia la psiquis. Ya sos parte del elemento”, me dice.
Me propongo no preguntar más estupideces.
Gabriel Martínez –ver aparte- es maestro mayor de obras y profe en la escuela de dos materias. Antes fue especialista en hormigón. Ahora reconoce de entrada, cuando la mañana acaba de aclarar: “El barro me cambió la cabeza”. El barro, lo dice su cara, lo hace feliz.
Alambres, clavos, martillos. No hay más nada que sea ajeno a la mano más elemental del hombre. Es media mañana y ya no queda nadie calzado ni callado. No se queda callado ni calzado quien quiere vivir feliz. Descalzos, con chacarera de fondo, en el pisadero las patas están naranjas arcillas. Paradas sobre el borde, 10 quinceañeras se abrazan y pisan desde adentro hacia fuera. Su suma el pibe alumno con su madre madre y su hermanito futuro hombre. Es el encuentro que nos hace falta.
El encuentro se produce cada día en la escuela, a la que prefieren definir, además de cooperativa y técnica, como inclusora, “esa es la línea de la pedagogía cooperativa. En nuestra escuela no hay bancos individuales, se trabaja en mesas, para que los chicos se comuniquen, se vean, sepan si están aprendiendo y se puedan dar una mano”.
A eso le suman la otra punta: la Tecnicatura en construcción, con lo que buscan generar en los chicos, a través del trabajo y sin ser esclavos, “futuro, con mucho trabajo en los derechos de los trabajadores, por eso el nombre que hemos elegido para la escuela. Alfredo Bravo fue creador de escuelas, por eso lo elegimos. Nos marcó su trabajo ad honorem. En la escuela se trabaja mucho eso, les enseñamos a que no van a ser trabajadores esclavizados”.
Para esos fines, de acá se van como Técnicos en Construcción y si hacen 7mo año, son Maestro mayor de obras.
El Borro, el arquitecto que forma parte del grupo de constructores del Ecobarrio, en donde cada casa se emprende con la autoconstrucción de los propietarios “y con diversas técnicas de construcción naturales”, no para. Ni hoy ni mañana.
“Hace 10 años aprendí a hacer mi casa de esta manera, rescatando enseñanzas antiguas. Hay muchas cosas que son muy válidas. Ahora estamos rescatando el estucado al fuego, que se hace con cal y marmolina, hacemos un taller, aprendemos y lo empezamos a aplicar. Esto va más allá de la Bioarquitectura, es rescatar un montón de técnicas más genuinas, en donde hay más armonía y belleza”.
_ ¿Por qué decís genuinas?
_ Porque estamos trabajando con materiales de la zona y uno participa como mano de obra. La cadena productiva sos vos, el costo se reduce, hay más posibilidades de construir tu casa. Y la otra es el sentido comunitario de la obra: la solidaridad, el trabajo mutuo y la alegría para construir. Participan los niños, los grandes, todos tienen un lugar.
LA ALEGRÍA ES CIRCULAR
Hay un corazón que los hace vivir: el primer octógono, casi listo, de la serie de 8 que harán en la primera parte, late este 24. Cada cual busca su lugar, haciendo lo que puede, lo que quiere, lo que sabe. Los cimientos de los otros 7 ya están listos para que la tierra en forma de barro tome forma circular.
Antes del mediodía, cuando ya somos más de 100, llega la gringuería con remeras de Project Abroad, un proyecto de Inglaterra que buscar dar una mano en estas cuestiones, según me explica una francesa de nombre Vanesa y ojos claros que se volverán, más tardes, puros como la arcilla. Descalzas, alemanas, holandesas y francesas del mundo moderno ahora zapatean en el lecho de la alegría hecho barro. Uno de los pibes, que no largó el martillo en todo el día, ahora se acuerda de las bondades del pisadero y va hacia él. Pero no pisa: les baila cuartetos a las niñas del primer mundo, que tienen ahora una alegría para sumar a sus blondas vidas.
Ya tarde, lo agarro al Borro y le recuerdo sus palabras tempraneras: La psiquis cambia con el barro.
_ La gente al principio tiene temores de ensuciarse. Y a esta altura del día, tiene alegría de estar sucio.
Viejos y niños y niñas y viejas y jóvenes e incalificables suman más de un centenar que han vuelto al 24, sólo por hoy, ahora, una fiesta. Una fiesta que esos 30 mil que se recuerdan están disfrutando sin que los veamos. Esos 30 mil en las manos callosas de ablandar las cañas, en las patas endurecidas de arcilla reseca, en los hombros gastados de tantas carretillas, en el trabajo colectivo que sí vale la vida. Esos 30 mil viven en la posibilidad de pensar y hacer con voluntad de justicia y con voluntad de belleza.
Un ser bastante imbécil, que hoy maneja la principal ciudad del país, dijo que ciertas ideas, por muy románticas, no pueden concretarse.
¿Entenderá ahora algo este ser bastante imbécil?
Toda la escuela serán unos 18 octógonos con luz propia prestada, a través de las luceras centrales del techo, por el sol. Explica Martínez: “La mejor estructura sismo resistente es la que tiende a ser un círculo, por eso elegimos la octogonal. Y empezamos a diseñar lo que queríamos que fuera nuestra escuela, con aulas octogonales y sistema de estructuras independientes de madera, que no trabajan junto a la pared”. Éstas se realizan con un sistema llamado quincha, que son “jaulas de cañas agarradas a la estructura de madera y dentro de la jaula se rellena con adobe”.
El adobe de la fiesta que va subiendo hacia el techo cuando el día va acabando.
Y la alegría de las manos y el color de la arcilla, el sol del 24 y las sierras que amparan. Y los cientos y cientas que durante todo el día pusieron manos y pies y callos y corazón y cabeza no sólo para levantar paredes y una escuela y futuro y otro país. También para demostrar que la gente buena, la que se anima a encontrarse con el mundo real y a soñar el mundo ideal, es toda, toda, del mismo barro.
RECUADRO
BREVÍSIMA HISTORIA DEL BRAVO
La historia de esta escuela inicia en 2004. Y ese punto de partida, claro, es en una charla de café, el territorio más fructífero que pueda haber en este Sur del mundo. Por entonces, Río Ceballos tenía 22 mil habitantes y sólo 2, dos, escuelas secundarias. “Las estadísticas -cuenta Ana Celia Pouza, la directora del Bravo- nos decían que el 50% de los chicos que salían de la primaria estaban sin lugar. ¿Dónde estaban? El 30% se repartía en escuela de otros pueblos y de Córdoba y el restante 20%, en la calle, sin escolarización. Muchos estaban preocupados porque los jóvenes toman y esas cosas, pero entonces démosle oportunidades”.
El ex Intendente del pueblo, poco sensible a ciertas necesidades básicas, les dijo: “Escuela, acá, no hace falta”. Y tuvieron que rebuscársela solos. A partir de eso generaron la cooperativa de trabajo –el Instituto Técnico-, sortearon las infinitas tramas de la burocracia y largaron con dos cursos. Ambos, llenos. Escuela, acá, hacía falta.
Trabajaron durante 4 años sin cobrar un peso, hasta que en noviembre de 2007 llegó el dinero para el cuerpo docente que le puso el cuerpo a esta experiencia inédita.
Hoy, hasta tanto terminen el propio edificio en el terreno les donó la Municipalidad de Río Ceballos, funcionan en un ex hotel que, literalmente, “se cae”. Tienen una sola sección por curso, con 36 alumnos. Las preinscripciones, todos los años, llegan a casi 100. Es decir, 2 tercios se quedan afuera.
Acá, y allá, y más allá, siempre, hacen falta escuelas. Muchas escuelas.
RECUADRO
¿POR QUÉ COOPERATIVOS?
Ana Celia Pouza es profesora de Educación Física. Desde allí comenzó su ocupación en tratar de salvar las exclusiones que generaba su especialidad. “Siempre hay un primero, un gordito que va al arco, por eso tomé la educación física desde otro ángulo y profundice en la idea del Deporte para todos, que ya desde el ‘76 se practicaba en los países nórdicos. Veíamos el quiebre que iba produciendo ese mirar tan egoísta de las personas”.
Esto los convirtió en cooperativos, técnicos e inclusores.
RECUADRO
DURA LA HISTORIA
Gabriel Martínez es Maestro mayor de obras y profesor en la Bravo. Formado en sistemas constructivos tradicionales, en una de sus materias ven los distintos sistemas constructivos, entre ellos la Bioarquietectura.
_ Te dedicaste, antes, al hormigón, ¿por qué apostarle ahora al barro?
_ Mi casa la hice con bloques de cemento. Térmicamente, no son lo mejor. El adobe tiene condiciones térmicas que no las tiene ningún otro material. Hay gente que en el Norte les han dado las casas de plan y dejaron su rancho de adobe, pero en verano tienen que volver porque no aguantan el calor. Acá hacemos un mix de lo que creemos más conveniente. La pared de adobe tiene más inercia térmica, eso es fundamental. La calefacción es minima y no hace falta aire acondicionado. La naturaleza nos enseña estas cosas. Además, no genera escombros, porque el mismo barro, o lo mojás y lo volvés a utilizar, o vuelve a ser parte de la tierra. Hay que observar y aprender. Si yo tuviera que volver a hacer mi casa, no la haría con bloques de cemento.
_ ¿Y la plata?
_ La economía que se logra es mucho mayor. Para hacer un octágono de ladrillo común, necesito 3mil pesos de ladrillo. Acá vamos a usar una camionada de arcilla y una de arena, que me salen $500. Todo lo otro se consigue gratis: tierra, cañas, paja, rastrojos de cereal. Hoy somos muchos, pero una pared la pueden hacer tres personas que no sean especializados, en cambio para la pared de ladrillos sí necesitás mano de obra especializada, que toma el 50% del costo total. Los chicos trabajan y se entretienen con el barro. Vamos generando un cambio de mentalidad.
_ El cemento que usan es mínimo, ¿por qué es preferible evitarlo?
_ Para generar el cemento, necesitamos elevar el material alrededor de los 1000 grados, generando una gran contaminación y un gran gasto de gas, además el calor térmico que esa energía produce y se pierde en el ambiente. El cemento es altamente contaminante. Más lo que supone el transporte, el gasto en rutas, en combustible, el papel para las bolsas. De todos modos no decimos no al cemento, sino que consideramos que la producción es excesiva. En muchos casos nos es útil. Los intereses económicos son muy grandes y el cemento ha recibido una publicidad que este sistema constructivo no ha tenido.
_ ¿Cuál es la vida útil de una construcción del tipo?
_ Las casas construidas desde antes del ‘20 eran casi todas de adobe; si estuvieron bien hechas, aún están en pie. El único punto en contra es la lluvia. Pero está todo pensado para evitar que filtre el agua. Hay iglesias hechas con adobe en pie que son del 1800.
En el corazón de Río Ceballos, la comunidad de la escuela secundaria cooperativa Alfredo Bravo levanta sus instalaciones con sus propias manos y la de voluntarios que se suman a la fiesta. Todo el trabajo está guiado por los preceptos de la bioarquitectura.
En la Alfredo Bravo, todos del mismo barro.
PAREDES QUE EDUCAN
Son apenas las 9 de la mañana de un día que es 24 y es de la Memoria, es la Verdad y es de la Justicia. No hay casualidades que se entrecrucen. Hay coincidencias que los vuelven pura coherencia. El feriado pensado para pensarnos como país, en Río Ceballos se utilizó por más de 150 hombres, mujeres, jóvenes y niños y niñas, para construirse a sí mismos desde el barro de la historia y la fortaleza colectiva.
Lo que los convoca se llama minga. La minga es el nombre dado por las comunidades nativas de este continente a las instancias del trabajo colectivo y comunitario. El trabajo colectivo y comunitario tiene un destinatario: la escuela cooperativa Instituto Técnico Maestro Alfredo Bravo. La escuela, que hoy funciona en un sitio alquilado, está construyendo su sede con sus propias manos y con el barro que nos da la tierra. A partir de las ideas generadas por la Bioarquitectura, que encuentra su epicentro en el Ecobarrio de Salsipuedes, a pocos kilómetros de allí, los que integran la escuela cooperativa lograron darle un punto más a la concepción que llevan adelante. Construyen entre todos: profesores, alumnos, familia. Invitan a todos.
Y el adobe, el noble material de nuestro pasado, es la esencia a partir de la cual, al final de la jornada extenuante, todos descalzos y con barro hasta en las orejas, será pared. Y será futuro.
EL INICIO
Viene clareando el día y ya san más de 50 entre pibes y pibas, profes y voluntarios que se enteraron de la minga por la radio y por el boca en boca y se llegaron hasta el barrio Losa, en Río Ceballos, en donde ya están demarcados, con cimientos incluidos, los 8 octógonos que harán de la escuela Alfredo Bravo una institución en armonía no sólo con la realidad de los hombres y mujeres que la habitan, sino también con el cosmos que los rodea.
Ana Celia Pouza, la directora –ver aparte-, abre la mañana celeste y no pide filas: en esta escuela es todo circular. “Para nuestra escuela no sólo es construir con la minga, es construir colectivamente” les dice a todos y todas, y agrega: “Acá mismo, en Argentina, se puede proyectar sin necesidad de irse a ningún otro país”.
Hay una referencia ineludible: hoy es 24 de marzo. Y el nombre que han elegido para que miles de bocas lo reproduzcan no se puede obviar: Alfredo Bravo, el maestro, el hombre, está presente. Y las palabras, como las cañas, se cortan en este 24 que es de trabajo colectivo y fiesta comunitaria.
“Si participo puedo cambiar las cosas que no están bien”, dice Ana Celia a sus alumnos y el espíritu de Bravo pega en cada cabeza: “Los que estamos aquí estamos porque creemos que podemos construir colectivamente”.
Eduardo ‘Borro’ Marrero, parado al lado de Ana Celia, es el arquitecto que dirige la minga. Descalzo desde la amanecida, como estará hasta el final del día, el Borro, que le ha dado vida a buena parte de las Sierras Chicas con sus construcciones en barro y otros elementos, les explica que la minga es un trabajo colectivo que se ha hecho en las comunidades americanas y que es ancestral: “La tierra es el sustento y es maravillosa. Solo vamos a usar los recursos que nos rodean: cañas, arcilla, paja y arena”, explica, y arenga: “A embarrarse”.
EL BARRO DE LA VIDA
La mañana larga y ya son más de 80 los que se organizan en grupos que se relevan en forma rotativa: algunos al pisadero, otros al andamio, otros a las carretillas y las tareas se siguen distribuyendo. Un pibe se descalza, como harán todos en breve y hasta el final del día, agarra la pala y la mezcla de arena y arcilla y agua será pared será existencia. En una gran batea, partes iguales se armonizan para ser sólo una. El agua las une como une el lazo y en breve ya serán más de 10 adentro del pisadero.
En esta mañana hay experimentación para el que quiere aprender, hay iniciativa propia para los que empujan, hay 10 parados en los andamios entrelanzado las cañas del tiempo y en las paredes, formando la jaula donde la arcillas y la arena se hará pared que proteja y enseñe. Hay otros 10 que se fueron a cortar paja y otros 10 que fueron a buscar cañas. Otras 10 clavan picos en las montañas de arcilla, que cede ante el pedido del acero. Otros 10 llevan y traen caretillas y otros miles y miles se sienten representados en esta otra forma de entender el mundo, la vida, el día.
La minga, que ya es una fiesta, es una instancia comunitaria pocas veces vista.
Hablo con la directora. Le pido que me explique por qué, para construir la propia sede, optaron por este método, teniendo en cuenta que los chicos y chicas egresan especializados en construcción.
_ Este método es milenario, pero hace muchos años que no se utiliza. Cuando aparecen materiales nuevos, se descarta todo lo anterior. Con el adobe hubo un quiebre: en la década del ‘30 irrumpe el negocio del cemento y al mismo tiempo se empieza a hablar del adobe, la vinchuca y la pobreza. El adobe era y es sinónimo de pobre. No fue casualidad. Nuestro compañeros arquitectos, maestros mayores de obras, ingenieros, en sus estudios nunca vieron nada de todo esto.
_ ¿Y cómo llegaron ustedes acá?
_ Siempre hacemos salidas a obras y edificios y una vez fuimos al Ecobarrio de Salsipuedes. Y ahí fue cuando nos encontramos con todo eso y los chicos quedaron enloquecidos. Y elegimos este sistema constructivo porque en Río Ceballos no hay gas natural y calentar un ambiente es muy caro. El adobe permite aislación térmica: adentro siempre hay entre 16 y 18 grados. Es tan sencillo como eso. Y todos los techos tienen lucera, para tener la luz del día en forma permanente. Además, son techos vivos: arriba va tierra y pasto.
Para sembrar los techos, gente del Chateau les donó semillas del césped de la cancha. Al adobe de las paredes, le suman así la aislación térmica y acústica de un techo en donde crece el pasto. “Además –explica Ana Celia- la idea es que todo el espacio que robé abajo para construir, lo pueda recuperar arriba con el techo vivo. Los techos de chapa contribuyen al calentamiento global, por la refracción que producen”, explica. Y cierra: “Pero lo más importante de todo esto es la construcción colectiva. Los incas, cuando una pareja se iba a casar, primero, entre todos, construían la casa. Eso era la minga. Minga es trabajar todos juntos para lograr un objetivo”.
El objetivo son 18 octógonos. Por ellos, en comunidad, van.
FIESTA ARCILLA
En la fiesta de la minga, la pista de baile principal se llama pisadero: la fiesta del barro. Le pregunto a Borro, práctico lo mío, si se podría usar homigonera para armar la mezcla de arena, arcilla y agua y dejar descansar esos pies jóvenes que van y vienen. “Meterte con tus pies y tus manos en la tierra te cambia la psiquis. Ya sos parte del elemento”, me dice.
Me propongo no preguntar más estupideces.
Gabriel Martínez –ver aparte- es maestro mayor de obras y profe en la escuela de dos materias. Antes fue especialista en hormigón. Ahora reconoce de entrada, cuando la mañana acaba de aclarar: “El barro me cambió la cabeza”. El barro, lo dice su cara, lo hace feliz.
Alambres, clavos, martillos. No hay más nada que sea ajeno a la mano más elemental del hombre. Es media mañana y ya no queda nadie calzado ni callado. No se queda callado ni calzado quien quiere vivir feliz. Descalzos, con chacarera de fondo, en el pisadero las patas están naranjas arcillas. Paradas sobre el borde, 10 quinceañeras se abrazan y pisan desde adentro hacia fuera. Su suma el pibe alumno con su madre madre y su hermanito futuro hombre. Es el encuentro que nos hace falta.
El encuentro se produce cada día en la escuela, a la que prefieren definir, además de cooperativa y técnica, como inclusora, “esa es la línea de la pedagogía cooperativa. En nuestra escuela no hay bancos individuales, se trabaja en mesas, para que los chicos se comuniquen, se vean, sepan si están aprendiendo y se puedan dar una mano”.
A eso le suman la otra punta: la Tecnicatura en construcción, con lo que buscan generar en los chicos, a través del trabajo y sin ser esclavos, “futuro, con mucho trabajo en los derechos de los trabajadores, por eso el nombre que hemos elegido para la escuela. Alfredo Bravo fue creador de escuelas, por eso lo elegimos. Nos marcó su trabajo ad honorem. En la escuela se trabaja mucho eso, les enseñamos a que no van a ser trabajadores esclavizados”.
Para esos fines, de acá se van como Técnicos en Construcción y si hacen 7mo año, son Maestro mayor de obras.
El Borro, el arquitecto que forma parte del grupo de constructores del Ecobarrio, en donde cada casa se emprende con la autoconstrucción de los propietarios “y con diversas técnicas de construcción naturales”, no para. Ni hoy ni mañana.
“Hace 10 años aprendí a hacer mi casa de esta manera, rescatando enseñanzas antiguas. Hay muchas cosas que son muy válidas. Ahora estamos rescatando el estucado al fuego, que se hace con cal y marmolina, hacemos un taller, aprendemos y lo empezamos a aplicar. Esto va más allá de la Bioarquitectura, es rescatar un montón de técnicas más genuinas, en donde hay más armonía y belleza”.
_ ¿Por qué decís genuinas?
_ Porque estamos trabajando con materiales de la zona y uno participa como mano de obra. La cadena productiva sos vos, el costo se reduce, hay más posibilidades de construir tu casa. Y la otra es el sentido comunitario de la obra: la solidaridad, el trabajo mutuo y la alegría para construir. Participan los niños, los grandes, todos tienen un lugar.
LA ALEGRÍA ES CIRCULAR
Hay un corazón que los hace vivir: el primer octógono, casi listo, de la serie de 8 que harán en la primera parte, late este 24. Cada cual busca su lugar, haciendo lo que puede, lo que quiere, lo que sabe. Los cimientos de los otros 7 ya están listos para que la tierra en forma de barro tome forma circular.
Antes del mediodía, cuando ya somos más de 100, llega la gringuería con remeras de Project Abroad, un proyecto de Inglaterra que buscar dar una mano en estas cuestiones, según me explica una francesa de nombre Vanesa y ojos claros que se volverán, más tardes, puros como la arcilla. Descalzas, alemanas, holandesas y francesas del mundo moderno ahora zapatean en el lecho de la alegría hecho barro. Uno de los pibes, que no largó el martillo en todo el día, ahora se acuerda de las bondades del pisadero y va hacia él. Pero no pisa: les baila cuartetos a las niñas del primer mundo, que tienen ahora una alegría para sumar a sus blondas vidas.
Ya tarde, lo agarro al Borro y le recuerdo sus palabras tempraneras: La psiquis cambia con el barro.
_ La gente al principio tiene temores de ensuciarse. Y a esta altura del día, tiene alegría de estar sucio.
Viejos y niños y niñas y viejas y jóvenes e incalificables suman más de un centenar que han vuelto al 24, sólo por hoy, ahora, una fiesta. Una fiesta que esos 30 mil que se recuerdan están disfrutando sin que los veamos. Esos 30 mil en las manos callosas de ablandar las cañas, en las patas endurecidas de arcilla reseca, en los hombros gastados de tantas carretillas, en el trabajo colectivo que sí vale la vida. Esos 30 mil viven en la posibilidad de pensar y hacer con voluntad de justicia y con voluntad de belleza.
Un ser bastante imbécil, que hoy maneja la principal ciudad del país, dijo que ciertas ideas, por muy románticas, no pueden concretarse.
¿Entenderá ahora algo este ser bastante imbécil?
Toda la escuela serán unos 18 octógonos con luz propia prestada, a través de las luceras centrales del techo, por el sol. Explica Martínez: “La mejor estructura sismo resistente es la que tiende a ser un círculo, por eso elegimos la octogonal. Y empezamos a diseñar lo que queríamos que fuera nuestra escuela, con aulas octogonales y sistema de estructuras independientes de madera, que no trabajan junto a la pared”. Éstas se realizan con un sistema llamado quincha, que son “jaulas de cañas agarradas a la estructura de madera y dentro de la jaula se rellena con adobe”.
