lunes, 5 de noviembre de 2007

HORACIO SOSA / ARIEL BORDA / SERGIO KORN

Los mosqueteros de la canción

El 23 de noviembre es la fecha. El Buen Pastor es el lugar Y al aire libre, frente a la fuente y “con una puesta de sonido ambiciosa”, según dice el trío, son las condiciones. Condiciones no muy acostumbradas para los juglares de esta provincia, sabedores de la supervivencia permanente.
No obstante, el trío compuesto por Horacio Sosa, Ariel Borda y Sergio Korn, con más de tres años tocando juntos y 25 de carrera cada uno, promete revertir las cosas: la grabación de ‘Cordobeses’, el trabajo del trío recién salido a las calles, es un hito en la historia de la ciudad y su vinculación con la canción más pura: poesía + trabajo en melodía.

La presentación será con entrada libre, organizado por la provincia. “No debiera sorprendernos –dicen en relación al apoyo inusitado que recibieron- no tenemos conexión con el gobierno, pero nos parece que es inherente a la actividad oficial de la cultura que se abran espacios para la música. Es lo que corresponde”, dicen. Aunque, aseguran, “que nosotros toquemos ahí no deja de ser una conquista de nuestra tozudez. Tozudez de años...”.
Y tozudez que los ha llevado a construir un mensaje y un sonido por los carriles opuestos al del éxito asegurado: “Si algo nos distingue, es el hecho de la canción como forma, esto de musicalizar textos o de que haya un interés lírico en lo que uno hace” enfatizan. Y agregan: “Nuestra canción es para escuchar. No sirve para bailar. Sólo sirve para escuchar”.


“A pesar de los pesares / yo la llamo mi lugar / Cerca del sol, lejos del mar / Aunque a veces no me quiere / Y aunque veces yo me voy / en ella está lo que yo soy”
Corazón de Aldea.
AB


_Comparar a Rosario con Córdoba es un deporta local ya. Pero es inevitable: de allá han salido muchos más músicos ‘de canción’. ¿Hay más oportunidades?
Horacio Sosa: Ellos han dado su pelea tratando de gestionar mejores condiciones, haciendo relaciones con el Estado. También están batallando, con la diferencia de que hay un mojón que se llamó trova rosarina y que ya está institucionalizada.
Sergio Korn: Y con la edición de este disco quisimos abrir el juego, para nosotros y para muchos otros músicos instrumentistas que también tienen una base y una trayectoria.
Ariel Borda: El producto rosarino funcionó muy bien. La cultura argentina se rige a las leyes del mercado. Y nosotros nadamos en ese mar. Y creemos que, gracias a este disco -que suena muy bien-, la cosa se va a abrir, va a sonar en la radio. Estamos muy conformes con lo que salió. Se han grabado temas emblemáticos con las nuevas tecnologías, lo que es refrescar todo el repertorio. Estamos muy contentos. Ya hay puntas para tocar en distintas partes. Y la gente está ávida, todos los que llevan nuestras obras en su corazoncito, que se acuerdan de ‘Córdoba Va’, de ‘Dirigible’, quiere, quiere. Fue una época muy fuerte y quiere renovar todas esas vivencias. Ya hay muchos pedidos...
HS: Ya somos disco de Platino... (risas)
SK: Pero pretendemos ser disco de Uranio... (risas generales) Hablando en serio, lo que creemos es que la aparición de este disco va a generar trabajo. Y esa es la razón del disco, el disco ya no es negocio, sólo en un circuito, en un mercado. Pero sí es un medio de comunicación fundamental para los músicos, además de testimonio de un momento. Y también una herramienta para seguir tocando.
HS: Es una herramienta para difundir lo que hacemos.
AB Ya pocos compran discos, lo que queda es el materia intangible: la música.