El adobe de la fiesta que va subiendo hacia el techo cuando el día va acabando.
Y la alegría de las manos y el color de la arcilla, el sol del 24 y las sierras que amparan. Y los cientos y cientas que durante todo el día pusieron manos y pies y callos y corazón y cabeza no sólo para levantar paredes y una escuela y futuro y otro país. También para demostrar que la gente buena, la que se anima a encontrarse con el mundo real y a soñar el mundo ideal, es toda, toda, del mismo barro.
RECUADRO
BREVÍSIMA HISTORIA DEL BRAVO
La historia de esta escuela inicia en 2004. Y ese punto de partida, claro, es en una charla de café, el territorio más fructífero que pueda haber en este Sur del mundo. Por entonces, Río Ceballos tenía 22 mil habitantes y sólo 2, dos, escuelas secundarias. “Las estadísticas -cuenta Ana Celia Pouza, la directora del Bravo- nos decían que el 50% de los chicos que salían de la primaria estaban sin lugar. ¿Dónde estaban? El 30% se repartía en escuela de otros pueblos y de Córdoba y el restante 20%, en la calle, sin escolarización. Muchos estaban preocupados porque los jóvenes toman y esas cosas, pero entonces démosle oportunidades”.
El ex Intendente del pueblo, poco sensible a ciertas necesidades básicas, les dijo: “Escuela, acá, no hace falta”. Y tuvieron que rebuscársela solos. A partir de eso generaron la cooperativa de trabajo –el Instituto Técnico-, sortearon las infinitas tramas de la burocracia y largaron con dos cursos. Ambos, llenos. Escuela, acá, hacía falta.
Trabajaron durante 4 años sin cobrar un peso, hasta que en noviembre de 2007 llegó el dinero para el cuerpo docente que le puso el cuerpo a esta experiencia inédita.
Hoy, hasta tanto terminen el propio edificio en el terreno les donó la Municipalidad de Río Ceballos, funcionan en un ex hotel que, literalmente, “se cae”. Tienen una sola sección por curso, con 36 alumnos. Las preinscripciones, todos los años, llegan a casi 100. Es decir, 2 tercios se quedan afuera.
Acá, y allá, y más allá, siempre, hacen falta escuelas. Muchas escuelas.
RECUADRO
¿POR QUÉ COOPERATIVOS?
Ana Celia Pouza es profesora de Educación Física. Desde allí comenzó su ocupación en tratar de salvar las exclusiones que generaba su especialidad. “Siempre hay un primero, un gordito que va al arco, por eso tomé la educación física desde otro ángulo y profundice en la idea del Deporte para todos, que ya desde el ‘76 se practicaba en los países nórdicos. Veíamos el quiebre que iba produciendo ese mirar tan egoísta de las personas”.
Esto los convirtió en cooperativos, técnicos e inclusores.
RECUADRO
DURA LA HISTORIA
Gabriel Martínez es Maestro mayor de obras y profesor en la Bravo. Formado en sistemas constructivos tradicionales, en una de sus materias ven los distintos sistemas constructivos, entre ellos la Bioarquietectura.
_ Te dedicaste, antes, al hormigón, ¿por qué apostarle ahora al barro?
_ Mi casa la hice con bloques de cemento. Térmicamente, no son lo mejor. El adobe tiene condiciones térmicas que no las tiene ningún otro material. Hay gente que en el Norte les han dado las casas de plan y dejaron su rancho de adobe, pero en verano tienen que volver porque no aguantan el calor. Acá hacemos un mix de lo que creemos más conveniente. La pared de adobe tiene más inercia térmica, eso es fundamental. La calefacción es minima y no hace falta aire acondicionado. La naturaleza nos enseña estas cosas. Además, no genera escombros, porque el mismo barro, o lo mojás y lo volvés a utilizar, o vuelve a ser parte de la tierra. Hay que observar y aprender. Si yo tuviera que volver a hacer mi casa, no la haría con bloques de cemento.
_ ¿Y la plata?
_ La economía que se logra es mucho mayor. Para hacer un octágono de ladrillo común, necesito 3mil pesos de ladrillo. Acá vamos a usar una camionada de arcilla y una de arena, que me salen $500. Todo lo otro se consigue gratis: tierra, cañas, paja, rastrojos de cereal. Hoy somos muchos, pero una pared la pueden hacer tres personas que no sean especializados, en cambio para la pared de ladrillos sí necesitás mano de obra especializada, que toma el 50% del costo total. Los chicos trabajan y se entretienen con el barro. Vamos generando un cambio de mentalidad.
_ El cemento que usan es mínimo, ¿por qué es preferible evitarlo?
_ Para generar el cemento, necesitamos elevar el material alrededor de los 1000 grados, generando una gran contaminación y un gran gasto de gas, además el calor térmico que esa energía produce y se pierde en el ambiente. El cemento es altamente contaminante. Más lo que supone el transporte, el gasto en rutas, en combustible, el papel para las bolsas. De todos modos no decimos no al cemento, sino que consideramos que la producción es excesiva. En muchos casos nos es útil. Los intereses económicos son muy grandes y el cemento ha recibido una publicidad que este sistema constructivo no ha tenido.
_ ¿Cuál es la vida útil de una construcción del tipo?
_ Las casas construidas desde antes del ‘20 eran casi todas de adobe; si estuvieron bien hechas, aún están en pie. El único punto en contra es la lluvia. Pero está todo pensado para evitar que filtre el agua. Hay iglesias hechas con adobe en pie que son del 1800.
SANTIAGO CASTELLO Y VICTOR ACHA
A cargo de las parroquias de Villa Belgrano y Poeta Lugones, Santiago Castello y Víctor Acha reflexionan sobre el rol que les toca en las comunidades en donde están.
E insisten: no son las ovejas negras de la Iglesia, sino parte de una pluralidad que, aseguran, no siempre se reconoce.
Dos generaciones. Uno duplica exactamente en edad al otro. Pero en una charla de más de 2 horas sobre la Iglesia, la fe y las cuestiones sociales, no hubo distancias. Tan sólo matices. Y pocas, poquísimas menciones directas de la palabra Dios.
Santiago Castello (36) y Víctor Acha (72) son los curas párrocos de Poeta Lugones y de Villa Belgrano, respectivamente. Uno con una responsabilidad –la gestión de una parroquia- que sabe llegar con más años, otro heredando la historia de Guillermo Mariani en la Cripta, ambos representan claramente a un sector de la Iglesia. Aunque prefieren no encorsetarse bajo ningún rótulo.
TAN JOVENES Y TAN VIEJOS
Santiago llegó a hacerse cargo de la parroquia muy joven, en el verano del infierno de 2002. Tenía 28 años. Según él, por un movimiento de piezas que lo ubicaron justo ahí, pese a que no era, ni es, su máximo deseo. “Me pidieron si me podía hacer cargo, les dije que no. Me pidieron por favor, y acá estamos. Es como si te casaras y al mes te enterás que te vienen trillizos”.
La historia de Víctor es distinta. Se hizo cargo de la Cripta de la 14 cuando Quito Mariani se jubiló, en medio de aquel conflicto con el Vaticano. “Yo a la historia de Mariani no le tengo miedo porque ya estoy viejo para tener miedo. Estaba en Cosquín, en una parroquia chiquita. Y el Obispo me dice un día que venga para acá, y le digo que no, que me quedaba en Cosquín. Pero me dijo que era la única persona que podía venir a esta parroquia. Cuando te charlan así, viene mal… Consulté a unos amigos, me dijeron que tenía que venir. Y Mariani me dijo: yo espero que vengas, ya. Y bueno, demasiadas presiones…” bromea Víctor.
_ Sabía que venía a un espacio cargado.
_ Sí, pero nunca fue un problema para mí. Respeté lo que había, y tengo una manera de ser que me permite manejarme. Y acá no hay nada difícil, lo único difícil sería reemplazar a Mariani, que es lo que yo no quiero. Somos amigos, nos conocemos mucho, compartimos una manera de pensar, de ver las cosas. Él viene acá como a su casa y es muy respetuoso.
_ En tu caso Santiago, más que herencia, eran tus cortos años.
_ Lo pesado fue hacerme cargo muy tempranamente. Yo tengo en claro, desde la época del seminario, que no me interesa ser párroco. No me interesa. Yo quiero ser cura. Los curas siguen siendo interlocutores válidos, acompañan en procesos difíciles para encontrarle sentido a la vida. Eso lo tengo claro. Y para eso no hace falta ser párroco. Escuchar los problemas de la gente, pero en serio.
SIN RÓTULOS APARENTES
Escuda nuestra charla, en la oficina de Víctor, un retrato de Monseñor Angelelli. Es la imagen más palpable que nos mira esta mañana. Es momento de saber si esa figura, o bien, el proyecto que de algún modo encarnó esa figura, es quien los hace confluir en el mismo punto. Acha es claro: “Angelelli y muchos otros. Yo fui amigo de él y en algunas cosas fue un padre para mí, hay un vínculo muy fuerte. Son personas del afecto, no sólo de coincidencias ideológicas. Ahora, tenerlo como un ícono de determinada visión y perspectiva de la Iglesia, está Angelelli, pero también muchos más. Él tiene esa ventaja: que es cordobés, que fue un obispo que pensaba como nosotros pensamos que hay que pensar la iglesia y el mundo”.
En tanto, Santiago reconoce, como mostrará en toda la conversación, cierta “cautela personal”. Lo valora, dice, pero se permite, por sus experiencias familiares, “reconocer el halo de dudas, de sospechas. Hay un filósofo francés que habla de los maestros de la sospecha: Marx, Freud y Nietzche, que dijeron cuidado: la religión es esto y puede terminar en esto, Dios es esto y puede terminar en esto. Para no idolatrar a nadie. No me caso con nadie y dudo de mí mismo. Me trae problemas, pero hay una tendencia a idolatrar tanto que uno dice no, nos son perfectos, son frágiles como yo. El reconocimiento apunta a su persona, a lo que hizo, pero la tendencia a mitologizar una persona, a idolatrarla, no. Lo digo con mucho respeto de Angelelli. Pero es un riesgo. Yo a Angelelli lo valoro, también a Novak, a De Nevares, los aplaudo, sintonizo, creo que así hay que ser, pero no los pongo en un pedestal”.
EL CAMINO, LA VERDAD, ¿TANTO?
Santiago cuenta que la recuperación de la figura de Jesús desde la historia es un hecho positivo. “Así como miramos a Gandhi y a Luther King, la figura de Jesús es recomendable recuperarla en esos términos, como de tantos otros y otras”.
VA_ Si lo congelás, no puede ser vital
SC_ Es un tótem, está ahí, mudo, quieto. Y eso es todo lo contrario a una persona histórica.
Les propongo hacer una pausa. Y les planteo mi duda: ¿No creen que esa visión de la cual están siendo críticos es la visión del discurso oficial de la Iglesia y que eso ha contribuido a la menor cantidad de fieles, y a que haya aún más críticos?. Al menos, les explico, es lo que yo siento ante cada imagen del Jesús crucificado, que no ríe jamás. Nunca un gesto de satisfacción.
VA_ Tal vez eso, y unas cuantas cosas más. La Iglesia oficialmente ha derivado, de la figura de Jesús, dogmas, costumbres, rituales, que conforman un sobreañadido a esta esencia que queremos rescatar: la persona de Jesús con sus perspectivas, con sus propuestas, con sus maneras de vivir. Todo ha quedado enmarcado en una cantidad de elementos que se conformaron como una barrera que impide llegar a Jesús.
SC_ Coincido. Es así, pero también hay que reconocer que va a pasar siempre, hay ciertos matices que prevalecen en la configuración histórica de esa esencia.
_ ¿Por qué decís que es inevitable?
SC_ Porque somos humanos. Yo tengo hermanos casados y uno ateo, y somos todos del mismo vientre. La esencia tiene otro ropaje. Lo cual no quiere decir que no sea el desafío. Y otra cosa: se habla de la Iglesia oficial y la comunidad. Acepto que hay un discurso oficial, pero no adscribo a esa visión que lo contrapone a un discurso alternativo. Me parece que hay que enfatizar más en las pluralidades. Hay un montón de maneras de vivir los ministerios, cada parroquia es un mundo, pone acentos en lo que le parece. En esa distancia entre discursos oficiales y discursos de la periferia, nos perdemos los matices de un sinnúmero de configuraciones.
Víctor se suma y asegura que la dicotomía es falsa. “Yo tengo cierta parte del discurso oficial, pese a que pueda criticarlo. Y la estructura oficial me tiene en cuenta y me busca y me necesita, aunque no le gusten ciertas cosas mías”. Además, para Santiago, esta idea de dos iglesias paralelas dentro de la Iglesia, “no hace justicia a una pluralidad real e histórica: en tiempos de Francisco de Asís, estaba el Papa que era un señor feudal. Porque la configuración histórica es diversa, porque las comunidades y las personas son diversas”.
“Creo –continúa Santiago- que hay un déficit. El común de los bautizados nos quedamos con la catequesis de iniciación. Entonces nos retrotraigamos a esa edad: en la escuela también nos decían que San Martín cruzó los Andes en un caballo blanco. El relato es mítico. Y lo que recuperamos es otra cosa. Y con Jesús pasa lo mismo, pero muchos cristianos y cristianas seguimos con la catequesis de niños, y cuando uno es niño es niño. Yo ya no creo en la historia del caballo blanco. El déficit es una responsabilidad institucional. Hay que ver cómo hacer para que la fe no se quede anclada”.
Mantener la fe de niños, les digo, supone dos cosas: sujetos acríticos o sujetos distanciados porque dejan de creer.
SC_ Sí, van a la facultad con la historia de que Dios creó el mundo en 7 días y en el Famaf le hablan de otra cosa y cree que los versearon. No, quizás, no supieron rescatar lo importante. Y sujetos acríticos sí, pero como sucede en otros órdenes de la vida.
VA_ En todos los órdenes. A veces asombra este déficit de capacidad o de actitud crítica. En el orden político, ahora hay que decisivamente voltear a los Kirchner, no sirven para nada, no tienen nada rescatable, son la perdición del país. ¿Esa es la mirada de una persona adulta, de una sociedad adulta? Me parece que nos falta mucho para ser claramente críticos ante todas las realidades. La misma actitud acrítica que puede haber aquí, es igual de grave cuando la tenemos ante todos los órdenes de la vida. No se puede ser protagonista de un pueblo si sólo se busca subsistir.
NINGUNA OVEJA
Trato de interpretar lo que dicen y hay un primer indicio: no se sienten, como se suele decir, las ovejas negras de la Iglesia, sino que forman parte de la pluralidad de la que hablan. Aún así, les voy a insistir: el retrato que nos mira es el de Angelelli y no el de Ratzinger o el de Bergoglio.
_ Hay pluralidad, y hay diferencias marcadas. ¿O no tan marcadas?
VA: Las personas que vos mencionás han adoptado posturas diferentes. Ahora, yo, hoy, no puedo poner en la hoguera a unos y en el altar a otros. Tengo que ser más amplio, aunque sé que el camino del Papa no es mi camino, pero en definitiva estamos en una búsqueda.
SC_ No podemos seguir pensando en personas. Las personas están en un contexto. Angelelli no estaba aislado. Rescatar una persona tiene que hacer justicia en rescatar a su entorno. Los procesos históricos podrán tener liderazgos, pero no tienen razón de ser sin el entorno. Por otro lado, tu expresión sobre las ovejas negras. Algo que también se utiliza en las familias. Todos tenemos, como se dice en la calle, un muerto en el placard. Si somos ovejas negras, no hacemos justicia a la realidad. La idea de ovejas negras nos elimina como sujetos individuales. Esa que hace que sea distinto de mis hermanos. Cada uno configura su vida como puede. Haría bien que lo incorporemos comos discurso. Somos todos distintos, lo malo sería que fuéramos todos iguales, la cultura ‘uniform’. Yo me resisto a creer que uno no pueda estar en esta institución y en la vida con cara propia.
VA_ En la Iglesia cabe Mariani y caben muchos otros, porque las miradas diferentes, los matices profundos, las opciones distintas, las perspectivas variadas, pueden integrarse en un mismo camino. Yo puedo caminar de la mano con el ateo, con el musulmán, con el judío. Tenemos una igual perspectiva: queremos humanizar la vida y el mundo. Eso no significa que voy a aceptar las posturas que no comparto.
ESOS TEMAS
_ Hay temas ampliamente difundidos, que se mencionan como aquellos que divorcian a la Iglesia de la sociedad. Lugares comunes, tópicos habituales que ya han escuchado: uso de preservativo, homosexuales, celibato. Las prácticas sociales, claramente, van más adelante que las interpretaciones de la Iglesia. ¿Cómo es la convivencia de ustedes con la comunidad frente a estos temas?
VA_ Yo no he tenido dificultad de defender mi postura, que es tan válida como la de la Iglesia. Las prácticas sociales, porque son prácticas, marchan en un ritmo distinto. Se abren camino, justificarlas y pensarlas viene después. La iglesia como institución es una entidad que siempre trabaja sobre los fundamentos de las cosas, y el por qué y el para qué de las prácticas. Pero hay matices: yo digo sí al uso del preservativo. Con la clonación, nos sentemos a pensar. Si bien el discurso oficial habla de eso, hay teólogos, moralistas, pensadores de la Iglesia, que no coinciden con la postura oficial y están en la búsqueda de clarificar. Hace 30 años que hay moralistas que dicen basta con que la masturbación es pecado. Entremos a revisar la regulación de los nacimientos, no sigamos afirmando lo de los métodos naturales. Una cosa es el discurso oficial y otra es la reflexión que el conjunto de la Iglesia tiene sobre las cuestiones.
SC_ También eso convive con las prácticas en las comunidades, con las prácticas pastorales. Acepto que existe lo otro, pero tengo la percepción de que existen los matices en las parroquias, yo no ando preguntando el pedigree de las personas para saber si son divorciados o lo que sea. Hay prácticas pastorales que desde hace mucho tiempo, no sólo desde la teoría, que existen y que también están paradójicamente presentes junto al discurso oficial. Toda institución, desde la familia, busca los fundamentos y las razones, se propone algo de máxima. Y uno ahí se vuelve conservador y ortodoxo. No hago apología de la postura oficial de la Iglesia, estoy diciendo que es comprensible en términos humanos. Hay cosas que hay que revisar, y mientras tanto, la realidad te exige otras cosas. Son cuestiones disputadas.
_ Es claro, pero lo que se percibe es que la Iglesia no pone en discusión nada dentro de sí misma.
VA_ la Iglesia es una institución muy grande, monolítica, fuerte, consolidada, yo creo que tiene grades fallas. Una es estar tan encerrada en el poder y que tiene la tendencia a vincularse con los otros poderes, lo que hace que no tenga la apertura, la simpleza, la espontaneidad que uno quisiera. Tiene que revisar muchas cosas de sus posturas. Habría que ser más transparentes. No se dice oficialmente que estamos analizando. Yo lamento que no se clarifiquen estas cosas.
SC_ Lo que falla es la comunicación. Pero falla en el comunicado oficial. Hace un par de año vino un teológo alemán. Y en una conversación le pregunté qué pensaban allá del tema del celibato y el sacerdocio para las mujeres. Y la respuesta fue: Ya no discutimos más eso. Me quiso decir que no había que discutirlo, había que cambiarlo. Está en la conciencia. Hay que cambiar la disposición normativa.
¿CUÁNTOS HAY?
La tenía pensado para el inicio de la charla, pero quedó para el final. Era un documento inexpugnable. Lo muestro. Es mi libro de la primera –y única- comunión que realicé, hace 20 años. Lo encontré hace poco, reacomodando libros viejos. Lo encontré y lo revisé, buscando algo, sin saber qué. Quizás alguna justificación. Y la encontré.
En las primeras páginas, bajo el imperativo Aprende, el libro se pregunta y se responde:
_ ¿Hay un solo Dios?
_ Sí, hay un solo Dios.
Yo en ese momento tenía 10 años. Y ahora, a poco más de 2 décadas, pienso en el niño intolerante que eso podría –o pudo- generar. ¿Qué pasaba si yo, con 10 años y esa máxima indiscutible, me cruzaba con un judío, un ateo, un musulmán, un panteísta, un heredero de las tradiciones comechingonas o del misticismo incaico?, ¿les negaba abruptamente sus creencias porque hay un solo Dios, y es el mío, señores, mi Dios es el único?
VA_ Esa expresión viene de una definición dogmática que se tradujo en un texto para enseñar catequesis hace 4 siglos. Cuando un texto está ubicado hace 4 siglos, indudablemente está desactualizado. Hace 4 siglos tal vez era muy importante enseñar la catequesis a través de la pregunta y la respuesta. Hoy ya no se sostiene el método. Y el contenido surge ante la simplicidad de la gente de hace 4 siglos, había que enseñarle frases de memoria. Hoy un catecismo que quiere enseñar a un chico acerca de Dios, le va a decir que Dios es padre. El Dios de los aymaras, de los musulmanes y todo el que nombre a Dios nombra al padre. Y no le va a decir que hay un solo Dios. No hay un solo Dios que es el mío y el tuyo no: así pensaba yo cuando era chico, el de los protestantes no era Dios. Hoy el lenguaje es otro y el contenido tiene otra connotación. Conozco al autor de ese libro, y su mentalidad le daba para eso.
SC_ Yo también hice la catequesis con ese librito. Leo esa frase y personalmente me choca, como persona, como creyente, como cura. Cuando vos escuchas esa frase y sabés que hay otra gente que configura su vida desde otro lugar, tan legítimo como el tuyo, te hace pensar en otras figuras. Hoy se puede decir con mucha más facilidad que hace 30 ó 40 años.
_ Después de leer esto, justifique de algún modo el porqué mis hijos no tienen credo definido por sus padres, sino que será tarea de ellos algún día. Nunca hablamos de Dios. Pero el de 6, hace poco tiempo me dijo que su prima le había explicado que si creía en Dios, cuando se cayera de la bici le iba a doler menos. En ese momento le dije que bueno, que si le duele menos, mejor.
SC_ Está bien, genial, pero le diría que tampoco Dios es mago. Andá con cuidado, porque ahí también se puede esconder el Dios mágico. Creo que la fe cristiana y otras confesiones te dan una mirada distinta frente al sufrimiento y frente al padecimiento injusto, pero de ahí a un Dios mágico, no.
VA_ Fijate las diferencias en cada respuesta. Yo le hubiera dicho: decile a tu prima que eso es una boludez. Porque no hay nada que vos hagas en la vida que te lo maneje Dios. La bicicleta la manejás vos, con tu criterio, Dios está fuera de tu bicicleta. Si querés creer en Dios, creele a lo que él dice y a lo que él enseña. Pero nunca busqués que Dios esté metiéndose para manejarte la vida, porque no hace esas cosas.
SC_ Si lo tenés como compañero, si te pegaste un palo, te va a ayudar a ver por qué pasó lo que pasó. Lo experimentás como compañero de camino, pero no maneja tus hilos ni te soluciona mágicamente nada. Y en todo caso, buscaría a los papás de la prima y le diría: loco, dejá de joder, no le digás esa gilada, recuperá lo más legítimo de la fe cristiana, pero no esa mirada.
VA_ Tu hijo tiene que acostumbrase a convivir con visiones como esas, vos tenés que darle a tu hijo una visión más coherente, a tu criterio, de las cosas. Todavía subsiste este misticismo, este magicismo, este intervencionismo de Dios en el lenguaje y en las prácticas de mucha gente. Toda esta cuestión de los curas sanadores, los payasos de las religiones mediáticas, es nefasta. ¿Cómo vas a fomentar que un poco de agua o de aceite en tu casa te van a cambiar la vida? No me interesa si la gente es creyente o no, pero eso es la alienación que hace daño. Nunca vamos a tener gente pensante, gente madura y gente comprometida si están pendientes que Dios intervenga desde afuera. Nadie se puede comprometer porque sería Dios el que la tiene que cambiar desde afuera y por lo tanto la gente cree que somos incapaces de cambiar nada. Cuando predico que hay que comprometerse con la sociedad, con la economía, con la política, es porque desde allí tenemos que cambiar lo que no queremos. “Vamos a pedirle a Dios que el próximo presidente sea mejor”, dicen. ¡¿Qué le vas a pedir a Dios?! ¿Qué tiene que ver Dios con eso? Todas esas cosas alienan.
E insisten: no son las ovejas negras de la Iglesia, sino parte de una pluralidad que, aseguran, no siempre se reconoce.
Dos generaciones. Uno duplica exactamente en edad al otro. Pero en una charla de más de 2 horas sobre la Iglesia, la fe y las cuestiones sociales, no hubo distancias. Tan sólo matices. Y pocas, poquísimas menciones directas de la palabra Dios.
Santiago Castello (36) y Víctor Acha (72) son los curas párrocos de Poeta Lugones y de Villa Belgrano, respectivamente. Uno con una responsabilidad –la gestión de una parroquia- que sabe llegar con más años, otro heredando la historia de Guillermo Mariani en la Cripta, ambos representan claramente a un sector de la Iglesia. Aunque prefieren no encorsetarse bajo ningún rótulo.
TAN JOVENES Y TAN VIEJOS
Santiago llegó a hacerse cargo de la parroquia muy joven, en el verano del infierno de 2002. Tenía 28 años. Según él, por un movimiento de piezas que lo ubicaron justo ahí, pese a que no era, ni es, su máximo deseo. “Me pidieron si me podía hacer cargo, les dije que no. Me pidieron por favor, y acá estamos. Es como si te casaras y al mes te enterás que te vienen trillizos”.
La historia de Víctor es distinta. Se hizo cargo de la Cripta de la 14 cuando Quito Mariani se jubiló, en medio de aquel conflicto con el Vaticano. “Yo a la historia de Mariani no le tengo miedo porque ya estoy viejo para tener miedo. Estaba en Cosquín, en una parroquia chiquita. Y el Obispo me dice un día que venga para acá, y le digo que no, que me quedaba en Cosquín. Pero me dijo que era la única persona que podía venir a esta parroquia. Cuando te charlan así, viene mal… Consulté a unos amigos, me dijeron que tenía que venir. Y Mariani me dijo: yo espero que vengas, ya. Y bueno, demasiadas presiones…” bromea Víctor.
_ Sabía que venía a un espacio cargado.
_ Sí, pero nunca fue un problema para mí. Respeté lo que había, y tengo una manera de ser que me permite manejarme. Y acá no hay nada difícil, lo único difícil sería reemplazar a Mariani, que es lo que yo no quiero. Somos amigos, nos conocemos mucho, compartimos una manera de pensar, de ver las cosas. Él viene acá como a su casa y es muy respetuoso.
_ En tu caso Santiago, más que herencia, eran tus cortos años.
_ Lo pesado fue hacerme cargo muy tempranamente. Yo tengo en claro, desde la época del seminario, que no me interesa ser párroco. No me interesa. Yo quiero ser cura. Los curas siguen siendo interlocutores válidos, acompañan en procesos difíciles para encontrarle sentido a la vida. Eso lo tengo claro. Y para eso no hace falta ser párroco. Escuchar los problemas de la gente, pero en serio.
SIN RÓTULOS APARENTES
Escuda nuestra charla, en la oficina de Víctor, un retrato de Monseñor Angelelli. Es la imagen más palpable que nos mira esta mañana. Es momento de saber si esa figura, o bien, el proyecto que de algún modo encarnó esa figura, es quien los hace confluir en el mismo punto. Acha es claro: “Angelelli y muchos otros. Yo fui amigo de él y en algunas cosas fue un padre para mí, hay un vínculo muy fuerte. Son personas del afecto, no sólo de coincidencias ideológicas. Ahora, tenerlo como un ícono de determinada visión y perspectiva de la Iglesia, está Angelelli, pero también muchos más. Él tiene esa ventaja: que es cordobés, que fue un obispo que pensaba como nosotros pensamos que hay que pensar la iglesia y el mundo”.
En tanto, Santiago reconoce, como mostrará en toda la conversación, cierta “cautela personal”. Lo valora, dice, pero se permite, por sus experiencias familiares, “reconocer el halo de dudas, de sospechas. Hay un filósofo francés que habla de los maestros de la sospecha: Marx, Freud y Nietzche, que dijeron cuidado: la religión es esto y puede terminar en esto, Dios es esto y puede terminar en esto. Para no idolatrar a nadie. No me caso con nadie y dudo de mí mismo. Me trae problemas, pero hay una tendencia a idolatrar tanto que uno dice no, nos son perfectos, son frágiles como yo. El reconocimiento apunta a su persona, a lo que hizo, pero la tendencia a mitologizar una persona, a idolatrarla, no. Lo digo con mucho respeto de Angelelli. Pero es un riesgo. Yo a Angelelli lo valoro, también a Novak, a De Nevares, los aplaudo, sintonizo, creo que así hay que ser, pero no los pongo en un pedestal”.
EL CAMINO, LA VERDAD, ¿TANTO?
Santiago cuenta que la recuperación de la figura de Jesús desde la historia es un hecho positivo. “Así como miramos a Gandhi y a Luther King, la figura de Jesús es recomendable recuperarla en esos términos, como de tantos otros y otras”.
VA_ Si lo congelás, no puede ser vital
SC_ Es un tótem, está ahí, mudo, quieto. Y eso es todo lo contrario a una persona histórica.
Les propongo hacer una pausa. Y les planteo mi duda: ¿No creen que esa visión de la cual están siendo críticos es la visión del discurso oficial de la Iglesia y que eso ha contribuido a la menor cantidad de fieles, y a que haya aún más críticos?. Al menos, les explico, es lo que yo siento ante cada imagen del Jesús crucificado, que no ríe jamás. Nunca un gesto de satisfacción.
VA_ Tal vez eso, y unas cuantas cosas más. La Iglesia oficialmente ha derivado, de la figura de Jesús, dogmas, costumbres, rituales, que conforman un sobreañadido a esta esencia que queremos rescatar: la persona de Jesús con sus perspectivas, con sus propuestas, con sus maneras de vivir. Todo ha quedado enmarcado en una cantidad de elementos que se conformaron como una barrera que impide llegar a Jesús.
SC_ Coincido. Es así, pero también hay que reconocer que va a pasar siempre, hay ciertos matices que prevalecen en la configuración histórica de esa esencia.
_ ¿Por qué decís que es inevitable?
SC_ Porque somos humanos. Yo tengo hermanos casados y uno ateo, y somos todos del mismo vientre. La esencia tiene otro ropaje. Lo cual no quiere decir que no sea el desafío. Y otra cosa: se habla de la Iglesia oficial y la comunidad. Acepto que hay un discurso oficial, pero no adscribo a esa visión que lo contrapone a un discurso alternativo. Me parece que hay que enfatizar más en las pluralidades. Hay un montón de maneras de vivir los ministerios, cada parroquia es un mundo, pone acentos en lo que le parece. En esa distancia entre discursos oficiales y discursos de la periferia, nos perdemos los matices de un sinnúmero de configuraciones.
Víctor se suma y asegura que la dicotomía es falsa. “Yo tengo cierta parte del discurso oficial, pese a que pueda criticarlo. Y la estructura oficial me tiene en cuenta y me busca y me necesita, aunque no le gusten ciertas cosas mías”. Además, para Santiago, esta idea de dos iglesias paralelas dentro de la Iglesia, “no hace justicia a una pluralidad real e histórica: en tiempos de Francisco de Asís, estaba el Papa que era un señor feudal. Porque la configuración histórica es diversa, porque las comunidades y las personas son diversas”.
“Creo –continúa Santiago- que hay un déficit. El común de los bautizados nos quedamos con la catequesis de iniciación. Entonces nos retrotraigamos a esa edad: en la escuela también nos decían que San Martín cruzó los Andes en un caballo blanco. El relato es mítico. Y lo que recuperamos es otra cosa. Y con Jesús pasa lo mismo, pero muchos cristianos y cristianas seguimos con la catequesis de niños, y cuando uno es niño es niño. Yo ya no creo en la historia del caballo blanco. El déficit es una responsabilidad institucional. Hay que ver cómo hacer para que la fe no se quede anclada”.
Mantener la fe de niños, les digo, supone dos cosas: sujetos acríticos o sujetos distanciados porque dejan de creer.
SC_ Sí, van a la facultad con la historia de que Dios creó el mundo en 7 días y en el Famaf le hablan de otra cosa y cree que los versearon. No, quizás, no supieron rescatar lo importante. Y sujetos acríticos sí, pero como sucede en otros órdenes de la vida.
VA_ En todos los órdenes. A veces asombra este déficit de capacidad o de actitud crítica. En el orden político, ahora hay que decisivamente voltear a los Kirchner, no sirven para nada, no tienen nada rescatable, son la perdición del país. ¿Esa es la mirada de una persona adulta, de una sociedad adulta? Me parece que nos falta mucho para ser claramente críticos ante todas las realidades. La misma actitud acrítica que puede haber aquí, es igual de grave cuando la tenemos ante todos los órdenes de la vida. No se puede ser protagonista de un pueblo si sólo se busca subsistir.
NINGUNA OVEJA
Trato de interpretar lo que dicen y hay un primer indicio: no se sienten, como se suele decir, las ovejas negras de la Iglesia, sino que forman parte de la pluralidad de la que hablan. Aún así, les voy a insistir: el retrato que nos mira es el de Angelelli y no el de Ratzinger o el de Bergoglio.
_ Hay pluralidad, y hay diferencias marcadas. ¿O no tan marcadas?
VA: Las personas que vos mencionás han adoptado posturas diferentes. Ahora, yo, hoy, no puedo poner en la hoguera a unos y en el altar a otros. Tengo que ser más amplio, aunque sé que el camino del Papa no es mi camino, pero en definitiva estamos en una búsqueda.
SC_ No podemos seguir pensando en personas. Las personas están en un contexto. Angelelli no estaba aislado. Rescatar una persona tiene que hacer justicia en rescatar a su entorno. Los procesos históricos podrán tener liderazgos, pero no tienen razón de ser sin el entorno. Por otro lado, tu expresión sobre las ovejas negras. Algo que también se utiliza en las familias. Todos tenemos, como se dice en la calle, un muerto en el placard. Si somos ovejas negras, no hacemos justicia a la realidad. La idea de ovejas negras nos elimina como sujetos individuales. Esa que hace que sea distinto de mis hermanos. Cada uno configura su vida como puede. Haría bien que lo incorporemos comos discurso. Somos todos distintos, lo malo sería que fuéramos todos iguales, la cultura ‘uniform’. Yo me resisto a creer que uno no pueda estar en esta institución y en la vida con cara propia.
VA_ En la Iglesia cabe Mariani y caben muchos otros, porque las miradas diferentes, los matices profundos, las opciones distintas, las perspectivas variadas, pueden integrarse en un mismo camino. Yo puedo caminar de la mano con el ateo, con el musulmán, con el judío. Tenemos una igual perspectiva: queremos humanizar la vida y el mundo. Eso no significa que voy a aceptar las posturas que no comparto.
ESOS TEMAS
_ Hay temas ampliamente difundidos, que se mencionan como aquellos que divorcian a la Iglesia de la sociedad. Lugares comunes, tópicos habituales que ya han escuchado: uso de preservativo, homosexuales, celibato. Las prácticas sociales, claramente, van más adelante que las interpretaciones de la Iglesia. ¿Cómo es la convivencia de ustedes con la comunidad frente a estos temas?
VA_ Yo no he tenido dificultad de defender mi postura, que es tan válida como la de la Iglesia. Las prácticas sociales, porque son prácticas, marchan en un ritmo distinto. Se abren camino, justificarlas y pensarlas viene después. La iglesia como institución es una entidad que siempre trabaja sobre los fundamentos de las cosas, y el por qué y el para qué de las prácticas. Pero hay matices: yo digo sí al uso del preservativo. Con la clonación, nos sentemos a pensar. Si bien el discurso oficial habla de eso, hay teólogos, moralistas, pensadores de la Iglesia, que no coinciden con la postura oficial y están en la búsqueda de clarificar. Hace 30 años que hay moralistas que dicen basta con que la masturbación es pecado. Entremos a revisar la regulación de los nacimientos, no sigamos afirmando lo de los métodos naturales. Una cosa es el discurso oficial y otra es la reflexión que el conjunto de la Iglesia tiene sobre las cuestiones.
SC_ También eso convive con las prácticas en las comunidades, con las prácticas pastorales. Acepto que existe lo otro, pero tengo la percepción de que existen los matices en las parroquias, yo no ando preguntando el pedigree de las personas para saber si son divorciados o lo que sea. Hay prácticas pastorales que desde hace mucho tiempo, no sólo desde la teoría, que existen y que también están paradójicamente presentes junto al discurso oficial. Toda institución, desde la familia, busca los fundamentos y las razones, se propone algo de máxima. Y uno ahí se vuelve conservador y ortodoxo. No hago apología de la postura oficial de la Iglesia, estoy diciendo que es comprensible en términos humanos. Hay cosas que hay que revisar, y mientras tanto, la realidad te exige otras cosas. Son cuestiones disputadas.
_ Es claro, pero lo que se percibe es que la Iglesia no pone en discusión nada dentro de sí misma.
VA_ la Iglesia es una institución muy grande, monolítica, fuerte, consolidada, yo creo que tiene grades fallas. Una es estar tan encerrada en el poder y que tiene la tendencia a vincularse con los otros poderes, lo que hace que no tenga la apertura, la simpleza, la espontaneidad que uno quisiera. Tiene que revisar muchas cosas de sus posturas. Habría que ser más transparentes. No se dice oficialmente que estamos analizando. Yo lamento que no se clarifiquen estas cosas.
SC_ Lo que falla es la comunicación. Pero falla en el comunicado oficial. Hace un par de año vino un teológo alemán. Y en una conversación le pregunté qué pensaban allá del tema del celibato y el sacerdocio para las mujeres. Y la respuesta fue: Ya no discutimos más eso. Me quiso decir que no había que discutirlo, había que cambiarlo. Está en la conciencia. Hay que cambiar la disposición normativa.
¿CUÁNTOS HAY?
La tenía pensado para el inicio de la charla, pero quedó para el final. Era un documento inexpugnable. Lo muestro. Es mi libro de la primera –y única- comunión que realicé, hace 20 años. Lo encontré hace poco, reacomodando libros viejos. Lo encontré y lo revisé, buscando algo, sin saber qué. Quizás alguna justificación. Y la encontré.
En las primeras páginas, bajo el imperativo Aprende, el libro se pregunta y se responde:
_ ¿Hay un solo Dios?
_ Sí, hay un solo Dios.
Yo en ese momento tenía 10 años. Y ahora, a poco más de 2 décadas, pienso en el niño intolerante que eso podría –o pudo- generar. ¿Qué pasaba si yo, con 10 años y esa máxima indiscutible, me cruzaba con un judío, un ateo, un musulmán, un panteísta, un heredero de las tradiciones comechingonas o del misticismo incaico?, ¿les negaba abruptamente sus creencias porque hay un solo Dios, y es el mío, señores, mi Dios es el único?
VA_ Esa expresión viene de una definición dogmática que se tradujo en un texto para enseñar catequesis hace 4 siglos. Cuando un texto está ubicado hace 4 siglos, indudablemente está desactualizado. Hace 4 siglos tal vez era muy importante enseñar la catequesis a través de la pregunta y la respuesta. Hoy ya no se sostiene el método. Y el contenido surge ante la simplicidad de la gente de hace 4 siglos, había que enseñarle frases de memoria. Hoy un catecismo que quiere enseñar a un chico acerca de Dios, le va a decir que Dios es padre. El Dios de los aymaras, de los musulmanes y todo el que nombre a Dios nombra al padre. Y no le va a decir que hay un solo Dios. No hay un solo Dios que es el mío y el tuyo no: así pensaba yo cuando era chico, el de los protestantes no era Dios. Hoy el lenguaje es otro y el contenido tiene otra connotación. Conozco al autor de ese libro, y su mentalidad le daba para eso.
SC_ Yo también hice la catequesis con ese librito. Leo esa frase y personalmente me choca, como persona, como creyente, como cura. Cuando vos escuchas esa frase y sabés que hay otra gente que configura su vida desde otro lugar, tan legítimo como el tuyo, te hace pensar en otras figuras. Hoy se puede decir con mucha más facilidad que hace 30 ó 40 años.
_ Después de leer esto, justifique de algún modo el porqué mis hijos no tienen credo definido por sus padres, sino que será tarea de ellos algún día. Nunca hablamos de Dios. Pero el de 6, hace poco tiempo me dijo que su prima le había explicado que si creía en Dios, cuando se cayera de la bici le iba a doler menos. En ese momento le dije que bueno, que si le duele menos, mejor.
SC_ Está bien, genial, pero le diría que tampoco Dios es mago. Andá con cuidado, porque ahí también se puede esconder el Dios mágico. Creo que la fe cristiana y otras confesiones te dan una mirada distinta frente al sufrimiento y frente al padecimiento injusto, pero de ahí a un Dios mágico, no.
VA_ Fijate las diferencias en cada respuesta. Yo le hubiera dicho: decile a tu prima que eso es una boludez. Porque no hay nada que vos hagas en la vida que te lo maneje Dios. La bicicleta la manejás vos, con tu criterio, Dios está fuera de tu bicicleta. Si querés creer en Dios, creele a lo que él dice y a lo que él enseña. Pero nunca busqués que Dios esté metiéndose para manejarte la vida, porque no hace esas cosas.
SC_ Si lo tenés como compañero, si te pegaste un palo, te va a ayudar a ver por qué pasó lo que pasó. Lo experimentás como compañero de camino, pero no maneja tus hilos ni te soluciona mágicamente nada. Y en todo caso, buscaría a los papás de la prima y le diría: loco, dejá de joder, no le digás esa gilada, recuperá lo más legítimo de la fe cristiana, pero no esa mirada.
VA_ Tu hijo tiene que acostumbrase a convivir con visiones como esas, vos tenés que darle a tu hijo una visión más coherente, a tu criterio, de las cosas. Todavía subsiste este misticismo, este magicismo, este intervencionismo de Dios en el lenguaje y en las prácticas de mucha gente. Toda esta cuestión de los curas sanadores, los payasos de las religiones mediáticas, es nefasta. ¿Cómo vas a fomentar que un poco de agua o de aceite en tu casa te van a cambiar la vida? No me interesa si la gente es creyente o no, pero eso es la alienación que hace daño. Nunca vamos a tener gente pensante, gente madura y gente comprometida si están pendientes que Dios intervenga desde afuera. Nadie se puede comprometer porque sería Dios el que la tiene que cambiar desde afuera y por lo tanto la gente cree que somos incapaces de cambiar nada. Cuando predico que hay que comprometerse con la sociedad, con la economía, con la política, es porque desde allí tenemos que cambiar lo que no queremos. “Vamos a pedirle a Dios que el próximo presidente sea mejor”, dicen. ¡¿Qué le vas a pedir a Dios?! ¿Qué tiene que ver Dios con eso? Todas esas cosas alienan.
miércoles, 5 de mayo de 2010
El camino que son todos los caminos
Las venas más altas, antiguas y desconocidas de la provincia de Córdoba conforman un solo camino.
Un solo camino que son todos los caminos. En el Norte de Córdoba.
Si de seguir las huellas se trata, a seguir huellas ha venido el hombre el mundo. Esas huellas que hablan de pasados, pisadas y aprendizajes. Esas huellas que pueden ser sabidurías por saberse.
Hay caminos que siendo todos los caminos hacen una huella de miles. Y cuentan, los caminos, que esas huellas fueron hechas por hombres que calzaban apellido de esos que no se olvidan. San Martín, Belgrano, Reinafé, Yupanqui, Fader, Neruda, Alberti, Pinto, Roca, Noble, Guevara, Frondizi, Lugones, Quiroga y miles más de desconocidos que hicieron poner a esos pies en el lugar justo de su horma.
Apellidos de no olvidar y olvidados, que calzaron huella y que hicieron de los caminos de la Córdoba al Norte todos los caminos en uno.
Caminos que esperan: no se irán: siempre están volviendo.
RUTAS DE CHOQUE
Es inevitable. Uno dispara para el Norte de Córdoba y no tiene alternativa: la historia lo choca en la frente y avisa que hay algo para aprender, que hay algo para dejar de equivocarte. Barranca Yaco, mojón de 12 cruces dormidas por cada uno de los 12 muertos a pistoletazos, es el lugar donde el Tigre de los Llanos se convirtió en el Tuerto de Santos Pérez. Barranca Yaco, paraje pasado a degüello por el progreso, quedó inmortalizado por Quiroga en su viaje al muere en carreta.
Los parajes siguen: Cañada de Río Pinto, Sarmiento y Cerro Negro, el pueblo abandonado que fuera fundado por Diego Abad de Santillán con un solo espíritu posible: el anarquista. Sí, en las últimas estribaciones serranas de la provincia de Córdoba, a comienzos del XX un grupo de hombres y mujeres creyeron ser los fundadores de un paraíso sin dueños ni opresión ni normas que dictaran sentencias sobre los cuerpos y las mentes. Cerro Negro fue una aventura. Mientras duró. Hoy, caserío olvidado, ni la historia oficial lo rescata. Sólo el Norte de Córdoba en su albor, cuando la historia choca en la frente y no hay escapatoria a semejante cimbrón.
El camino que son todos los caminos, en un momento determinado del devenir, se parte en dos como la historia cuando es contada por tres voces. Y, sépalo, hay que elegir. Pero no es hora de lamentos: el camino que son todos los caminos se parte en dos pero guarda una ruta que los une, casi oculta entre cerros, sombreada por algarrobales y quebrachales que fueron perdonados por la soja. Pero ese secreto, al último.