“Están llevando a otra parte / los oídos de la gente / Les están quitando sus adentros / Sus misterios, sus espejos / ¿Quién viene a mirarse en mi canción? / ¿Quién viene en auxilio de este amor?”.
Canción espejo
HS


El trío, con tanto escenario como años sobre el lomo, está junto desde el año 2004. Pero se conocen desde hace mucho. “La primera vez que toqué fui invitado de Posdata” dice Borda, recordando los 80’ en sus inicios. “A Korn lo conozco desde hace 25 años”, dice Sosa. Y el círculo se cierra cuando decidieron estar juntos: “Nos planteamos hacer otra cosa. Poner las canciones de cada uno y transpirarlas entre los tres. Y eso fue bueno, fue una experiencia muy interesante desde lo musical, empezamos a armonizar con tres guitarras y tres voces cada tema. Empezamos a jugar con los colores de cada voz, con los arreglos que cada uno podía tocar. Y el disco es eso, la materialización de todo”.

_Recordemos el inicio dela unión.
HS: El nacimiento del trío fue un hacer fuerza entre los tres, sumando la historia de cada uno, sumando el repertorio de cada uno, poniendo todo arriba de la mesa y compartiéndolo. ‘Nos pongamos cada uno la canción del otro como camiseta’ nos dijimos. Fue muy lindo el hecho de vivirlo, hubo un trabajo interno que nos gustó hacer.
SK: La idea era generar un espacio común donde fundir la obra de los tres. Un trabajo colectivo.
AB: La palabra lo dice, pero vivirlo es otra cosa.
SK. Y en el momento de hacerlo en vivo, también es muy interesante: ya no estamos solos.

“Una fotografía me recuerda el día / que empecé a volver / cargando la tristeza de una ciudad vieja / donde la dejé”.
A primavera.
SK


_En una sociedad no muy acostumbrada al trabajo colectivo, y más aún, con artistas menos acostumbrados a esto, ¿cómo se llega a un acuerdo a la hora de grabar un disco?
AB: Hubo buena química, mucho respeto al tratamiento de lo estético del otro. Hay entre los tres un respeto y admiración que hace que todo sea más fácil. Del otro venía la propuesta de hacer una canción mía y al revés. A ese nivel llegó la buena onda. Naturalmente.
HS: Nos gustan las canciones del otro. Al mismo tiempo, canciones viejas y clásicas no hubo que defenderlas a la hora de elegir el repertorio. ¿Dirigible?, claro, Dirigible. Río de miel, claro...
SK: Hubo un criterio equitativo. De alguna manera cada uno proponía su canción. Y se respetó el criterio de cada uno, eso funcionó muy bien. Horacio tenía el poder para determinar si le gustaba tal arreglo en su canción. Y tiramos sobre la mesa todo y se fue armando de una manera natural. Cada uno sintió que la canción se enriquecía con el aporte del otro.
HS –interrumpiendo-: Pero hay un nivel de chicaneo interesante. ¡Hay que decirlo! Por ahí con Ariel le rechazábamos algo a Sergio y el decía ‘ta bien, ta bien’. O al revés. Pero siempre lo llevamos al terreno del humor.
AB: A la hora de grabar, cada uno metía sus arreglos sin que el otro se enterara.
HS: Y decíamos: ‘En principio, no me gusta...’ Pero a la semana estábamos todos contentos. Había una elaboración. Cuando empezás a grabar, cuando ya están las voces y los acordes básicos, el disco te permite meterle adornos, poner violín y chelo como hicimos en un tema; o el Ariel que pensó que en otro tema podía estar Pancho Castillo con un solo de clarinete. El disco despierta ideas.
AB: ‘El Arbolito’, de Sergio, me sonó renacentista y le metí un colchón de flautas renacentistas. Lo grabé y se lo mostré. Y le gustó.

“Me iré en un dirigible a plaza España / pues antes de morir quiero observar / los edificios mis grises montañas / y mi alma errante por la peatonal / y mi alma errante por la peatonal”.
Dirigible
AB

_Desde que están juntos, el espectáculo que realizan se llama ‘Bajo el mismo signo’. ¿Cuál es ese signo?
HS El signo es virgo, porque somos todos virginianos –lo dice en serio y enumera las fechas de cumpleaños de los tres: dos coinciden y el otro es dos días antes- Pero es un doble sentido. El mismo signo es el mismo perfil en común.
SK: La canción es el otro signo.
AB: O la mirada o la postura desde dónde estamos mirando, porque coincidimos en lo ideológico fino. Nuestra canción habla de lo mismo. Estamos hablando de las mismas cosas. Hay mucha coincidencia, quizás por una comunión generacional y también ideológica; humanista, socialista, o bien, preocupada por lo social.