CAMINO UNO
La Ruta 60 casi no tiene curvas. La ruta 60 es vieja, la más vieja, como viejas son las historias que se cuentan a sus costados. La ruta 60 tiene una ciudad en la punta y una pena en la garganta. La ruta 60 tiene en la punta a Deán Funes y la pena de un tren que ya no pasa y no hay quien la ayude ahora, a la Ruta 60, a soportar tanto dolor en el lomo.
Deán Funes es ciudad. Alguna vez no fue nada, otras muchas fue casi todo. Hoy es ciudad y su noche lo demuestra. Deán Funes es la ciudad del Norte desde 1929, el atalaya, el centinela de toda esta historia.
Habitantes, muchos. Como los Pacheco, ninguno.
70 integrantes de una familia que no habla: canta.
70 integrantes de una familia que no recibe gente en su hogar: la engalana.
70 integrantes de una familia que no cuece los alimentos en su asador del fondo: los vuelve magia.
70 integrantes de una familia que no baila la zamba ni la chacarera: se aman en la zamba y guerrean chacarereando.
Les dicen los Carabajal de Córdoba. En realidad, los Carabajal son los Pacheco de Santiago.
Este servidor conoce de las mollejas de cabrito al disco con que lo recibieron los Pacheco en su casa de Deán Funes: no las recuerda, las lleva tatuadas para recordar cómo se comporta la gente buena en rancho propio.
Tierra de ilustres pintores, el que trajo la posta se llamaba Fernando, era mendocino e hizo escuela. Fader, antes de hacer su rancho a puro lomo de hombre en Ischilín –a 20 kilómetros de Deán Funes-, hizo estancia en esta urbe de mujeres desear, conoció esta ciudad que fue meca de los viajeros de antaño, del tren que iba y venía y dejó una semilla que se llamó Martín Santiago, un viejo viejito de blanco andar que explotó en mil partes sus conocimientos.
Fader había llegado con tuberculosis apenas empezada la primera década del XX. La búsqueda de soledad lo llevó hasta Ischilín, donde se quedaría más de 20 años, primero viviendo en una carpa, luego haciendo los ladrillos de su futura casa, luego viviendo en su rancho hoy en pie. Martín Santiago lo siguió. Sabía que había mucho por aprender. Y lo escuchó. Fader nunca lo miró a la cara. Pero siempre le dijo todo lo que tenía que decirle.
Hoy, los pintores Ricardo Mirolo y Mario Sanzano, entre otros, especie de discípulos de Santiago, que a su vez fue una especie de discípulo de Fader, exponen en el mundo el arte concebido en Deán Funes, donde el Norte como esencia gana acuarelas y óleos entre marcos y lunas llenas.
Además de artistas envidiables, Deán Funes tiene el festival de folklore más antiguo del país: desde el 57’, la Semana de la Tradición del Norte Cordobés hace bailar, cada enero, un gato a los Monjes Cartujos, otro secreto deanfunenense.
La Orden de los Cartujos, en Deán Funes, fue el primer asentamiento argentino de esta congregación, una de las más antiguas del catolicismo –hay que remontarse al 1084 para bucear sus orígenes-. Dedicados exclusivamente a la oración en soledad, al aislamiento y la absoluta pobreza, el mundo sólo conoce unos 400 integrantes de la orden. Y 20 de esos 400 viven y mueren cada día en Deán Funes, en un espacio de 5.000 m 2, pero recluidos en sus celdas, donde esperan el final inevitable. O algún otro comienzo.
La Ruta 60 arriba, hacia el Norte, es nula de curvas como nula de curvas es la memoria infranqueable. La 60 sigue recta, sigue firme, sigue Quilino. Y a Quilino le sigue una fama ganada a fuerza de chivos criados en monte abierto y que sólo responden al sabor del chañar, brujas inventadas y reales a fuerza de mentes despiertas que en realidad fueron y son y serán dulces como el mistol y una tradición de vida varias veces centenaria.
Los chivos de Quilino son una marca internacional. Y no darles un pellizco es como estar frente al Big Ben a las five o’clock y tomar mate cocido.
Quilino tiene tuvo una fábrica de vidrio desde 1935, que hacía las únicas damajuanas en forma manual. Para redescubrir el valor del trabajo en donde la mano del hombre es superior a la tecnología. Es la única del país. Pero Quilino no es el único del país: al frente está Villa Quilino y sus mandarinas, para escupir pepas al cielo durante noches enteras.
Quilino: quien pudiera abrazarlo.
Y siguen por la 60:
San José de las Salinas y Lucio V. Mansilla, que no tienen nada que uno ande buscando en el afán turístico.
San José de las Salinas y Lucio V. Mansilla, que tienen todo lo que uno ande buscando en el afán por conocer.
San José de las Salinas y Lucio V. Mansilla, que tienen la sal como horizonte y las Salinas como destino imperturbable.
San José de las Salinas y Lucio V. Mansilla, los pueblos que dan al mar. Al mar de Sal.
Las Salinas Grandes de Córdoba, en la punta más punta que hay que ver en la Córdoba que pierde su ritmo al hablar, es el mar mismo.
Blanca de infinita presencia y elegancia, sus vientos, serenos, firmes, salitrosos, confirman la idea del mar cuando la lengua palpa un aire similar al que corre por los océanos.
Pisando la mina de sal –que recrea en cada lluvia las 600 mil hectáreas de mineral, que no se agota ni con la extracción industrial ni manual- el infinito se desdibuja. No hay un más allá que los ojos se permitan divisar. El horizonte, desconocido, se vuelve un rayo resplandeciente de celestes y blancos. El sol, más cortante y áspero que nunca, saca de contexto y encuadre las imágenes tomados por el retrovisor de nuestras mentes, extirpadas del paralelo y la dimensión acostumbradas.
_ ¿Es esto la tierra?
_No, es la sal.
Kilómetros más arriba uno llega al cenit de la incongruencia natural descabellada. En pleno mar de sal, planos reflejos y solemne elegancia, una isla elevada en unos 8 metros aviva la vista. La sal tiene islas. De tierra. El Monte de las Barracas, porción de tierra erigida en medio de las Salinas, guarda en sus más de 7 mil hectáreas un corazón de bosque chaqueño. Además, su aislamiento ha permitido la presencia de especies en vías de extinción, como guanacos –único lugar de la provincia en donde se conservan en estado salvaje- liebres mara, pecaríes, corzuelas o gatos monteses. El Monte de las Barrancas es Refugio de Vida Silvestre.
_ ¿Es esto la tierra?
_ Pero sin humanos.
Antes de que las cosas se hagan de otros provincianos, está Totoralejos, pueblo récord.
_ Habitantes: 1.
Que cuida al tren que no pasa, a los perros flacos que esperan al tren que no pasa, a los rieles que esperan chispas.
Vaya, hable con él. Y sea partícipe de otro récord: duplicar la población de un pueblo pura memoria en sólo un instante. Y pase así, con su sola presencia, a la inmortalidad.
Todo a la vera de la Ruta 60.
CAMINO DOS
Decíamos al comienzo que en un momento el camino que son todos los caminos se bifurcaba como una horqueta de gomera y que había que elegir, como se elige cada vez que aparecen disyuntivas, cada vez que se vive. Antes habíamos elegido el desvío hacia la 60. Ahora elegimos seguir franco paso, derecho y al frente, por la Ruta 9.
Cavizacate. Villa General Mitre. Totoral. Todos son uno y ese uno hoy, por decreto hasta vaya a saber cuándo, es Totoral. O bien: Villa del Totoral.
Si usted la viera: de un lado gente linda, buen apellido y andar disciplinado por los caminos de la vida. Del otro, ahí nomás, gauchos cimarrones de viejas pulperías, sin más norma que clavar la espuela ahí donde el relincho esté asegurado.
Formas de la vida, en Totoral.
Totoral tiene historias conocidas: que el frío de su río se debe a que sus aguas, heladas para el buen verano, viene derechito por debajo de la tierra desde la Cordillera de los Andes. Que una prueba así lo demostró. Que el mito, al cual no hay científico que le ponga la firma, se vive como una verdad revelada en el pueblo.
Hoy Totoral ha tenido un crecimiento sin precedentes en la provincia. Como sin precedentes son las casonas y los hombres que pasaron por esas casonas.
El pueblo todo está atravesado por parte de lo que fuera el Camino Real, aquel que unía las capitales de los virreinatos: Lima y Buenos Aires. Para ir o volver, Totoral era el camino. Que son todos los caminos.
A orillas del viejo Camino Real, las casonas hacen un viaje en sí mismo. Decenas de viejos solares son encabezadas por la que mandó a hacer, en pleno corazón neurálgico de Totoral, el hijo del fundador de Córdoba, Pedro Luis de Cabrera, Teniente Gobernador de la provincia, que orilla los 400 años –la casona, Pedro Luis ya superó la barrera de las 4 centurias-. Fue por entonces en que la presencia de totoras en los bañados y arroyos le dio el nombre actual a la vieja villa veraniega. Y de la presencia creciente de familias acomodadas nacieron los caserones de película. De las familias bien –adineradas-. De las familias de artista -como Octavio Pinto, el pintor insigne de Totoral de trascendencia internacional-. De las familias de pensadores –como Deodoro Roca, el escritor y pensador argentino más importante de la primera mitad del Siglo XX-.
Otro de esos caserones de película fue morada de Gregorio Aráoz Alfaro, tucumano aristócrata, padre de la pediatría argentina y padre también de uno de los personajes que descansan en el cementerio de Totoral: Rodolfo Aráoz Alfaro. Polemista, militante político, duelista, revolucionario, exiliado, encarcelado una y mil veces, Rodolfo Aráoz Alfaro es sin dudas el hombre de Totoral.
Durante años militante del socialismo primero y luego del comunismo, espacios donde hizo pesar su figura, su morada totoralense también fue refugio de los más distinguidos que haya tenido y tendrá Totoral en su larga historia. La casona, erguida de orgullo hasta el día de hoy, fue escenario de las más elegantes tertulias revolucionarias, aunque suene contradictorio.
A partir de su pertenencia al comunismo, Aráoz Alfaro fue quien receptó a los exiliados por ideas de sus países de origen. Ahí es cuando entran en escena Rafael Alberti, el poeta y escritor español, ganador del premio Cervantes y perseguido por el franquismo, que se convirtió en totoralense entre 1940 y 1942 –algunos dicen que se quedó hasta 1946-, tiempo en el que concibió y parió junto a su mujer a su hija Aitana, tiempo en el que terminó de escribir El clavel y la espada y tiempo en que, tras la hija y el libro, plantó su árbol, hoy en plena plaza del pueblo.
Años después, en iguales condiciones llegaría a la casona el gran amigo chileno de Aráoz Alfaro: el Nóbel Pablo Neruda, que también se hizo totororalense entre 1955 y 1957 y allí escribió algunas de sus odas fundamentales:
Pausado iba y venía
en su trabajo
y de su mano
la materia
crecía.
Dijo Nerura de un albañil cordobés en su Oda del albañil tranquilo. También dicen que lo escribió mientras el albañil hacía el pórtico de la casa de Aráoz Alfaro que el mismo escritor había diseñado. Se dicen tantas cosas.
Pero Neruda dijo más, mucho más:
…de pronto
cae el trueno
como una
piedra
sobre un tambor de cuero rojo, ---
se raja el aire
como
una bandera,
se agujerea el cielo
y toda su agua verde
se desploma
sobre la tierra tierra
tierra tierra
tachonada
por las ganaderías
Eso es una tormenta. Una tormenta en Córdoba y su oda nerudiana.
Pero no fueron los únicos los hombres de la letra castellana que hicieron de Totoral un lugar exclusivo de grandes nombres. Jorge Cafrune, íntimo de Aráoz Alfaro, la joven Mercedes Sosa, un más joven aún Ernesto Guevara -cuando el Che no era más que una fantasía adolescente- y gran parte de la intelectualidad y la clase política de aquellos años. También dicen que Joan Miró pintó un mural en esa casona –que hoy estaría oculto- y que La Pasionaria, huyendo del autoritarismo, recayó en los brazos del distinguido revolucionario.
Como ha señalado un camarada de Aráoz Alfaro, en la vieja casona totoralense “mucamos ceremonioso nos servían café con guantes blancos en finas tazas de porcelana de Limoges mientras nosotros hablábamos de la Revolución”.
Para los anales de las contradicciones.
Pero no todos eran revolucionarios. Roberto Noble, el fundador del Diario Clarín –de quien es viuda la intocable Ernestina-, pasó largas temporadas en su quinta totoralense. Y en esas temporadas traía consigo al intelectual, luego presidente, luego depuesto Arturo Frondizi..
Desde Totoral, en una época, se pensó el país.
Desde Totoral, en una época, debieron olvidarse del país.
Aún quedan pobladores que recuerdan haber visto al derrocado Frondizi casi rapado: los militares encarcelaban, pero cortaban el pelo cortito, al modo de ellos. También quedan pobladores que juran y perjuran haber visto a, y es lo que dicen, Tom Cruise y Arnold Swarzeneger en la exclusiva estancia hotel que hoy es el palacio de Noble y en donde se convocan palomeros de toda laya. Es cuestión de animarse a más: quien dice si Jesús no anduvo por acá…
Pero la historia de esta hoy ciudad, que antes llevó por nombre Villa General Mitre, a raíz de un obsecuente gobernador con el presidente de la República –quién se animaría hoy llamar a un pueblo Villa Cristina-, en 1974 recuperó su nombre original para siempre. Lo que nunca perdió fueron las casonas de señores y señoras y una ley inquebrantable en cada hogar: En esta casa se duerme la siesta.
En Totoral se duerme la siesta. Pero la historia cada tanto pega una cachetada.
La Ruta 9 sigue y cuanto más sigue, más historias tiene por contar. Porque desde el Norte viene bajando la historia. San José de la Dormida, Tulumba, San Francisco del Chañar, Rayo Cortado y Villa de María de Río Seco se turnan para hablar y mostrar lo que tienen.
San José la Dormida –por el santo, por el lugar de descanso de los viajeros: todo se combina en estos pueblos descalzos- es reducto de comechingones y sanavirores. Más de un gaucho, en su patio, tiene guardado algún regalo de la historia. En pleno centro, un museo y una piedra conservan los rastros que los originarios de estas tierras dejaron cuando se fueron, si supiéramos donde.
Y también en pleno centro pueblerino, un aguaribay que, se estima, supera los 450 años, gana las miradas y rezos. Según las leyendas de la zona, los próceres de esta patria joven descansaron a su sombra en épocas de revoluciones contra el español. Belgrano, Lavalle o Quiroga habrían hecho la famosa ‘dormida’ en el santo P.P. Incluso, los más arriesgados se animan a decir que el mismo Jerónimo Luis de Cabrera habría atado en él su caballo. Y si Jesús anduvo por Totoral, quien dice que quizás, bajo la sombra del aguaribay…
A pocos kilómetros, Villa del Valle de Tulumba, un poco más escondida, cambió historia de sanavirones por la de la cruz y el caudillaje, sin saber hoy por qué se llama como se llama. Paraíso de la fe y la conversión, Fray Mamerto Esquiú repasó el evangelio a la sombra de una tala que aún hace sombra. La iglesia guarece joyas del arte sacro made in guaraníes y a la vuelta, la casa de los Reynafé: hermanos del poder, prosapia de caudillos, gobernadores de Córdoba. Matadores de Facundo. ¿Inspiradores de la muerte de Facundo? Ya lo dijo Domingo Faustino: ¡Sombra terrible de Facundo, voy a evocarte, para que, sacudiendo el ensangrentado polvo que cubre tus cenizas, te levantes a explicarnos la vida secreta y las convulsiones internas que desgarran las entrañas de un noble pueblo!
En tierras de tulumbanos, la antigua capilla, construida a fines de 1600, hoy sólo es testimonio de lo que fue. Y de acuerdo a las leyendas tulumbanas, bajo sus muros descansan los restos de Vicente Reynafé, ex gobernador de Córdoba, hijo pródigo de Tulumba y ajusticiado en 1835 por ser el presunto asesino intelectual del malogrado Tigre.
Todo tan cerca entre sí, el clásico de los clásicos tulumbanos son las 4 esquinas, que, por cosas de las matemáticas inexactas, hoy son tres. Belleza de la arquitectura colonial –como buena parte de Tulumba-, exhibe la proclama tulumbana en una mayólica que algún gobernador se animó a desafiar y se le cayeron los dientes por ello:
Lindo nombre, bello pueblo,
Buena gente, fragante el pan.
Quien le ame, por todo ello
Deje las cosas como están.
Regla número uno: no tocar nada en Tulumba. Tampoco los secretos de Hernán Benítez, el confesor de la ‘Abanderada de los humildes’. Su antigua morada está aquí. Y aquí, en Tulumba, viven los secretos de una parte de la historia nunca contada de la Argentina irresuelta.
Como irresuelta está la vida más arriba, pocos kilómetros, tierra de malones. Villa de María de Río Seco aún vive cautivada por aquellos asedios del pasado y del espíritu de Leopoldo Lugones –que descansa en el poblado-. Su casa natal, hoy museo y biblioteca, lo recuerda, pese a que él no quiso recuerdos y sí quiso tantas cosas que mejor no quererlas. La hora de la espada vino, se fue, volvió y parece que ya nunca más tocará nuestras puertas. Pero la esencia de Lugones, poesía de lunas sentimentales y romances del Río Seco, camina rumbo a descubrir las palabras y los hechos de este Norte puro indios, gauchos e intelectuales nativos.
Al final del recorrido, San Francisco del Chañar concluye el viaje con la marca de un joven Ernesto Guevara que no era Che. Andaba en moto, visitaba a su amigo Alberto Granado y jugaba con los niños chañarenses como uno más. Algunos dicen que fue al casamiento de unos los hombres más viejos de San Francisco y que no bailó el vals y que sí comió de las vaquillonas de este Norte antes tan ganadero. Otros, casi todos, que trabajó en el leprosario histórico de San Francisco cumpliendo funciones administrativas, acomodando papeles y juntado unas chirolas para seguir el viaje para arriba, por donde sigue la América profunda.
Unas y otras versiones se cruzan. La historia ha sido pródiga y ha dejado que sus hijos la recreen sin restricciones. Esa es una de las condiciones para ser parte de este camino que son todos los caminos. En el Norte de Córdoba. Caminos que esperan: no se irán: siempre están volviendo.
RECUADRO
DISTANCIAS DE CÓRDOBA CAPITAL
Deán Funes 120 kilómetros. GNC. Camping y albergue. Hoteles, hospedajes y gastronomía diversa.
Quilino: 135 km. GNC. Hospedaje y gastronomía diversa y autóctona. Balneario municipal.
Salinas Grandes y Monte de las Barrancas: 160 km.
Villa del Totoral: 80 km. GNC. Camping, restaurantes y bares. Appart hotel, hostal y hospedajes, casas.
Las Peñas: 100 Km. Hospedaje en el Parador las Peñas.
San José de la Dormida: 125 km. Parrillas y bares. Hospedajes y camping.
Tulumba: 150 km. Camping y hostal. Confiterías.
Cerro Colorado: 160 km. Camping, hotel y cabañas.
Villa de María de Río Seco: 182 km. Camping, hoteles, restaurantes.
San Francisco del Chañar: 200 km. S / D
RECUADRO
LA UNIÓN SE HACE SIN FUERZA
El secreto mejor guardado de este Norte tan escondido entre pencas y tunillas es un camino que es todos los caminos, pero entre laderas de selva autóctona, algarrobales centenarios y bosques de palma caranday con corazones de fuego. Ni un ápice de exageración hay en todo esto.
El secreto era unir las dos venas transitadas por el Norte: la 60 y la 9. Unir Deán Funes desde un lado y La Dormida por el otro, a los fines de que el camino, como debe ser, sea uno y todos los caminos. Y esa posibilidad existe.
En el mismo Deán Funes, al costado de una de las estaciones de servicio que están sobre la ruta, un camino angosto indica que para allá, derecho un poco y otro poco de curvas, está San Pedro Norte. ¿San Pedro Norte? Prácticamente desconocido en la provincia, San Pedro Norte es uno de los poblados más antiguos de toda Córdoba y tiene, entre otros tesoros, la Capilla blanco ardiente más antiquísima de la monacal provincial.
Un minuto: antes de llegar a eso y mucho más, hay que hacer 55 kilómetros, un poquitito de asfalto y otro poquitito de ripio. Entre un poquito y otro, las palmas caranday ubicadas estratégicamente en las leves insinuaciones de la tierra que sube y baja hacen señas para ir despacio: el destino es excitante, pero el camino es la forma de entenderlo mejor aún.
En el mismo camino, además de ñandúes que se cruzan y liebres que saltan, está -abandonada- la fábrica de alpargatas que nos calzaban los pies con suelas de yute, hechas a partir de las hojas de las palmas, sin dañar los ejemplares. Esa fábrica daba trabajo a cientos. Hoy da lástima. Y dan ganas de abrirla de nuevo.
5 kilómetros antes del poblado, San Pedro Viejo. Antigua posta del Camino Real, actualmente el mejor hotel de campo de la provincia -¿del país?, con las historias de San Martín, Facundo y Belgrano rondando por sus dormitorios. En la posta, hoy hotel, está la capilla más antigua de la provincia, está el lago artificial. Está la belleza de nuestro Norte profundo.
Más adelante, los 400 habitantes de San Pedro Norte calzan bombacha, facón y esperan a los que vienen por el camino que son todos los caminos para comer un asado.
Desde 1602 el poblado formó parte de la merced del hijo de Jerónimo Luis de Cabrera. Antes había comechingones y/o sanavirones –que lo resuelvan los que saben, o creen saber- que dejaron sus riquezas. Después vinieron los conquistadores, que algo dejaron. Después vinieron unos turcos que se murieron de parados en el cementerio y después fuimos tantos de nosotros, que nos enamoramos de este viejo santo al Norte.
Por el mismo camino –ése que son todos los caminos-, se van dejando atrás las palmas para adentrarse en el monte donde nunca sale la luna y está ella, tan bonita: Caminiaga. Ahí es donde saludan los molles y el arroyo saltarín. También las tuscas, que se abren como soles y los picapedreros y las historias de ella, tan bonita. Caminiaga, tierra de hombres y mujeres de antes.
El camino que parece no tener fin, lo tiene. O casi. Pues el camino busca encontrarse con sus caminos para hacerse uno. Y esta ruta de Madre Tierra, atrás de Caminiaga, tiene un Cerro Colorado como epílogo. Vergeles casi oasis, legados históricos del valor que dan los años, nativos, autóctonos y gauchos y todo aquello que el Cerro guarda y muestra de vez en cuando. Yupanqui, que allí descansa, cuidándonos. Dónde podríamos estar mejor.
Saliendo del Cerro, por ruta asfaltada y a sólo 11 kilómetros, la Ruta 9. Y es ahí cuando el camino que son todos los caminos demuestran que andando se anda hasta llegar a ningún lado, el mejor lugar donde todo comienza de nuevo.
Un solo camino que son todos los caminos. En el Norte de Córdoba.
Si de seguir las huellas se trata, a seguir huellas ha venido el hombre el mundo. Esas huellas que hablan de pasados, pisadas y aprendizajes. Esas huellas que pueden ser sabidurías por saberse.
Hay caminos que siendo todos los caminos hacen una huella de miles. Y cuentan, los caminos, que esas huellas fueron hechas por hombres que calzaban apellido de esos que no se olvidan. San Martín, Belgrano, Reinafé, Yupanqui, Fader, Neruda, Alberti, Pinto, Roca, Noble, Guevara, Frondizi, Lugones, Quiroga y miles más de desconocidos que hicieron poner a esos pies en el lugar justo de su horma.
Apellidos de no olvidar y olvidados, que calzaron huella y que hicieron de los caminos de la Córdoba al Norte todos los caminos en uno.
Caminos que esperan: no se irán: siempre están volviendo.
RUTAS DE CHOQUE
Es inevitable. Uno dispara para el Norte de Córdoba y no tiene alternativa: la historia lo choca en la frente y avisa que hay algo para aprender, que hay algo para dejar de equivocarte. Barranca Yaco, mojón de 12 cruces dormidas por cada uno de los 12 muertos a pistoletazos, es el lugar donde el Tigre de los Llanos se convirtió en el Tuerto de Santos Pérez. Barranca Yaco, paraje pasado a degüello por el progreso, quedó inmortalizado por Quiroga en su viaje al muere en carreta.
Los parajes siguen: Cañada de Río Pinto, Sarmiento y Cerro Negro, el pueblo abandonado que fuera fundado por Diego Abad de Santillán con un solo espíritu posible: el anarquista. Sí, en las últimas estribaciones serranas de la provincia de Córdoba, a comienzos del XX un grupo de hombres y mujeres creyeron ser los fundadores de un paraíso sin dueños ni opresión ni normas que dictaran sentencias sobre los cuerpos y las mentes. Cerro Negro fue una aventura. Mientras duró. Hoy, caserío olvidado, ni la historia oficial lo rescata. Sólo el Norte de Córdoba en su albor, cuando la historia choca en la frente y no hay escapatoria a semejante cimbrón.
El camino que son todos los caminos, en un momento determinado del devenir, se parte en dos como la historia cuando es contada por tres voces. Y, sépalo, hay que elegir. Pero no es hora de lamentos: el camino que son todos los caminos se parte en dos pero guarda una ruta que los une, casi oculta entre cerros, sombreada por algarrobales y quebrachales que fueron perdonados por la soja. Pero ese secreto, al último.
CAMINO UNO
La Ruta 60 casi no tiene curvas. La ruta 60 es vieja, la más vieja, como viejas son las historias que se cuentan a sus costados. La ruta 60 tiene una ciudad en la punta y una pena en la garganta. La ruta 60 tiene en la punta a Deán Funes y la pena de un tren que ya no pasa y no hay quien la ayude ahora, a la Ruta 60, a soportar tanto dolor en el lomo.
Deán Funes es ciudad. Alguna vez no fue nada, otras muchas fue casi todo. Hoy es ciudad y su noche lo demuestra. Deán Funes es la ciudad del Norte desde 1929, el atalaya, el centinela de toda esta historia.
Habitantes, muchos. Como los Pacheco, ninguno.
70 integrantes de una familia que no habla: canta.
70 integrantes de una familia que no recibe gente en su hogar: la engalana.
70 integrantes de una familia que no cuece los alimentos en su asador del fondo: los vuelve magia.
70 integrantes de una familia que no baila la zamba ni la chacarera: se aman en la zamba y guerrean chacarereando.
Les dicen los Carabajal de Córdoba. En realidad, los Carabajal son los Pacheco de Santiago.
Este servidor conoce de las mollejas de cabrito al disco con que lo recibieron los Pacheco en su casa de Deán Funes: no las recuerda, las lleva tatuadas para recordar cómo se comporta la gente buena en rancho propio.
Tierra de ilustres pintores, el que trajo la posta se llamaba Fernando, era mendocino e hizo escuela. Fader, antes de hacer su rancho a puro lomo de hombre en Ischilín –a 20 kilómetros de Deán Funes-, hizo estancia en esta urbe de mujeres desear, conoció esta ciudad que fue meca de los viajeros de antaño, del tren que iba y venía y dejó una semilla que se llamó Martín Santiago, un viejo viejito de blanco andar que explotó en mil partes sus conocimientos.
Fader había llegado con tuberculosis apenas empezada la primera década del XX. La búsqueda de soledad lo llevó hasta Ischilín, donde se quedaría más de 20 años, primero viviendo en una carpa, luego haciendo los ladrillos de su futura casa, luego viviendo en su rancho hoy en pie. Martín Santiago lo siguió. Sabía que había mucho por aprender. Y lo escuchó. Fader nunca lo miró a la cara. Pero siempre le dijo todo lo que tenía que decirle.
Hoy, los pintores Ricardo Mirolo y Mario Sanzano, entre otros, especie de discípulos de Santiago, que a su vez fue una especie de discípulo de Fader, exponen en el mundo el arte concebido en Deán Funes, donde el Norte como esencia gana acuarelas y óleos entre marcos y lunas llenas.
Además de artistas envidiables, Deán Funes tiene el festival de folklore más antiguo del país: desde el 57’, la Semana de la Tradición del Norte Cordobés hace bailar, cada enero, un gato a los Monjes Cartujos, otro secreto deanfunenense.
La Orden de los Cartujos, en Deán Funes, fue el primer asentamiento argentino de esta congregación, una de las más antiguas del catolicismo –hay que remontarse al 1084 para bucear sus orígenes-. Dedicados exclusivamente a la oración en soledad, al aislamiento y la absoluta pobreza, el mundo sólo conoce unos 400 integrantes de la orden. Y 20 de esos 400 viven y mueren cada día en Deán Funes, en un espacio de 5.000 m 2, pero recluidos en sus celdas, donde esperan el final inevitable. O algún otro comienzo.
La Ruta 60 arriba, hacia el Norte, es nula de curvas como nula de curvas es la memoria infranqueable. La 60 sigue recta, sigue firme, sigue Quilino. Y a Quilino le sigue una fama ganada a fuerza de chivos criados en monte abierto y que sólo responden al sabor del chañar, brujas inventadas y reales a fuerza de mentes despiertas que en realidad fueron y son y serán dulces como el mistol y una tradición de vida varias veces centenaria.
Los chivos de Quilino son una marca internacional. Y no darles un pellizco es como estar frente al Big Ben a las five o’clock y tomar mate cocido.
Quilino tiene tuvo una fábrica de vidrio desde 1935, que hacía las únicas damajuanas en forma manual. Para redescubrir el valor del trabajo en donde la mano del hombre es superior a la tecnología. Es la única del país. Pero Quilino no es el único del país: al frente está Villa Quilino y sus mandarinas, para escupir pepas al cielo durante noches enteras.
Quilino: quien pudiera abrazarlo.
Y siguen por la 60:
San José de las Salinas y Lucio V. Mansilla, que no tienen nada que uno ande buscando en el afán turístico.
San José de las Salinas y Lucio V. Mansilla, que tienen todo lo que uno ande buscando en el afán por conocer.
San José de las Salinas y Lucio V. Mansilla, que tienen la sal como horizonte y las Salinas como destino imperturbable.
San José de las Salinas y Lucio V. Mansilla, los pueblos que dan al mar. Al mar de Sal.
Las Salinas Grandes de Córdoba, en la punta más punta que hay que ver en la Córdoba que pierde su ritmo al hablar, es el mar mismo.
Blanca de infinita presencia y elegancia, sus vientos, serenos, firmes, salitrosos, confirman la idea del mar cuando la lengua palpa un aire similar al que corre por los océanos.
Pisando la mina de sal –que recrea en cada lluvia las 600 mil hectáreas de mineral, que no se agota ni con la extracción industrial ni manual- el infinito se desdibuja. No hay un más allá que los ojos se permitan divisar. El horizonte, desconocido, se vuelve un rayo resplandeciente de celestes y blancos. El sol, más cortante y áspero que nunca, saca de contexto y encuadre las imágenes tomados por el retrovisor de nuestras mentes, extirpadas del paralelo y la dimensión acostumbradas.
_ ¿Es esto la tierra?
_No, es la sal.
Kilómetros más arriba uno llega al cenit de la incongruencia natural descabellada. En pleno mar de sal, planos reflejos y solemne elegancia, una isla elevada en unos 8 metros aviva la vista. La sal tiene islas. De tierra. El Monte de las Barracas, porción de tierra erigida en medio de las Salinas, guarda en sus más de 7 mil hectáreas un corazón de bosque chaqueño. Además, su aislamiento ha permitido la presencia de especies en vías de extinción, como guanacos –único lugar de la provincia en donde se conservan en estado salvaje- liebres mara, pecaríes, corzuelas o gatos monteses. El Monte de las Barrancas es Refugio de Vida Silvestre.
_ ¿Es esto la tierra?
_ Pero sin humanos.
Antes de que las cosas se hagan de otros provincianos, está Totoralejos, pueblo récord.
_ Habitantes: 1.
Que cuida al tren que no pasa, a los perros flacos que esperan al tren que no pasa, a los rieles que esperan chispas.
Vaya, hable con él. Y sea partícipe de otro récord: duplicar la población de un pueblo pura memoria en sólo un instante. Y pase así, con su sola presencia, a la inmortalidad.
Todo a la vera de la Ruta 60.
CAMINO DOS
Decíamos al comienzo que en un momento el camino que son todos los caminos se bifurcaba como una horqueta de gomera y que había que elegir, como se elige cada vez que aparecen disyuntivas, cada vez que se vive. Antes habíamos elegido el desvío hacia la 60. Ahora elegimos seguir franco paso, derecho y al frente, por la Ruta 9.
Cavizacate. Villa General Mitre. Totoral. Todos son uno y ese uno hoy, por decreto hasta vaya a saber cuándo, es Totoral. O bien: Villa del Totoral.
Si usted la viera: de un lado gente linda, buen apellido y andar disciplinado por los caminos de la vida. Del otro, ahí nomás, gauchos cimarrones de viejas pulperías, sin más norma que clavar la espuela ahí donde el relincho esté asegurado.
Formas de la vida, en Totoral.
Totoral tiene historias conocidas: que el frío de su río se debe a que sus aguas, heladas para el buen verano, viene derechito por debajo de la tierra desde la Cordillera de los Andes. Que una prueba así lo demostró. Que el mito, al cual no hay científico que le ponga la firma, se vive como una verdad revelada en el pueblo.
Hoy Totoral ha tenido un crecimiento sin precedentes en la provincia. Como sin precedentes son las casonas y los hombres que pasaron por esas casonas.
El pueblo todo está atravesado por parte de lo que fuera el Camino Real, aquel que unía las capitales de los virreinatos: Lima y Buenos Aires. Para ir o volver, Totoral era el camino. Que son todos los caminos.
A orillas del viejo Camino Real, las casonas hacen un viaje en sí mismo. Decenas de viejos solares son encabezadas por la que mandó a hacer, en pleno corazón neurálgico de Totoral, el hijo del fundador de Córdoba, Pedro Luis de Cabrera, Teniente Gobernador de la provincia, que orilla los 400 años –la casona, Pedro Luis ya superó la barrera de las 4 centurias-. Fue por entonces en que la presencia de totoras en los bañados y arroyos le dio el nombre actual a la vieja villa veraniega. Y de la presencia creciente de familias acomodadas nacieron los caserones de película. De las familias bien –adineradas-. De las familias de artista -como Octavio Pinto, el pintor insigne de Totoral de trascendencia internacional-. De las familias de pensadores –como Deodoro Roca, el escritor y pensador argentino más importante de la primera mitad del Siglo XX-.
Otro de esos caserones de película fue morada de Gregorio Aráoz Alfaro, tucumano aristócrata, padre de la pediatría argentina y padre también de uno de los personajes que descansan en el cementerio de Totoral: Rodolfo Aráoz Alfaro. Polemista, militante político, duelista, revolucionario, exiliado, encarcelado una y mil veces, Rodolfo Aráoz Alfaro es sin dudas el hombre de Totoral.
Durante años militante del socialismo primero y luego del comunismo, espacios donde hizo pesar su figura, su morada totoralense también fue refugio de los más distinguidos que haya tenido y tendrá Totoral en su larga historia. La casona, erguida de orgullo hasta el día de hoy, fue escenario de las más elegantes tertulias revolucionarias, aunque suene contradictorio.
A partir de su pertenencia al comunismo, Aráoz Alfaro fue quien receptó a los exiliados por ideas de sus países de origen. Ahí es cuando entran en escena Rafael Alberti, el poeta y escritor español, ganador del premio Cervantes y perseguido por el franquismo, que se convirtió en totoralense entre 1940 y 1942 –algunos dicen que se quedó hasta 1946-, tiempo en el que concibió y parió junto a su mujer a su hija Aitana, tiempo en el que terminó de escribir El clavel y la espada y tiempo en que, tras la hija y el libro, plantó su árbol, hoy en plena plaza del pueblo.
Años después, en iguales condiciones llegaría a la casona el gran amigo chileno de Aráoz Alfaro: el Nóbel Pablo Neruda, que también se hizo totororalense entre 1955 y 1957 y allí escribió algunas de sus odas fundamentales:
Pausado iba y venía
en su trabajo
y de su mano
la materia
crecía.
Dijo Nerura de un albañil cordobés en su Oda del albañil tranquilo. También dicen que lo escribió mientras el albañil hacía el pórtico de la casa de Aráoz Alfaro que el mismo escritor había diseñado. Se dicen tantas cosas.
Pero Neruda dijo más, mucho más:
…de pronto
cae el trueno
como una
piedra
sobre un tambor de cuero rojo, ---
se raja el aire
como
una bandera,
se agujerea el cielo
y toda su agua verde
se desploma
sobre la tierra tierra
tierra tierra
tachonada
por las ganaderías
Eso es una tormenta. Una tormenta en Córdoba y su oda nerudiana.
Pero no fueron los únicos los hombres de la letra castellana que hicieron de Totoral un lugar exclusivo de grandes nombres. Jorge Cafrune, íntimo de Aráoz Alfaro, la joven Mercedes Sosa, un más joven aún Ernesto Guevara -cuando el Che no era más que una fantasía adolescente- y gran parte de la intelectualidad y la clase política de aquellos años. También dicen que Joan Miró pintó un mural en esa casona –que hoy estaría oculto- y que La Pasionaria, huyendo del autoritarismo, recayó en los brazos del distinguido revolucionario.
Como ha señalado un camarada de Aráoz Alfaro, en la vieja casona totoralense “mucamos ceremonioso nos servían café con guantes blancos en finas tazas de porcelana de Limoges mientras nosotros hablábamos de la Revolución”.
Para los anales de las contradicciones.
Pero no todos eran revolucionarios. Roberto Noble, el fundador del Diario Clarín –de quien es viuda la intocable Ernestina-, pasó largas temporadas en su quinta totoralense. Y en esas temporadas traía consigo al intelectual, luego presidente, luego depuesto Arturo Frondizi..
Desde Totoral, en una época, se pensó el país.
Desde Totoral, en una época, debieron olvidarse del país.
Aún quedan pobladores que recuerdan haber visto al derrocado Frondizi casi rapado: los militares encarcelaban, pero cortaban el pelo cortito, al modo de ellos. También quedan pobladores que juran y perjuran haber visto a, y es lo que dicen, Tom Cruise y Arnold Swarzeneger en la exclusiva estancia hotel que hoy es el palacio de Noble y en donde se convocan palomeros de toda laya. Es cuestión de animarse a más: quien dice si Jesús no anduvo por acá…
Pero la historia de esta hoy ciudad, que antes llevó por nombre Villa General Mitre, a raíz de un obsecuente gobernador con el presidente de la República –quién se animaría hoy llamar a un pueblo Villa Cristina-, en 1974 recuperó su nombre original para siempre. Lo que nunca perdió fueron las casonas de señores y señoras y una ley inquebrantable en cada hogar: En esta casa se duerme la siesta.
En Totoral se duerme la siesta. Pero la historia cada tanto pega una cachetada.
La Ruta 9 sigue y cuanto más sigue, más historias tiene por contar. Porque desde el Norte viene bajando la historia. San José de la Dormida, Tulumba, San Francisco del Chañar, Rayo Cortado y Villa de María de Río Seco se turnan para hablar y mostrar lo que tienen.
San José la Dormida –por el santo, por el lugar de descanso de los viajeros: todo se combina en estos pueblos descalzos- es reducto de comechingones y sanavirores. Más de un gaucho, en su patio, tiene guardado algún regalo de la historia. En pleno centro, un museo y una piedra conservan los rastros que los originarios de estas tierras dejaron cuando se fueron, si supiéramos donde.
Y también en pleno centro pueblerino, un aguaribay que, se estima, supera los 450 años, gana las miradas y rezos. Según las leyendas de la zona, los próceres de esta patria joven descansaron a su sombra en épocas de revoluciones contra el español. Belgrano, Lavalle o Quiroga habrían hecho la famosa ‘dormida’ en el santo P.P. Incluso, los más arriesgados se animan a decir que el mismo Jerónimo Luis de Cabrera habría atado en él su caballo. Y si Jesús anduvo por Totoral, quien dice que quizás, bajo la sombra del aguaribay…
A pocos kilómetros, Villa del Valle de Tulumba, un poco más escondida, cambió historia de sanavirones por la de la cruz y el caudillaje, sin saber hoy por qué se llama como se llama. Paraíso de la fe y la conversión, Fray Mamerto Esquiú repasó el evangelio a la sombra de una tala que aún hace sombra. La iglesia guarece joyas del arte sacro made in guaraníes y a la vuelta, la casa de los Reynafé: hermanos del poder, prosapia de caudillos, gobernadores de Córdoba. Matadores de Facundo. ¿Inspiradores de la muerte de Facundo? Ya lo dijo Domingo Faustino: ¡Sombra terrible de Facundo, voy a evocarte, para que, sacudiendo el ensangrentado polvo que cubre tus cenizas, te levantes a explicarnos la vida secreta y las convulsiones internas que desgarran las entrañas de un noble pueblo!
En tierras de tulumbanos, la antigua capilla, construida a fines de 1600, hoy sólo es testimonio de lo que fue. Y de acuerdo a las leyendas tulumbanas, bajo sus muros descansan los restos de Vicente Reynafé, ex gobernador de Córdoba, hijo pródigo de Tulumba y ajusticiado en 1835 por ser el presunto asesino intelectual del malogrado Tigre.
Todo tan cerca entre sí, el clásico de los clásicos tulumbanos son las 4 esquinas, que, por cosas de las matemáticas inexactas, hoy son tres. Belleza de la arquitectura colonial –como buena parte de Tulumba-, exhibe la proclama tulumbana en una mayólica que algún gobernador se animó a desafiar y se le cayeron los dientes por ello:
Lindo nombre, bello pueblo,
Buena gente, fragante el pan.
Quien le ame, por todo ello
Deje las cosas como están.
Regla número uno: no tocar nada en Tulumba. Tampoco los secretos de Hernán Benítez, el confesor de la ‘Abanderada de los humildes’. Su antigua morada está aquí. Y aquí, en Tulumba, viven los secretos de una parte de la historia nunca contada de la Argentina irresuelta.
Como irresuelta está la vida más arriba, pocos kilómetros, tierra de malones. Villa de María de Río Seco aún vive cautivada por aquellos asedios del pasado y del espíritu de Leopoldo Lugones –que descansa en el poblado-. Su casa natal, hoy museo y biblioteca, lo recuerda, pese a que él no quiso recuerdos y sí quiso tantas cosas que mejor no quererlas. La hora de la espada vino, se fue, volvió y parece que ya nunca más tocará nuestras puertas. Pero la esencia de Lugones, poesía de lunas sentimentales y romances del Río Seco, camina rumbo a descubrir las palabras y los hechos de este Norte puro indios, gauchos e intelectuales nativos.
Al final del recorrido, San Francisco del Chañar concluye el viaje con la marca de un joven Ernesto Guevara que no era Che. Andaba en moto, visitaba a su amigo Alberto Granado y jugaba con los niños chañarenses como uno más. Algunos dicen que fue al casamiento de unos los hombres más viejos de San Francisco y que no bailó el vals y que sí comió de las vaquillonas de este Norte antes tan ganadero. Otros, casi todos, que trabajó en el leprosario histórico de San Francisco cumpliendo funciones administrativas, acomodando papeles y juntado unas chirolas para seguir el viaje para arriba, por donde sigue la América profunda.
Unas y otras versiones se cruzan. La historia ha sido pródiga y ha dejado que sus hijos la recreen sin restricciones. Esa es una de las condiciones para ser parte de este camino que son todos los caminos. En el Norte de Córdoba. Caminos que esperan: no se irán: siempre están volviendo.
RECUADRO
DISTANCIAS DE CÓRDOBA CAPITAL
Deán Funes 120 kilómetros. GNC. Camping y albergue. Hoteles, hospedajes y gastronomía diversa.
Quilino: 135 km. GNC. Hospedaje y gastronomía diversa y autóctona. Balneario municipal.
Salinas Grandes y Monte de las Barrancas: 160 km.
Villa del Totoral: 80 km. GNC. Camping, restaurantes y bares. Appart hotel, hostal y hospedajes, casas.
Las Peñas: 100 Km. Hospedaje en el Parador las Peñas.
San José de la Dormida: 125 km. Parrillas y bares. Hospedajes y camping.
Tulumba: 150 km. Camping y hostal. Confiterías.
Cerro Colorado: 160 km. Camping, hotel y cabañas.
Villa de María de Río Seco: 182 km. Camping, hoteles, restaurantes.
San Francisco del Chañar: 200 km. S / D
RECUADRO
LA UNIÓN SE HACE SIN FUERZA
El secreto mejor guardado de este Norte tan escondido entre pencas y tunillas es un camino que es todos los caminos, pero entre laderas de selva autóctona, algarrobales centenarios y bosques de palma caranday con corazones de fuego. Ni un ápice de exageración hay en todo esto.
El secreto era unir las dos venas transitadas por el Norte: la 60 y la 9. Unir Deán Funes desde un lado y La Dormida por el otro, a los fines de que el camino, como debe ser, sea uno y todos los caminos. Y esa posibilidad existe.
En el mismo Deán Funes, al costado de una de las estaciones de servicio que están sobre la ruta, un camino angosto indica que para allá, derecho un poco y otro poco de curvas, está San Pedro Norte. ¿San Pedro Norte? Prácticamente desconocido en la provincia, San Pedro Norte es uno de los poblados más antiguos de toda Córdoba y tiene, entre otros tesoros, la Capilla blanco ardiente más antiquísima de la monacal provincial.
Un minuto: antes de llegar a eso y mucho más, hay que hacer 55 kilómetros, un poquitito de asfalto y otro poquitito de ripio. Entre un poquito y otro, las palmas caranday ubicadas estratégicamente en las leves insinuaciones de la tierra que sube y baja hacen señas para ir despacio: el destino es excitante, pero el camino es la forma de entenderlo mejor aún.
En el mismo camino, además de ñandúes que se cruzan y liebres que saltan, está -abandonada- la fábrica de alpargatas que nos calzaban los pies con suelas de yute, hechas a partir de las hojas de las palmas, sin dañar los ejemplares. Esa fábrica daba trabajo a cientos. Hoy da lástima. Y dan ganas de abrirla de nuevo.
5 kilómetros antes del poblado, San Pedro Viejo. Antigua posta del Camino Real, actualmente el mejor hotel de campo de la provincia -¿del país?, con las historias de San Martín, Facundo y Belgrano rondando por sus dormitorios. En la posta, hoy hotel, está la capilla más antigua de la provincia, está el lago artificial. Está la belleza de nuestro Norte profundo.
Más adelante, los 400 habitantes de San Pedro Norte calzan bombacha, facón y esperan a los que vienen por el camino que son todos los caminos para comer un asado.
Desde 1602 el poblado formó parte de la merced del hijo de Jerónimo Luis de Cabrera. Antes había comechingones y/o sanavirones –que lo resuelvan los que saben, o creen saber- que dejaron sus riquezas. Después vinieron los conquistadores, que algo dejaron. Después vinieron unos turcos que se murieron de parados en el cementerio y después fuimos tantos de nosotros, que nos enamoramos de este viejo santo al Norte.
Por el mismo camino –ése que son todos los caminos-, se van dejando atrás las palmas para adentrarse en el monte donde nunca sale la luna y está ella, tan bonita: Caminiaga. Ahí es donde saludan los molles y el arroyo saltarín. También las tuscas, que se abren como soles y los picapedreros y las historias de ella, tan bonita. Caminiaga, tierra de hombres y mujeres de antes.
El camino que parece no tener fin, lo tiene. O casi. Pues el camino busca encontrarse con sus caminos para hacerse uno. Y esta ruta de Madre Tierra, atrás de Caminiaga, tiene un Cerro Colorado como epílogo. Vergeles casi oasis, legados históricos del valor que dan los años, nativos, autóctonos y gauchos y todo aquello que el Cerro guarda y muestra de vez en cuando. Yupanqui, que allí descansa, cuidándonos. Dónde podríamos estar mejor.
Saliendo del Cerro, por ruta asfaltada y a sólo 11 kilómetros, la Ruta 9. Y es ahí cuando el camino que son todos los caminos demuestran que andando se anda hasta llegar a ningún lado, el mejor lugar donde todo comienza de nuevo.
viernes, 16 de abril de 2010
OSVALDO BAYER
Una noche con Osvaldo Bayer
Como el abuelo que quién no quisiera tener, Osvaldo Bayer, una noche de septiembre y a la sombra nocturna de las Sierras Chicas de Córdoba, se sentó a la cabecera de una exigua mesa y, asado mediante, habló.
Una noche con Osvaldo Bayer: la cita con la historia íntima de un rebelde.
Osvaldo Soriano, amigo íntimo, lo reveló como ‘el último rebelde’.
José Pablo Feinmann, más acá en tiempo, lo describió como “la última reserva moral de la Argentina”.
En uno y otro caso, hablaban de Osvaldo Bayer.
En uno y otro caso, Osvaldo Bayer entra cómodo en ambas definiciones.
En uno y otro caso, nosotros, todos, estamos jodidos. Bayer es, en ambas figuras, el último: el último rebelde, el último ser moral
¿Qué será de nuestras rebeldías, de nuestra moral colectiva, sin el gran Osvaldo?
Es cierto: no lo sabemos. Pero compartir una noche de asado y vino tinto con el último rebelde puede, por un momento, sacarnos el tormento de encima.
Pues escucharlo a Bayer es eso: dejar los fantasmas afuera y saber que las cosas se juegan acá: por donde camina el hombre.
LA LEÑA DEL DESTIEMPO
Bayer llega a Córdoba por enésima vez. No se cansa. Viene a Córdoba y viaja a Unquillo para dar una charla, recibe el título de Doctor en la Universidad más antigua del país, habla en una feria de libros y panfletos, da entrevistas a quien lo pida y a los medios que sean. Se merece, ante esto, ser invitado a algo que le cambie el libreto.
Nada mejor para romper la monotonía de un día de semana que cortarla al medio, a la semana, con un asado a la leña del destiempo. Esa de la que Osvaldo Bayer sabe.
A Bayer lo esperaba un asado en las Sierras Chicas de Córdoba. A nosotros, tanto más.
En Córdoba desde temprano, ya había pasado por estudio de televisión, por hotel, por entrevistas y por una charla que picó en punta con el rating. Bayer fue el más convocante de la última Feria del Libro: casi tres horas para hablar de la crueldad en la historia argentina. Interminable Argentina.
Ahí, con el día pronto a consumirse, auto para Osvaldo y ruta hacia el Norte. Y la impaciencia de no saber a dónde lo llevaban. La leña seca que da el monte sin que nadie se la saque ya ardía. Y Bayer decía:
_ Che, ahí leí un cartel que decía: San Luis: 16 kilómetros…
Bayer llegó a Mendiolaza cuando la leña era brasa, cuando la espera exultaba. Se sentó en la cabecera de una mesa que a su vera no reunía a más de 6 personas y sin que nadie dijera nada, sabiendo que todos esperaban sin decir, copa tinta en una mano, el queso que acompaña el ingreso a los placeres del comparte, parió las historias nunca contadas en ese libreto oficial al que Bayer siempre ignoró.
Aquella alemana que corría desnuda, los fusilamientos de la Patagonia y los radicales que no tienen tiempo de la autocrítica: “Con los problemas que tenemos los radicales ahora…”, le dijo Terragno hace tanto; el hermano Rodolfo, su guía, muerto en el fuego de la solidaridad.
_ ¿Y vos cómo sabes? –me pregunta Bayer, incrédulo, sorprendido-.
_ Porque lo leí Osvaldo.
El Tugurio: su hogar en Buenos Aires, bautizado así por el otro gran Osvaldo. Soriano fue su compañero en la porteña soledad y en el gélido exilio. Soriano y Bayer, a veces, parecieran ser uno.
Rosario Central, su club. Jamás, este santafesino, sería hincha de un club con nombre inglés: pobre Ñuls. Además, en su época, Central tenía un jugador habilidoso, puro placer verlo jugar. Pero más que eso: fue asesinado por la policía. A Bayer eso le gusta. No los mártires de la historia: sí los que hacen frente a una historia, casi siempre, que incomoda.
“El triunfo de la ética ha sido total en las luchas patagónicas. Todas las tumbas masivas están marcadas. Malvino Arguello tiene una calle en Puerto San Julián, Antonio Choto una calle en Río Gallegos, Facón Grande un monumento ahí donde lo fusilaron, y qué monumento. Todos los años se hace un acto en la Estancia La Anita, donde están las tumbas masivas de 610 obreros fusilados. Los 10 de diciembre siempre estoy ahí” cuenta Bayer.
_ Gran parte esa es obra suya.
_ Lo que sea. Es obra de la ética.
Bayer no se la cree ni por un segundo. Eso sí: seduce, una y otra vez.
El asado está listo. La noche acompaña. “Me voy a servir un poquito de vino si es posible”, dice. Faltaba más. Dice que va a comer poco. Pasó por el jamón crudo. Va por los embutidos puro cerdo. Bayer come. Y habla como el padre de una familia que nunca se cansa de escucharlo, una familia que más bien parece un club de fans que le pide temas desde el igualitario lugar de una explanada, a él, el león en su cetro:
_ Cómo fue Osvaldo esa historia con Piri Lugones, Rodolfo Walsh, el Che Guevara…
_ Eso me llevó de 36 años de expulsión de Cuba. Eran cosas de aquellos años de la Revolución. Después hubo un acto de desagravio… pero menos mal que no me fusilaron. ¿Les cuento? Vamos a terminar que se acomoden…
Algunas buscan el último lugar en la mesa. A Bayer, cuando habla, le gusta que todos escuchen. A todos nos gusta escuchar a Bayer.
_ ¿Quien se encarga de la carne? –pregunta alguno, hambre-
_ Yo. Lo escucho 2 minutos y la traigo.
_ Mirá que dura media hora –me dice Bayer, advirtiendo-.
_ Mejor traigo la carne.
_ Viste que soy larguero. Si doy más detalles dura una hora y media.
Las mocillas y los chorizos empiezan a circular.
_ ¿Les cuento lo de Cuba? Chorizito, morcilla. Valió la pena venir che. Muy bien por el asador, un aplauso.
Aplauden. Bayer ha pedido un aplauso para este escribiente/asador. Tarea cumplida.
_ Esto ya es mucho -digo- Bayer me aplaudió el asado.
_ Bueno –dice Bayer- ahora que hable él mientras nosotros comemos. ¿Cómo hizo el asado usted, joven? Cuente, cuente…
Risas generales. Bayer no sólo es rebelde y es moral.
_ Bueno –dice cortando risas y suspiros de vino tinto- 1 de enero de 1960. Primer aniversario de la Revolución. Nos invita, la República de Cuba, a 5 argentinos para asistir a los festejos. Una intelectual, que era la escritora Sara Gallardo, muy buena escritora, muerta muy joven, por eso no se la conoce. Y cuatro gremialistas. Yo era Secretario general del Sindicato de prensa. Viajamos a Cuba, nos acompañó la madre del Che Guevara en el avión, que conversó con nosotros.
_ ¿Y Rodolfo Walsh estaba allá? -pregunta una comensal-
_ Sí, estaba allá, en Prensa Latina… Por favor, si interrumpís yo me deprimo… Voy a comer nomás –miente, y rápido retoma el relato- Llegamos a Chile. Nos recibió Allende, 20 minuto nomás, pero para nosotros… Llegamos a Cuba, del Aeropuerto directamente a la Plaza de la Revolución. Un sol impresionante. Y Fidel Castro, y no les voy a mentir, habló 5 horas, un discurso de 5 horas. A la media hora mi cabeza con el sol… me agarró una insolación. Unos cubanitos –entona sus palabras en un claro cubano- se apiadaron de nosotros y nos trajeron unos pajizos. Estaba el Che al lado de Fidel, estaba Camilo Cienfuegos, qué lindo tipo… Fuimos a descansar, y al día siguiente fuimos a Santa Clara, la ciudad que había conquistado el Che Guevara bajando de la Sierra Maestra. Y viene un cubano y me dice –vuelve a hablar en cubano-:
_ Me acaba de llamar el Compañero Che desde el Banco de la Industria. Los espera mañana a las 10 y media de la noche –vuelve a su voz y continúa-.
Horarios del Che. Entonces nos volvimos de inmediato a La Habana, y teníamos todo el día para esperar. Entonces me dije: me lo voy a visitar a Rodolfo Walsh. Lo llamo y me dice “venite, que tenemos tanto que conversar”. Voy, empezamos a conversar. Estamos conversando –cuenta Bayer mientras el asado va desapareciendo- y de pronto entra un minón impresionante. Rodolfo era un tipo de lo mejor, de lo mejor… pero nos puso en cada aprieto… Porque el tipo cambiaba de compañera cada 15 días. Entonces vos hablabas por teléfono y la última compañera se llamaba Sara, te atendía una mujer siempre, y decías:
_Qué tal Sara, ¿cómo estás?
_ No soy Sara, soy Elisa.
_ Bueno Elisa, perdoname.
_ No, ya sé que lo hacés a propósito, dejate de joder.
Nosotros éramos los culpables. Yo le decía a Rodolfo que por lo menos nos avisara. “No sé, no sé porque me lo decís”, decía él, y ponía cara de inocente, “no entiendo”. Entra una mujer muy bien formada, muy enérgica, se me viene, y me dice:
_ ¿Vos sos Osvaldo Bayer?
_ Sí.
_ Yo soy la Piri, la hija del torturador Lugones.
Miren qué complejo. Entonces Rodolfo de pronto me dice que me quede a cenar, cocinaba muy bien Rodolfo. Yo le digo que no, “vos sabes que el Che Guevara nos espera en su despacho a las 10 y media de la noche”, le digo. Y la Piri me dice:
_ ¿Cómo? ¿Quién te invitó?
_ El Che.
_ Yo me voy con vos –imita la voz de esa mujer fuerte que todos nos imaginamos-
Yo le digo que no:
_ Mirá Piri, es para la delegación argentina.
_ Mirá, conmigo no te hagas el burguesito, yo te agarro del brazo y me meto.
Yo lo miré a Rodolfo como diciéndole “parala viejo”. Y Rodolfo se hizo el boludo, miró para otro lado. Cuando me tengo que ir, para ir al hotel y de ahí a encontrarnos, me despido.
_ Chau querido Rodolfo
_ Mirá que de mi no te libras.
Y yo lo miré a Rodolfo como diciendo de nuevo “parala viejo a la mina”. Se hizo el tímido. El hotel quedaba cerca. En el camino nos agarra, a las 5 cuadras, como dicen los cubanos –vuelve a imitar el tono caribe-, un combate entre los verde olivo y los gusanos. Quedamos en el medio del tiroteo, nos tiramos cuerpo a tierra en la calle, nos cubríamos la cabeza con el cordón de la vereda y pasaban los balazos. Cuando terminó el primer tiempo del tiroteo, viene un cubano y nos dice –otra vez cubano- “adentro, adentro, chicos adentro”. Y nos metieron adentro de un almacén y siguió el segundo tiempo: pim, pum, pam. Terminó el partido y pudimos salir. Llegamos al hotel y ya se había ido la delegación argentina a lo del Che. En el hotel le digo a un tipo que yo estaba invitado por el Compañero Che, pero que había llegado tarde porque hubo una balacera –todo en cubano-.
_ Ah, que ya sabíamos. Pero no importa, que llamo un auto ahora y se van para allá.
Y se van dice, él habló en plural, yo no.
_ ¿Era muy linda la Piri?
_ No era muy linda, pero era… viste…
_ Muy vistosa
_ Muy sexi y muy bien armada. Lomo y otras cosas.
_ Tetas –le dice alguien-
_ Che, yo me voy a retirar… no estoy acostumbrado a estos términos… -se ofende Bayer, puro teatro del gran narrador, y sigue- Viene el auto, nos dicen que subamos –sigue hablando en cubano- Llegamos allá, y el chofer dice: estos señores están invitados por el compañero Che. Y el que estaba en el banco dice: Que pasennnnn –y alarga la n, para demostrar que los cubanos usaban el plural- Ella siempre agarrada de mí. Llegamos y ya estaba hablando el Che Guevara. Habla dos horas y media, nos dice cómo hay que hacer la revolución en Argentina, se termina, volvemos al hotel, nos despedimos, la Piri se va a la casa de Rodolfo, yo me voy a dormir. Y de pronto vienen un negrazo impresionante, como de 2 metros, y dice: documentos. Saco el pasaporte y lo mira. “Que me tiene que acompañar”, me dice. Y me lleva a un subsuelo, en una oficinita chiquita en donde había otro negro grandote, eran del G 2, los servicios de contraespionaje. Y entonces empieza a mirar mi pasaporte como si ahí estuviera toda mi vida. Y me dice:
_Yo –vuelve al cubano- le voy a hacer una pregunta. ¿Por qué usted hizo entrar a su amiga a los del Compañero Che si no estaba invitada?
_ No -le digo –yo no la hice entrar, la dejaron entrar ustedes.
_ Usted no avisó
_ Y no sé, yo no estoy acostumbrado a paran a nadie, sino la paran ustedes.
Y después que le digo eso, el negro me mata con una pregunta:
_ Escúcheme señor, ¿usted no sabe lo que es la autocustodia revolucionaria?
Me puso tanto contra la pared que le dije que no tenía ninguna culpa, así que si yo era mala persona o sospechoso para ellos, que no tenía ningún problema de irme.
_Así que resérveme la vuelta en el próximo avión.
Me mira y me dice: “Qua ya está hecho. Usted sale hoy las 5.30 de la mañana de acá”.
Iba caminando a mi habitación y pensé cuántas cosas en la historia han ocurrido, en que han acusado y no tenés nada que ver. Entonces me voy a preparar las valijas y de pronto golpean la puerta y era Rubén Queijo, el representante de los canillitas argentinos, que eran verdaderos obreros, ahora son todos empresarios. Era un orador impresionante. Cuando hablaba en una asamblea y decía que había que hacer la revolución social en América Latina, salíamos todos y agarrábamos las armas y hacíamos la revolución. Era impresionante. Y los usábamos como orador a los lugares en donde habíamos ido. Y me pregunta que pasó. Le cuento y me dice:
_Yo me voy con vos.
_ No Rubén, quedate. Me pasó a mi y me las aguanto. Vos tenes que quedarte porque sos el orador de la delegación
Me mira cabizbajo, se sienta en la cama y empieza a mirar el suelo. Y le pregunto que le pasa:
_ Que yo me voy con vos
_ No, vos te quedas.
Lo miro y le pregunto si le pasa algo.
_ Sí –me dice- yo me tengo que ir con vos.
_ ¿Pero por qué?
Hay un silencio
_ No aguanto más: extraño a mi mujer.
Éste quería hacer la revolución y hablaba de ir a los bosques latinoamericanos y estamos un día y medio en Cuba… y extrañaba a la mujer. Cosas de argentinos.
Esa mañana salimos, llegamos al aeropuerto y estaba la mujer esperando, y se quedaron abrazados y besándose como media hora. Por otra parte es muy lindo, pero es medio difícil hacer la revolución así.
Antes de irnos, y al pasar por el hotel, estaba Sara Gallardo con una delegada obrera, todas desgreñadas, con los ojos hinchados.
_ ¿Qué les pasó? –les pregunto-.
_ Después de estar con el Che, nos enamoramos y nos pasamos toda la noche llorando
Y yo pensé: estas también quieren hacer la revolución.
La delegación argentina…
Bayer es todo lo que ya se dijo y ya se sabe y es también un orador que captura por horas a quienes lo escuchan. Esa vieja historia de hacer reír y hacer pensar de qué te reís. Peor mientras reímos, mientras Bayer saca cuenta de aquellos revolucionarios argentinos –uno expulsado, uno que extraña, otra muerta de amor-, para él no fue tan fácil. La historia de la Piri le supuso más de 3 décadas de exilio de la tierra de la revolución. “Aunque a ustedes les parezca mentira, nunca más me invitaron. Vaya a saber lo que pusieron en la ficha”. Fue en el 93’ cuando la sociedad de escritores cubanos, enterados del caso, realizó un acto de desagravio y Bayer volvió a la isla. “Me dijeron que eran cosas de esa época y yo les dije que conmigo se habían equivocado”.
PIRI OTRA VEZ
“En el 63’, estaba viendo las vidrieras del Ateneo en la calle Florida, y de pronto me agarran de atrás, me tapaban los ojos y sin decirme nada, y yo por ciertas protuberancias que sentí en la espalda, me di cuenta que era una mujer”.
Una mujer de la mesa interrumpe para aclarar: las testas.
_ ¿Cómo se dice? –pregunta Bayer- ¿Las tetas?… -y retoma- Y me dice: ¿sabés quien soy?. La Piri, le digo. Y ella me dice: “¿Cómo te cagué nene en la Habana?”. Y fuimos a tomar un café. Y después nos vimos otra vez más cuando ella estaba perseguida, y me ofreció la venta del archivo de su padre, el torturador Lugones, con fotos de los anarquistas, que para mi archivo esas fotos me vinieron muy bien. Ella me dijo: Yo te las regalaría pibe, pero necesito guita. Después la vi de nuevo cuando le di el dinero… y nunca más. Y algunos testigos contaron que en la prisión la torturaron con la picana eléctrica que había inventado el padre, para que aprendiera… hay que ser miserable…
_ ¿Matambre Osvaldo?
_ No. Gracias, está riquísimo, pero ya no.
CUBA OTRA VEZ
“La Feria del libro de Cuba me impresionó –cuenta Bayer-. Por moneditas los pibes se iban cargados de libros. Ahí vos ves lo que es lo buena vida: alrededor de la Feria hay jardines, los hombres tirados en el pasto leyendo libros, y la mujer preparando café para el marido…”
Las mujeres de las mesa lo miran reprochándole la visión que hoy es incorrecta. Él buscaba esas miradas amenazadoras por parte de ellas. Y también la risa de los tan machos.
Y sigue:
_Una vez un pibe salía con un libro grandote con fotografías de Fidel, un pibe de 11 años, y entonces yo, que me gusta el diálogo, le digo
_ Así que te interesa mucho Fidel
Y el negrito me miró de arriba abajo y me dice
_ Que no me interesa Fidel, a mi me interesa la política…
Uh, ahí pensé si no habría metido la pata de nuevo
EL POETA DE LA REVOLUCIÓN
_ Osvaldo, ahora cuéntenos de la reunión con Ernesto Guevara.
_ Ah, eso es largo, largo y muy lindo... pero metí la pata, como siempre… Fue genial, hay que tener tiempo para contarla. El Compañero Che hablaba con una mezcla de cubano y argentino que le quedaba muy bien.
_ ¿Algo de cordobés?
_ No, nada, más bien tipo rosarino porteño. Entonces empieza a hablar y nos dice cómo hay que hacer la guerrilla –comienza a imitarlo, mezcla de cubano y argentino aporteñadorosarino: le sale tan bien- “Un grupo, de 30 compañeros, va a las sierras de Córdoba, encuentra un lugar y ahí se hace el campamento”. Me acuerdo bien que dijo que eran las sierras de Córdoba – y vuelve a ser el Che- “Están 6 meses allí, se acostumbran a buscarse la comida, pasan desapercibidos completamente. Nadie los ve. Y a los tres meses ya bajan”. Me acuerdo ese término: ya bajan. “Y se toman un pueblito. Van a la comisaría, toman las armas y un compañero habla de lo que es la revolución latinoamericana. Y vuelven al lugar. Y entonces, los diarios burgueses publican en todo el país ‘Guerrilleros en Córdoba’ –Bayer no pierde el hilo de la voz guevariana- . Entonces la juventud revolucionaria argentina va a las sierras de Córdoba, los busca y los encuentra. Y ya no son 50, son 200, y son 300, y son 500. Y cuando son 500 bajan de nuevo y toman un pueblo más grande, ocupan el cuartel, toman las armas y un compañero va a la plaza principal y habla de la revolución latinoamericana. Entonces viene más juventud revolucionaria y se toman una ciudad, como digamos, digamos Villa María, donde hay dos cuarteles –Osvaldo vuelve a ser él, y explica: no dijo Villa María, pero dijo otra ciudad de Córdoba que conocía muy bien-. Toman la ciudad, un compañero va a la plaza principal y ya son 2 mil. Y cuando son 2 mil ya bajan definitivamente. Y ya inician la marcha, toman camiones en las rutas, los ómnibus, y se encaminan hacia Buenos Aires. Entonces los sindicatos revolucionarios argentinos hacen un paro general en todo el país, una huelga revolucionaria, y la gente, el pueblo, sale a la calle, porque se entera, a vivarlos y así llegan vivados por los pueblos en las rutas. En Buenos Aires hacen un acto en la Plaza de Mayo, hablan al pueblo y el pueblo los acompaña, toman la Casa de Gobierno e instalan la revolución”. Y nos miró –dice Bayer, ya con su propia voz-, lindo era… Y nos dijo:
_ ¿Alguna pregunta?
Y como nadie preguntaba, pregunté yo:
_ Compañero Che, muy interesante, muy hermoso, hasta poético. Pero no nos habló de la represión, porque cuando bajan la primera vez, los diarios burgueses al día siguiente publican lo de los guerrilleros y comienza la represión. Usted no nos habló de la represión, porque yo estoy en Argentina, y sé que si hay guerrilleros en Córdoba mandarían a la policía, de la provincia y la Federal; si fracasan, llaman a la gendarmería; si fracasan llaman al Ejército, a la Infantería, salen tanques. Y si fracasa todo eso mandan a los más fanáticos de todos, los de Infantería de Marina, que les llaman los gorilas, que son cuerpos preparados anti guerrilla. Y después a las escuelas del Ejército, de la Aeronáutica y de la Marina. Nos gustaría, le digo, que usted nos hable de la represión.
Nunca me voy a olvidar ese momento –dice Bayer, pausado como nunca en toda la noche, con la voz más firme-. Me miró con inmensa tristeza, hizo un largo silencio –silencio que se hace ahora, todos mirando al hombre barbado de la cabecera de la mesa- y me respondió con tres palabras:
_ Son todos mercenarios.
Esa fue toda su respuesta. Y los 4 argentinos me miraron como diciendo: “Y boludo, claro, son todos mercenarios”.
Sí, todos mercenarios, pero iban a matar a todos. Esa fue su respuesta. Y en Bolivia hizo exactamente lo mismo, porque creyó que con un grupito iba a levantar a toda la población. Yo no le hago ningún reproche porque él hizo una revolución, y yo no hice ninguna revolución. Pero es una respuesta poética. Y con qué tristeza me lo dijo, como diciendo que yo no había entendido nada de nada, que cómo podía hacer esa pregunta. A lo mejor es así: si uno quiere hacer una revolución no tiene que empezar a preguntarse sobre la represión sino hacerla. Nunca me voy a olvidar esa respuesta poética del Che.
_ ¿Se lo veía intocable?
_ No, no, era un tipo humilde, sencillo, como una especie de soldado, muy abierto, y con los argentinos fue muy amable. Vestido como militar, fumando los habanos esos, muy tranquilo para hablar, despacioso.
_ ¿En algún momento sintió que lo que les decía tenía posibilidades de hacerse?
_ No, no me lo creí, pero si vos no crees en nada, jamás vas a hacer una revolución.
BAYER NO ES GRATO
En la misma época en que Cuba lo volvñía a recibir, el Senado de esta Nación, comandado por el hermano de aquel rey, lo declaraba persona no grata.
_ El asunto fue así: yo escribí una contratapa en Página 12 que decía que, imitando al mercado común europeo, que no tienen más fronteras, para cumplir con el sueño latinoamericano de Bolivar, y terminar con esta división estúpida de fronteras. Yo recordaba ahí la unión de Holanda, Bélgica y Luxemburgo, el llamado Benelux, que fue el inicio del Mercado Común Europeo. Se eliminaron las fronteras, las aduanas, se hizo la experiencia durante 10 años y fue brillante. Hagamos eso, dije yo, y para empezar unamos las dos Patagonias. Eliminemos las fronteras y que empiecen a comerciar. Igual no iba a funcionar, porque yo he estado ahí y vi cómo, por ejemplo, las de este lado ven con prismáticos lo que hacen los de allá. Y el que mira le dice a otro que anota:
_ Se puso la gorra.
_ Se sacó la gorra.
_ Está limpiando el arma
Desde hace 200 años es así, lo que cuesta toda esa estupidez… Yo puse el ejemplo. Para qué. Lo tomó el Senado de la Nación. Y el Senador por Santa Cruz, que era el Sub secretario general de los camioneros, Ibáñez, presentó un proyecto para que se me quitara la nacionalidad y se me nombrara enemigo de la patria. Lo tomó el Senado de la Nación a ese proyecto y estuvieron discutiendo una hora y media para saber si yo era traidor a la patria. Y el hermano de Menem, que era presidente del Senado, propuso que se me nombrara traidor a la patria. Pero se discutió y al final los radicales se opusieron. Y me nombraron Persona No Grata en el Senado de la Nación. Cuánto sentido de la estupidez. Hasta que Filmus, lo primero que hizo fue presentar un proyecto para que se levantara eso y se me pidiera perdón y se aprobó con absoluta –habla más firme que nunca- mayoría.
Y tan luego el hermano de Menem, mirá vos que personalidad. En el barrio de Belgrano todos le tienen bronca, porque vive en una calle en donde hay muy poco tránsito, pero se hizo poner semáforo. Entonces dura el verde, para que pueda sacar el coche, 5’ y medio minuto del otro lado. Todo el mundo lo sabe. Es lo mejor que tiene para ser insultado. Y nadie lo toca eh, está ahí siempre. Te imaginás los anarquistas como hubieran volado el semáforo, Menem y la…
HOY ES SAN OSVALDO
_ Chicos, yo me tengo que ir porque mañana me tengo levantar temprano, son 12 menos 5.
_ Hay helado, ¿un poquito?
_ Un poquito.
_ Osvaldo, algo de Soriano.
_ Con Soriano tengo tantas anécdotas. Le gustaba mucho Berlín, se venía desde París. Y se pasaba unos cuantos días. Y un domingo, les cuento pero por favor no me interrumpan. Me visita Soriano. Y un domingo, pará que calcule bien la hora -piensa un rato y sigue- a las 9 de la noche hora alemana, Soriano me dice:
_Escuchame una cosa, ¿me permitirías hablar un momento a Buenos Aires, porque tengo problemas con el libro últimamente, y quisiera hablar con mi editor?.
_ Sí, claro, hablá. En la habitación del lado está el teléfono.
Se metió a hablar. Yo calcule: 9 de la noche hora alemana, menos 5 horas de diferencia, 4 de la tarde hora argentina. Terminó el primer tiempo de San Lorenzo. Vuelve muy contento, yo callado la boca. Le pregunto por el editor. “Muy bien, todo muy bien”, me dice contento. Yo pensé: va ganando San Lorenzo.
10 de la noche, hora alemana, menos 5 horas, 17 hora argentina, Una hora más, y me dice:
_Che, alemán, sabes que me quedó una duda con el editor, y quisiera preguntarle algo.
Ya calculé: terminó el partido, quiere saber cómo salió San Lorenzo. Habla por teléfono, y vuelve contento. Y para que no crea que yo era un boludo, porque él me decía que yo era muy alemán, que me tenía que aporteñar, entonces para demostrarle que no soy tan alemán, le digo:
_ Yo no sé cómo vos podés ser hincha de un club que tiene nombre de un cura –por Lorenzo Mazza, que fue el fundador, explica-.
Y entonces Soriano reaccionó y me dice:
_ Pero no, no es por el cura, es por el combate de San Lorenzo.
Eso era algo que inventó en el momento. Y entonces yo, señalándole como el dedo así, le digo:
_ Peor, ¡militarista!
Y se cabreó y me dice: Andá al carajo. Yo ya había hecho la cena y se fue a dormir. Se cabreó.
A la mañana siguiente me levanté, preparé el café, compré unas medialunas alemanas, se levantó él, no me saludó, desayunamos en silencio y de pronto me mira y me dice:
_ Yo no comprendo cómo vos podés ser hincha de un club que tiene como nombre ese artefacto con el que rezan las viejas.
Me mató. Me paré y le dije: me ganaste. Se la había pensado toda la noche.
LOS INTELECTUALES ENERVADOS
“Nosotros teníamos un grupo que se llamaba El Grupo de los 5, y nos reuníamos los jueves en mi casa, en El Tugurio. Éramos León Rozitchner, Tito Cossa, David Viñas, Soriano y yo. Y siempre era así: los 4 empezábamos a tomar champagne, ¿por qué no?, y Soriano siempre llegaba tarde, a propósito: llegaba, y se hacía el boludo, y tiraba un tema en la mesa y siempre sobre ese tema se agarraban Rozitchner contra David Viñas. Las discusiones eran terribles, se paraban y se decían de todo y Soriano sonreía como diciendo: gané yo”.
Y sigue Bayer relatando el último encuentro, cuando Soriano se desdecía sin hacerlo. “Me acuerdo la última vez antes que lo internaran. Estuvo genial Mientras los esperábamos tomábamos un champagne, y yo un poco siempre le daba pie. Le decía: ‘ Osvaldo, qué tarde que llegaste’. Y esa noche dijo que le había pasado una cosa increíble, que venía caminando por la Plaza Belgrano, que iba a llegar temprano acá, ‘porque no me gusta llegar tarde, y estaba la iglesia de Belgrano, y sentí como una cosa que me atraía, y me metí adentro de la iglesia, algo que me empujaba, me acerqué al altar, cristo crucificado, y no sé que me pasó, yo que no creo en absolutamente nada me puse de rodillas’”, cuenta Bayer, que dice que Soriano era un gran actor.
“Y Rozitchner –sigue Bayer-, que es un judío que odia a los judíos pero principalmente a los cristianos, está contra toda religión, lo mira a Soriano y con enorme desprecio le dice:
_ Y claro, porque vos sos un degenerado, como todos los cristianos. Adoran un instrumento de tortura –la cruz era un instrumento de tortura para los judíos- y ustedes se ponen de rodillas. Y cuando se casan se acuestan en la cama camera y hacen el amor –dijo otra palabrota- debajo de la cruz. Ahí se inspiran gozando con un elemento de tortura.
Entonces David Viñas escuchaba la cosa y lo mira a Rozitchner y le dice.
_ No, para viejo, no es tan así, como decís vos. Vos sabés que mi madre era judía –la madre de Viñas era judía, casada con el Juez Viña, que aparece en la investigación de la Patagonia y dice- Ya representa otra cosa
_ No, es un instrumento de tortura. No tratés de rebajar una cosa que es así…
Y se largó la discusión y llegó un punto en que se estaban parando para cascarse. Y entonces Soriano me miraba y me guiñaba un ojo como diciendo: ha sido un éxito.
Era genial. Y después seguro que escribía un cuento”.
Risas generales. No tantas para Bayer. “Nunca más nos reunimos después de su muerte, porque nos la íbamos a pasar hablando de él. Era el mejor de todos los 5”.
HAGASE PIRATA
_ Osvaldo, ¿sabía que a Eduardo Galeano, nosotros lo hicimos hincha de Belgrano? –le decimos los tres hombres de la mesa, responsables de la proeza-.
_ Sí, me contaron
_ ¿Aceptaría hacerse hincha de Belgrano junto a nosotros?
_ No, yo soy hincha de Central.
_ Pero bueno Osvaldo, canallas, piratas, somos casi lo mismo…
_ ¿Belgrano está en la B? Nosotros estamos primeros en Primera. Así que por favor compañeros…
_ Jugamos la Promoción.
_ Y les ganamos
_ Injustamente, le decimos.
_ Pero les ganamos.
_ Es cierto. Y les envidiamos lo hinchas que tiene Central: Olmedo, usted, Fito Páez, Fontanarrosa, el Che Guevara…
_ El Che Guevara, el mejor de todos. Y a mi me lo dijo la hermana además, lo sé de primer fuente
_ ¿Qué le contó?
_ Resulta que estoy en Berlín, en el exilio, y me llama la hermana, que se llamaba como la madre. Me dice si me puede visitar. Entonces yo la espero en la puerta, llega y me dice: “Te vine a visitar pero te pido por favor, no me preguntes nada de mi hermano porque ya me tienen cansada, que cómo era, que qué hacía…” Yo le dije que bueno, pero pensé que lástima, yo la había invitado para hablar del hermano. Conversamos de todas las cosas que ella vivía en Suiza, del exilio, de la Argentina. A las 2 horas se va, la acompañé hasta el subte y cuando ya venía el subte, le digo:
_ Celia, ¿me permitís una pregunta sobre tu hermano?
Ella me mira con bronca y me dice
_ Sí, ¿qué querés saber?
_ Solamente quiero saber de quién era hincha.
_ De Rosario Central
_ Ah, bueno gracias, -Bayer pronuncia rápido una palabras en alemán- Eso era lo que quería saber, le hablé en cualquier idioma y me fui, yo estaba contento.
La noche con Osvaldo Bayer llega a su fin. Insiste en que valió la pena haber ido hasta allá, tan cerca de San Luis. Podrían decirse tantas cosas. Pero nunca un par de horas de conversa, que nos hacen saber que las cosas se juegan acá: por donde camina el hombre, fueron tan justas. Mejor callar.
Como el abuelo que quién no quisiera tener, Osvaldo Bayer, una noche de septiembre y a la sombra nocturna de las Sierras Chicas de Córdoba, se sentó a la cabecera de una exigua mesa y, asado mediante, habló.
Una noche con Osvaldo Bayer: la cita con la historia íntima de un rebelde.
Osvaldo Soriano, amigo íntimo, lo reveló como ‘el último rebelde’.
José Pablo Feinmann, más acá en tiempo, lo describió como “la última reserva moral de la Argentina”.
En uno y otro caso, hablaban de Osvaldo Bayer.
En uno y otro caso, Osvaldo Bayer entra cómodo en ambas definiciones.
En uno y otro caso, nosotros, todos, estamos jodidos. Bayer es, en ambas figuras, el último: el último rebelde, el último ser moral
¿Qué será de nuestras rebeldías, de nuestra moral colectiva, sin el gran Osvaldo?
Es cierto: no lo sabemos. Pero compartir una noche de asado y vino tinto con el último rebelde puede, por un momento, sacarnos el tormento de encima.
Pues escucharlo a Bayer es eso: dejar los fantasmas afuera y saber que las cosas se juegan acá: por donde camina el hombre.
LA LEÑA DEL DESTIEMPO
Bayer llega a Córdoba por enésima vez. No se cansa. Viene a Córdoba y viaja a Unquillo para dar una charla, recibe el título de Doctor en la Universidad más antigua del país, habla en una feria de libros y panfletos, da entrevistas a quien lo pida y a los medios que sean. Se merece, ante esto, ser invitado a algo que le cambie el libreto.
Nada mejor para romper la monotonía de un día de semana que cortarla al medio, a la semana, con un asado a la leña del destiempo. Esa de la que Osvaldo Bayer sabe.
A Bayer lo esperaba un asado en las Sierras Chicas de Córdoba. A nosotros, tanto más.
En Córdoba desde temprano, ya había pasado por estudio de televisión, por hotel, por entrevistas y por una charla que picó en punta con el rating. Bayer fue el más convocante de la última Feria del Libro: casi tres horas para hablar de la crueldad en la historia argentina. Interminable Argentina.
Ahí, con el día pronto a consumirse, auto para Osvaldo y ruta hacia el Norte. Y la impaciencia de no saber a dónde lo llevaban. La leña seca que da el monte sin que nadie se la saque ya ardía. Y Bayer decía:
_ Che, ahí leí un cartel que decía: San Luis: 16 kilómetros…
Bayer llegó a Mendiolaza cuando la leña era brasa, cuando la espera exultaba. Se sentó en la cabecera de una mesa que a su vera no reunía a más de 6 personas y sin que nadie dijera nada, sabiendo que todos esperaban sin decir, copa tinta en una mano, el queso que acompaña el ingreso a los placeres del comparte, parió las historias nunca contadas en ese libreto oficial al que Bayer siempre ignoró.
Aquella alemana que corría desnuda, los fusilamientos de la Patagonia y los radicales que no tienen tiempo de la autocrítica: “Con los problemas que tenemos los radicales ahora…”, le dijo Terragno hace tanto; el hermano Rodolfo, su guía, muerto en el fuego de la solidaridad.
_ ¿Y vos cómo sabes? –me pregunta Bayer, incrédulo, sorprendido-.
_ Porque lo leí Osvaldo.
El Tugurio: su hogar en Buenos Aires, bautizado así por el otro gran Osvaldo. Soriano fue su compañero en la porteña soledad y en el gélido exilio. Soriano y Bayer, a veces, parecieran ser uno.
Rosario Central, su club. Jamás, este santafesino, sería hincha de un club con nombre inglés: pobre Ñuls. Además, en su época, Central tenía un jugador habilidoso, puro placer verlo jugar. Pero más que eso: fue asesinado por la policía. A Bayer eso le gusta. No los mártires de la historia: sí los que hacen frente a una historia, casi siempre, que incomoda.
“El triunfo de la ética ha sido total en las luchas patagónicas. Todas las tumbas masivas están marcadas. Malvino Arguello tiene una calle en Puerto San Julián, Antonio Choto una calle en Río Gallegos, Facón Grande un monumento ahí donde lo fusilaron, y qué monumento. Todos los años se hace un acto en la Estancia La Anita, donde están las tumbas masivas de 610 obreros fusilados. Los 10 de diciembre siempre estoy ahí” cuenta Bayer.
_ Gran parte esa es obra suya.
_ Lo que sea. Es obra de la ética.
Bayer no se la cree ni por un segundo. Eso sí: seduce, una y otra vez.
El asado está listo. La noche acompaña. “Me voy a servir un poquito de vino si es posible”, dice. Faltaba más. Dice que va a comer poco. Pasó por el jamón crudo. Va por los embutidos puro cerdo. Bayer come. Y habla como el padre de una familia que nunca se cansa de escucharlo, una familia que más bien parece un club de fans que le pide temas desde el igualitario lugar de una explanada, a él, el león en su cetro:
_ Cómo fue Osvaldo esa historia con Piri Lugones, Rodolfo Walsh, el Che Guevara…
_ Eso me llevó de 36 años de expulsión de Cuba. Eran cosas de aquellos años de la Revolución. Después hubo un acto de desagravio… pero menos mal que no me fusilaron. ¿Les cuento? Vamos a terminar que se acomoden…
Algunas buscan el último lugar en la mesa. A Bayer, cuando habla, le gusta que todos escuchen. A todos nos gusta escuchar a Bayer.
_ ¿Quien se encarga de la carne? –pregunta alguno, hambre-
_ Yo. Lo escucho 2 minutos y la traigo.
_ Mirá que dura media hora –me dice Bayer, advirtiendo-.
_ Mejor traigo la carne.
_ Viste que soy larguero. Si doy más detalles dura una hora y media.
Las mocillas y los chorizos empiezan a circular.
_ ¿Les cuento lo de Cuba? Chorizito, morcilla. Valió la pena venir che. Muy bien por el asador, un aplauso.
Aplauden. Bayer ha pedido un aplauso para este escribiente/asador. Tarea cumplida.
_ Esto ya es mucho -digo- Bayer me aplaudió el asado.
_ Bueno –dice Bayer- ahora que hable él mientras nosotros comemos. ¿Cómo hizo el asado usted, joven? Cuente, cuente…
Risas generales. Bayer no sólo es rebelde y es moral.
_ Bueno –dice cortando risas y suspiros de vino tinto- 1 de enero de 1960. Primer aniversario de la Revolución. Nos invita, la República de Cuba, a 5 argentinos para asistir a los festejos. Una intelectual, que era la escritora Sara Gallardo, muy buena escritora, muerta muy joven, por eso no se la conoce. Y cuatro gremialistas. Yo era Secretario general del Sindicato de prensa. Viajamos a Cuba, nos acompañó la madre del Che Guevara en el avión, que conversó con nosotros.
_ ¿Y Rodolfo Walsh estaba allá? -pregunta una comensal-
_ Sí, estaba allá, en Prensa Latina… Por favor, si interrumpís yo me deprimo… Voy a comer nomás –miente, y rápido retoma el relato- Llegamos a Chile. Nos recibió Allende, 20 minuto nomás, pero para nosotros… Llegamos a Cuba, del Aeropuerto directamente a la Plaza de la Revolución. Un sol impresionante. Y Fidel Castro, y no les voy a mentir, habló 5 horas, un discurso de 5 horas. A la media hora mi cabeza con el sol… me agarró una insolación. Unos cubanitos –entona sus palabras en un claro cubano- se apiadaron de nosotros y nos trajeron unos pajizos. Estaba el Che al lado de Fidel, estaba Camilo Cienfuegos, qué lindo tipo… Fuimos a descansar, y al día siguiente fuimos a Santa Clara, la ciudad que había conquistado el Che Guevara bajando de la Sierra Maestra. Y viene un cubano y me dice –vuelve a hablar en cubano-:
_ Me acaba de llamar el Compañero Che desde el Banco de la Industria. Los espera mañana a las 10 y media de la noche –vuelve a su voz y continúa-.
Horarios del Che. Entonces nos volvimos de inmediato a La Habana, y teníamos todo el día para esperar. Entonces me dije: me lo voy a visitar a Rodolfo Walsh. Lo llamo y me dice “venite, que tenemos tanto que conversar”. Voy, empezamos a conversar. Estamos conversando –cuenta Bayer mientras el asado va desapareciendo- y de pronto entra un minón impresionante. Rodolfo era un tipo de lo mejor, de lo mejor… pero nos puso en cada aprieto… Porque el tipo cambiaba de compañera cada 15 días. Entonces vos hablabas por teléfono y la última compañera se llamaba Sara, te atendía una mujer siempre, y decías:
_Qué tal Sara, ¿cómo estás?
_ No soy Sara, soy Elisa.
_ Bueno Elisa, perdoname.
_ No, ya sé que lo hacés a propósito, dejate de joder.
Nosotros éramos los culpables. Yo le decía a Rodolfo que por lo menos nos avisara. “No sé, no sé porque me lo decís”, decía él, y ponía cara de inocente, “no entiendo”. Entra una mujer muy bien formada, muy enérgica, se me viene, y me dice:
_ ¿Vos sos Osvaldo Bayer?
_ Sí.
_ Yo soy la Piri, la hija del torturador Lugones.
Miren qué complejo. Entonces Rodolfo de pronto me dice que me quede a cenar, cocinaba muy bien Rodolfo. Yo le digo que no, “vos sabes que el Che Guevara nos espera en su despacho a las 10 y media de la noche”, le digo. Y la Piri me dice:
_ ¿Cómo? ¿Quién te invitó?
_ El Che.
_ Yo me voy con vos –imita la voz de esa mujer fuerte que todos nos imaginamos-
Yo le digo que no:
_ Mirá Piri, es para la delegación argentina.
_ Mirá, conmigo no te hagas el burguesito, yo te agarro del brazo y me meto.
Yo lo miré a Rodolfo como diciéndole “parala viejo”. Y Rodolfo se hizo el boludo, miró para otro lado. Cuando me tengo que ir, para ir al hotel y de ahí a encontrarnos, me despido.
_ Chau querido Rodolfo
_ Mirá que de mi no te libras.
Y yo lo miré a Rodolfo como diciendo de nuevo “parala viejo a la mina”. Se hizo el tímido. El hotel quedaba cerca. En el camino nos agarra, a las 5 cuadras, como dicen los cubanos –vuelve a imitar el tono caribe-, un combate entre los verde olivo y los gusanos. Quedamos en el medio del tiroteo, nos tiramos cuerpo a tierra en la calle, nos cubríamos la cabeza con el cordón de la vereda y pasaban los balazos. Cuando terminó el primer tiempo del tiroteo, viene un cubano y nos dice –otra vez cubano- “adentro, adentro, chicos adentro”. Y nos metieron adentro de un almacén y siguió el segundo tiempo: pim, pum, pam. Terminó el partido y pudimos salir. Llegamos al hotel y ya se había ido la delegación argentina a lo del Che. En el hotel le digo a un tipo que yo estaba invitado por el Compañero Che, pero que había llegado tarde porque hubo una balacera –todo en cubano-.
_ Ah, que ya sabíamos. Pero no importa, que llamo un auto ahora y se van para allá.
Y se van dice, él habló en plural, yo no.
_ ¿Era muy linda la Piri?
_ No era muy linda, pero era… viste…
_ Muy vistosa
_ Muy sexi y muy bien armada. Lomo y otras cosas.
_ Tetas –le dice alguien-
_ Che, yo me voy a retirar… no estoy acostumbrado a estos términos… -se ofende Bayer, puro teatro del gran narrador, y sigue- Viene el auto, nos dicen que subamos –sigue hablando en cubano- Llegamos allá, y el chofer dice: estos señores están invitados por el compañero Che. Y el que estaba en el banco dice: Que pasennnnn –y alarga la n, para demostrar que los cubanos usaban el plural- Ella siempre agarrada de mí. Llegamos y ya estaba hablando el Che Guevara. Habla dos horas y media, nos dice cómo hay que hacer la revolución en Argentina, se termina, volvemos al hotel, nos despedimos, la Piri se va a la casa de Rodolfo, yo me voy a dormir. Y de pronto vienen un negrazo impresionante, como de 2 metros, y dice: documentos. Saco el pasaporte y lo mira. “Que me tiene que acompañar”, me dice. Y me lleva a un subsuelo, en una oficinita chiquita en donde había otro negro grandote, eran del G 2, los servicios de contraespionaje. Y entonces empieza a mirar mi pasaporte como si ahí estuviera toda mi vida. Y me dice:
_Yo –vuelve al cubano- le voy a hacer una pregunta. ¿Por qué usted hizo entrar a su amiga a los del Compañero Che si no estaba invitada?
_ No -le digo –yo no la hice entrar, la dejaron entrar ustedes.
_ Usted no avisó
_ Y no sé, yo no estoy acostumbrado a paran a nadie, sino la paran ustedes.
Y después que le digo eso, el negro me mata con una pregunta:
_ Escúcheme señor, ¿usted no sabe lo que es la autocustodia revolucionaria?
Me puso tanto contra la pared que le dije que no tenía ninguna culpa, así que si yo era mala persona o sospechoso para ellos, que no tenía ningún problema de irme.
_Así que resérveme la vuelta en el próximo avión.
Me mira y me dice: “Qua ya está hecho. Usted sale hoy las 5.30 de la mañana de acá”.
Iba caminando a mi habitación y pensé cuántas cosas en la historia han ocurrido, en que han acusado y no tenés nada que ver. Entonces me voy a preparar las valijas y de pronto golpean la puerta y era Rubén Queijo, el representante de los canillitas argentinos, que eran verdaderos obreros, ahora son todos empresarios. Era un orador impresionante. Cuando hablaba en una asamblea y decía que había que hacer la revolución social en América Latina, salíamos todos y agarrábamos las armas y hacíamos la revolución. Era impresionante. Y los usábamos como orador a los lugares en donde habíamos ido. Y me pregunta que pasó. Le cuento y me dice:
_Yo me voy con vos.
_ No Rubén, quedate. Me pasó a mi y me las aguanto. Vos tenes que quedarte porque sos el orador de la delegación
Me mira cabizbajo, se sienta en la cama y empieza a mirar el suelo. Y le pregunto que le pasa:
_ Que yo me voy con vos
_ No, vos te quedas.
Lo miro y le pregunto si le pasa algo.
_ Sí –me dice- yo me tengo que ir con vos.
_ ¿Pero por qué?
Hay un silencio
_ No aguanto más: extraño a mi mujer.
Éste quería hacer la revolución y hablaba de ir a los bosques latinoamericanos y estamos un día y medio en Cuba… y extrañaba a la mujer. Cosas de argentinos.
Esa mañana salimos, llegamos al aeropuerto y estaba la mujer esperando, y se quedaron abrazados y besándose como media hora. Por otra parte es muy lindo, pero es medio difícil hacer la revolución así.
Antes de irnos, y al pasar por el hotel, estaba Sara Gallardo con una delegada obrera, todas desgreñadas, con los ojos hinchados.
_ ¿Qué les pasó? –les pregunto-.
_ Después de estar con el Che, nos enamoramos y nos pasamos toda la noche llorando
Y yo pensé: estas también quieren hacer la revolución.
La delegación argentina…
Bayer es todo lo que ya se dijo y ya se sabe y es también un orador que captura por horas a quienes lo escuchan. Esa vieja historia de hacer reír y hacer pensar de qué te reís. Peor mientras reímos, mientras Bayer saca cuenta de aquellos revolucionarios argentinos –uno expulsado, uno que extraña, otra muerta de amor-, para él no fue tan fácil. La historia de la Piri le supuso más de 3 décadas de exilio de la tierra de la revolución. “Aunque a ustedes les parezca mentira, nunca más me invitaron. Vaya a saber lo que pusieron en la ficha”. Fue en el 93’ cuando la sociedad de escritores cubanos, enterados del caso, realizó un acto de desagravio y Bayer volvió a la isla. “Me dijeron que eran cosas de esa época y yo les dije que conmigo se habían equivocado”.
PIRI OTRA VEZ
“En el 63’, estaba viendo las vidrieras del Ateneo en la calle Florida, y de pronto me agarran de atrás, me tapaban los ojos y sin decirme nada, y yo por ciertas protuberancias que sentí en la espalda, me di cuenta que era una mujer”.
Una mujer de la mesa interrumpe para aclarar: las testas.
_ ¿Cómo se dice? –pregunta Bayer- ¿Las tetas?… -y retoma- Y me dice: ¿sabés quien soy?. La Piri, le digo. Y ella me dice: “¿Cómo te cagué nene en la Habana?”. Y fuimos a tomar un café. Y después nos vimos otra vez más cuando ella estaba perseguida, y me ofreció la venta del archivo de su padre, el torturador Lugones, con fotos de los anarquistas, que para mi archivo esas fotos me vinieron muy bien. Ella me dijo: Yo te las regalaría pibe, pero necesito guita. Después la vi de nuevo cuando le di el dinero… y nunca más. Y algunos testigos contaron que en la prisión la torturaron con la picana eléctrica que había inventado el padre, para que aprendiera… hay que ser miserable…
_ ¿Matambre Osvaldo?
_ No. Gracias, está riquísimo, pero ya no.
CUBA OTRA VEZ
“La Feria del libro de Cuba me impresionó –cuenta Bayer-. Por moneditas los pibes se iban cargados de libros. Ahí vos ves lo que es lo buena vida: alrededor de la Feria hay jardines, los hombres tirados en el pasto leyendo libros, y la mujer preparando café para el marido…”
Las mujeres de las mesa lo miran reprochándole la visión que hoy es incorrecta. Él buscaba esas miradas amenazadoras por parte de ellas. Y también la risa de los tan machos.
Y sigue:
_Una vez un pibe salía con un libro grandote con fotografías de Fidel, un pibe de 11 años, y entonces yo, que me gusta el diálogo, le digo
_ Así que te interesa mucho Fidel
Y el negrito me miró de arriba abajo y me dice
_ Que no me interesa Fidel, a mi me interesa la política…
Uh, ahí pensé si no habría metido la pata de nuevo
EL POETA DE LA REVOLUCIÓN
_ Osvaldo, ahora cuéntenos de la reunión con Ernesto Guevara.
_ Ah, eso es largo, largo y muy lindo... pero metí la pata, como siempre… Fue genial, hay que tener tiempo para contarla. El Compañero Che hablaba con una mezcla de cubano y argentino que le quedaba muy bien.
_ ¿Algo de cordobés?
_ No, nada, más bien tipo rosarino porteño. Entonces empieza a hablar y nos dice cómo hay que hacer la guerrilla –comienza a imitarlo, mezcla de cubano y argentino aporteñadorosarino: le sale tan bien- “Un grupo, de 30 compañeros, va a las sierras de Córdoba, encuentra un lugar y ahí se hace el campamento”. Me acuerdo bien que dijo que eran las sierras de Córdoba – y vuelve a ser el Che- “Están 6 meses allí, se acostumbran a buscarse la comida, pasan desapercibidos completamente. Nadie los ve. Y a los tres meses ya bajan”. Me acuerdo ese término: ya bajan. “Y se toman un pueblito. Van a la comisaría, toman las armas y un compañero habla de lo que es la revolución latinoamericana. Y vuelven al lugar. Y entonces, los diarios burgueses publican en todo el país ‘Guerrilleros en Córdoba’ –Bayer no pierde el hilo de la voz guevariana- . Entonces la juventud revolucionaria argentina va a las sierras de Córdoba, los busca y los encuentra. Y ya no son 50, son 200, y son 300, y son 500. Y cuando son 500 bajan de nuevo y toman un pueblo más grande, ocupan el cuartel, toman las armas y un compañero va a la plaza principal y habla de la revolución latinoamericana. Entonces viene más juventud revolucionaria y se toman una ciudad, como digamos, digamos Villa María, donde hay dos cuarteles –Osvaldo vuelve a ser él, y explica: no dijo Villa María, pero dijo otra ciudad de Córdoba que conocía muy bien-. Toman la ciudad, un compañero va a la plaza principal y ya son 2 mil. Y cuando son 2 mil ya bajan definitivamente. Y ya inician la marcha, toman camiones en las rutas, los ómnibus, y se encaminan hacia Buenos Aires. Entonces los sindicatos revolucionarios argentinos hacen un paro general en todo el país, una huelga revolucionaria, y la gente, el pueblo, sale a la calle, porque se entera, a vivarlos y así llegan vivados por los pueblos en las rutas. En Buenos Aires hacen un acto en la Plaza de Mayo, hablan al pueblo y el pueblo los acompaña, toman la Casa de Gobierno e instalan la revolución”. Y nos miró –dice Bayer, ya con su propia voz-, lindo era… Y nos dijo:
_ ¿Alguna pregunta?
Y como nadie preguntaba, pregunté yo:
_ Compañero Che, muy interesante, muy hermoso, hasta poético. Pero no nos habló de la represión, porque cuando bajan la primera vez, los diarios burgueses al día siguiente publican lo de los guerrilleros y comienza la represión. Usted no nos habló de la represión, porque yo estoy en Argentina, y sé que si hay guerrilleros en Córdoba mandarían a la policía, de la provincia y la Federal; si fracasan, llaman a la gendarmería; si fracasan llaman al Ejército, a la Infantería, salen tanques. Y si fracasa todo eso mandan a los más fanáticos de todos, los de Infantería de Marina, que les llaman los gorilas, que son cuerpos preparados anti guerrilla. Y después a las escuelas del Ejército, de la Aeronáutica y de la Marina. Nos gustaría, le digo, que usted nos hable de la represión.
Nunca me voy a olvidar ese momento –dice Bayer, pausado como nunca en toda la noche, con la voz más firme-. Me miró con inmensa tristeza, hizo un largo silencio –silencio que se hace ahora, todos mirando al hombre barbado de la cabecera de la mesa- y me respondió con tres palabras:
_ Son todos mercenarios.
Esa fue toda su respuesta. Y los 4 argentinos me miraron como diciendo: “Y boludo, claro, son todos mercenarios”.
Sí, todos mercenarios, pero iban a matar a todos. Esa fue su respuesta. Y en Bolivia hizo exactamente lo mismo, porque creyó que con un grupito iba a levantar a toda la población. Yo no le hago ningún reproche porque él hizo una revolución, y yo no hice ninguna revolución. Pero es una respuesta poética. Y con qué tristeza me lo dijo, como diciendo que yo no había entendido nada de nada, que cómo podía hacer esa pregunta. A lo mejor es así: si uno quiere hacer una revolución no tiene que empezar a preguntarse sobre la represión sino hacerla. Nunca me voy a olvidar esa respuesta poética del Che.
_ ¿Se lo veía intocable?
_ No, no, era un tipo humilde, sencillo, como una especie de soldado, muy abierto, y con los argentinos fue muy amable. Vestido como militar, fumando los habanos esos, muy tranquilo para hablar, despacioso.
_ ¿En algún momento sintió que lo que les decía tenía posibilidades de hacerse?
_ No, no me lo creí, pero si vos no crees en nada, jamás vas a hacer una revolución.
BAYER NO ES GRATO
En la misma época en que Cuba lo volvñía a recibir, el Senado de esta Nación, comandado por el hermano de aquel rey, lo declaraba persona no grata.
_ El asunto fue así: yo escribí una contratapa en Página 12 que decía que, imitando al mercado común europeo, que no tienen más fronteras, para cumplir con el sueño latinoamericano de Bolivar, y terminar con esta división estúpida de fronteras. Yo recordaba ahí la unión de Holanda, Bélgica y Luxemburgo, el llamado Benelux, que fue el inicio del Mercado Común Europeo. Se eliminaron las fronteras, las aduanas, se hizo la experiencia durante 10 años y fue brillante. Hagamos eso, dije yo, y para empezar unamos las dos Patagonias. Eliminemos las fronteras y que empiecen a comerciar. Igual no iba a funcionar, porque yo he estado ahí y vi cómo, por ejemplo, las de este lado ven con prismáticos lo que hacen los de allá. Y el que mira le dice a otro que anota:
_ Se puso la gorra.
_ Se sacó la gorra.
_ Está limpiando el arma
Desde hace 200 años es así, lo que cuesta toda esa estupidez… Yo puse el ejemplo. Para qué. Lo tomó el Senado de la Nación. Y el Senador por Santa Cruz, que era el Sub secretario general de los camioneros, Ibáñez, presentó un proyecto para que se me quitara la nacionalidad y se me nombrara enemigo de la patria. Lo tomó el Senado de la Nación a ese proyecto y estuvieron discutiendo una hora y media para saber si yo era traidor a la patria. Y el hermano de Menem, que era presidente del Senado, propuso que se me nombrara traidor a la patria. Pero se discutió y al final los radicales se opusieron. Y me nombraron Persona No Grata en el Senado de la Nación. Cuánto sentido de la estupidez. Hasta que Filmus, lo primero que hizo fue presentar un proyecto para que se levantara eso y se me pidiera perdón y se aprobó con absoluta –habla más firme que nunca- mayoría.
Y tan luego el hermano de Menem, mirá vos que personalidad. En el barrio de Belgrano todos le tienen bronca, porque vive en una calle en donde hay muy poco tránsito, pero se hizo poner semáforo. Entonces dura el verde, para que pueda sacar el coche, 5’ y medio minuto del otro lado. Todo el mundo lo sabe. Es lo mejor que tiene para ser insultado. Y nadie lo toca eh, está ahí siempre. Te imaginás los anarquistas como hubieran volado el semáforo, Menem y la…
HOY ES SAN OSVALDO
_ Chicos, yo me tengo que ir porque mañana me tengo levantar temprano, son 12 menos 5.
_ Hay helado, ¿un poquito?
_ Un poquito.
_ Osvaldo, algo de Soriano.
_ Con Soriano tengo tantas anécdotas. Le gustaba mucho Berlín, se venía desde París. Y se pasaba unos cuantos días. Y un domingo, les cuento pero por favor no me interrumpan. Me visita Soriano. Y un domingo, pará que calcule bien la hora -piensa un rato y sigue- a las 9 de la noche hora alemana, Soriano me dice:
_Escuchame una cosa, ¿me permitirías hablar un momento a Buenos Aires, porque tengo problemas con el libro últimamente, y quisiera hablar con mi editor?.
_ Sí, claro, hablá. En la habitación del lado está el teléfono.
Se metió a hablar. Yo calcule: 9 de la noche hora alemana, menos 5 horas de diferencia, 4 de la tarde hora argentina. Terminó el primer tiempo de San Lorenzo. Vuelve muy contento, yo callado la boca. Le pregunto por el editor. “Muy bien, todo muy bien”, me dice contento. Yo pensé: va ganando San Lorenzo.
10 de la noche, hora alemana, menos 5 horas, 17 hora argentina, Una hora más, y me dice:
_Che, alemán, sabes que me quedó una duda con el editor, y quisiera preguntarle algo.
Ya calculé: terminó el partido, quiere saber cómo salió San Lorenzo. Habla por teléfono, y vuelve contento. Y para que no crea que yo era un boludo, porque él me decía que yo era muy alemán, que me tenía que aporteñar, entonces para demostrarle que no soy tan alemán, le digo:
_ Yo no sé cómo vos podés ser hincha de un club que tiene nombre de un cura –por Lorenzo Mazza, que fue el fundador, explica-.
Y entonces Soriano reaccionó y me dice:
_ Pero no, no es por el cura, es por el combate de San Lorenzo.
Eso era algo que inventó en el momento. Y entonces yo, señalándole como el dedo así, le digo:
_ Peor, ¡militarista!
Y se cabreó y me dice: Andá al carajo. Yo ya había hecho la cena y se fue a dormir. Se cabreó.
A la mañana siguiente me levanté, preparé el café, compré unas medialunas alemanas, se levantó él, no me saludó, desayunamos en silencio y de pronto me mira y me dice:
_ Yo no comprendo cómo vos podés ser hincha de un club que tiene como nombre ese artefacto con el que rezan las viejas.
Me mató. Me paré y le dije: me ganaste. Se la había pensado toda la noche.
LOS INTELECTUALES ENERVADOS
“Nosotros teníamos un grupo que se llamaba El Grupo de los 5, y nos reuníamos los jueves en mi casa, en El Tugurio. Éramos León Rozitchner, Tito Cossa, David Viñas, Soriano y yo. Y siempre era así: los 4 empezábamos a tomar champagne, ¿por qué no?, y Soriano siempre llegaba tarde, a propósito: llegaba, y se hacía el boludo, y tiraba un tema en la mesa y siempre sobre ese tema se agarraban Rozitchner contra David Viñas. Las discusiones eran terribles, se paraban y se decían de todo y Soriano sonreía como diciendo: gané yo”.
Y sigue Bayer relatando el último encuentro, cuando Soriano se desdecía sin hacerlo. “Me acuerdo la última vez antes que lo internaran. Estuvo genial Mientras los esperábamos tomábamos un champagne, y yo un poco siempre le daba pie. Le decía: ‘ Osvaldo, qué tarde que llegaste’. Y esa noche dijo que le había pasado una cosa increíble, que venía caminando por la Plaza Belgrano, que iba a llegar temprano acá, ‘porque no me gusta llegar tarde, y estaba la iglesia de Belgrano, y sentí como una cosa que me atraía, y me metí adentro de la iglesia, algo que me empujaba, me acerqué al altar, cristo crucificado, y no sé que me pasó, yo que no creo en absolutamente nada me puse de rodillas’”, cuenta Bayer, que dice que Soriano era un gran actor.
“Y Rozitchner –sigue Bayer-, que es un judío que odia a los judíos pero principalmente a los cristianos, está contra toda religión, lo mira a Soriano y con enorme desprecio le dice:
_ Y claro, porque vos sos un degenerado, como todos los cristianos. Adoran un instrumento de tortura –la cruz era un instrumento de tortura para los judíos- y ustedes se ponen de rodillas. Y cuando se casan se acuestan en la cama camera y hacen el amor –dijo otra palabrota- debajo de la cruz. Ahí se inspiran gozando con un elemento de tortura.
Entonces David Viñas escuchaba la cosa y lo mira a Rozitchner y le dice.
_ No, para viejo, no es tan así, como decís vos. Vos sabés que mi madre era judía –la madre de Viñas era judía, casada con el Juez Viña, que aparece en la investigación de la Patagonia y dice- Ya representa otra cosa
_ No, es un instrumento de tortura. No tratés de rebajar una cosa que es así…
Y se largó la discusión y llegó un punto en que se estaban parando para cascarse. Y entonces Soriano me miraba y me guiñaba un ojo como diciendo: ha sido un éxito.
Era genial. Y después seguro que escribía un cuento”.
Risas generales. No tantas para Bayer. “Nunca más nos reunimos después de su muerte, porque nos la íbamos a pasar hablando de él. Era el mejor de todos los 5”.
HAGASE PIRATA
_ Osvaldo, ¿sabía que a Eduardo Galeano, nosotros lo hicimos hincha de Belgrano? –le decimos los tres hombres de la mesa, responsables de la proeza-.
_ Sí, me contaron
_ ¿Aceptaría hacerse hincha de Belgrano junto a nosotros?
_ No, yo soy hincha de Central.
_ Pero bueno Osvaldo, canallas, piratas, somos casi lo mismo…
_ ¿Belgrano está en la B? Nosotros estamos primeros en Primera. Así que por favor compañeros…
_ Jugamos la Promoción.
_ Y les ganamos
_ Injustamente, le decimos.
_ Pero les ganamos.
_ Es cierto. Y les envidiamos lo hinchas que tiene Central: Olmedo, usted, Fito Páez, Fontanarrosa, el Che Guevara…
_ El Che Guevara, el mejor de todos. Y a mi me lo dijo la hermana además, lo sé de primer fuente
_ ¿Qué le contó?
_ Resulta que estoy en Berlín, en el exilio, y me llama la hermana, que se llamaba como la madre. Me dice si me puede visitar. Entonces yo la espero en la puerta, llega y me dice: “Te vine a visitar pero te pido por favor, no me preguntes nada de mi hermano porque ya me tienen cansada, que cómo era, que qué hacía…” Yo le dije que bueno, pero pensé que lástima, yo la había invitado para hablar del hermano. Conversamos de todas las cosas que ella vivía en Suiza, del exilio, de la Argentina. A las 2 horas se va, la acompañé hasta el subte y cuando ya venía el subte, le digo:
_ Celia, ¿me permitís una pregunta sobre tu hermano?
Ella me mira con bronca y me dice
_ Sí, ¿qué querés saber?
_ Solamente quiero saber de quién era hincha.
_ De Rosario Central
_ Ah, bueno gracias, -Bayer pronuncia rápido una palabras en alemán- Eso era lo que quería saber, le hablé en cualquier idioma y me fui, yo estaba contento.
La noche con Osvaldo Bayer llega a su fin. Insiste en que valió la pena haber ido hasta allá, tan cerca de San Luis. Podrían decirse tantas cosas. Pero nunca un par de horas de conversa, que nos hacen saber que las cosas se juegan acá: por donde camina el hombre, fueron tan justas. Mejor callar.
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