_En función de ese’mismo signo’, cuando se habla de ustedes en la crítica, sobre todo en otras provincias, se habla de la ‘canción cordobesa’. ¿Qué le aporta Córdoba a la trova?
AB: Córdoba es una suerte de ciudad muy cosmopolita. Tal vez, la más cosmopolita del Interior; y a una escala latinoamericana por sus estudiantes: distintos paisajes, climas, ritmos. Mucha gente de países limítrofes. Y mucha gente joven, lo que la hace un caldo de ebullición permanente, algo que viene desde la época del barrio Clínicas. Esa síntesis es muy interesante para que la expresión sea muy abarcativa.
HS: Somos algo distinto del cuarteto porque nunca terminamos de ser oficial para la ciudad, y al mismo tiempo, por una cuestión ideológica tampoco quisimos serlo. Siempre hemos sido marginales, cuando teníamos 20 y ahora que estamos más cerca de los 50. Creo que es complicado saber qué le aportamos.
SK: A mi parece que la canción es un testimonio, un reflejo del lugar donde vivimos. Lo que aporta es, ni más ni menos, lo que esta ciudad es: su paisajes urbano y rural, el cosmopolitismo, el crisol de gente. Pero no creo que sea muy diferente a lo que cada ciudad le aporta a su canción. Cada uno le da el color particular.
HS: Lo que no tenemos es el efecto legitimador de la industria. Distinto es cuando decís ‘trova rosarina’, que han tenido otra relación con la industria discográfica.
SK: Sí, pero la canción es un género más universal. Si los escuchás a Silvio Rodríguez o a Milanés, no ves siempre a Cuba. Ves al ahombre, al mundo.

“Quisiera iluminar / la sombra del terror / y sé que solo no podré / Quisiera no frenar / mi impulso de verdad / mi prédica de amor social / Quisiera dibujar el rostro del futuro / sin lágrimas en sus ojos”.
Quiero amar a mi país
HS

_Recién Sosa dijo que a los 20 años eran marginales, seguramente por opción. Y que a los casi 50, también. Esta segunda marginalidad, ¿es una opción o una obligación?
HS: Marginales en el sentido de que nunca hemos tenido el respaldo de la política oficial. Y también en el sentido de que nosotros mismos hemos peleado para que la canción sea autónoma en el qué decir y en el cómo decirlo. Nunca nadie jamás nos dijo qué decir.
SK: Estamos marginados de un mercado, del cual el Estado es cómplice.
HS: Hay una marginalidad elegida. Pero hay una marginación que no depende de nosotros. Y nosotros no somos las únicas ‘víctimas’.
SK: En Córdoba, el Estado no tiene una editorial musical con la cantidad de propuestas que hay.
Pepe Morlans –productor, se sumó a la charla más tarde-: En cambio, en Rosario la Municipalidad saca 30 discos al año. Hacen, hacen, hacen. Hoy en Rosario, el Estado regala a todas las embarazadas en el hospital municipal un disco de canciones de cuna, producido por ellos mismos. Una mujer tiene un hijo y se va con un CD con canciones de la ciudad para el bebé.

“La infancia dejó en la arena / los que no se llevó el tiempo a la deriva / corazón tierno, razón de la vida / El hombre regresa un día / y contempla al niño desde la otra orilla / cierra los ojos y se arrodilla”.
Río de miel
SK

_Comenzamos hablando de la necesidad en aquel renacimiento democrático, que los tuvo a ustedes como las voces de la ‘primavera’ social’. En el mismo sentido, leía el otro día que la periodista Pate Palero los definía como los hacedores de “la música que le ponía letra a los sueños colectivos”. Ahora bien, contrastando aquellos años con estos, ¿cómo se construye hoy una canción cuando es más difícil hablar de sueños colectivos y ‘primavera’ social?
HS: Yo creo que estamos en un momento muy complicado. En la previa a la vuelta de la democracia, estábamos unidos por esa vuelta. Cuando pasó el efecto novedad, las opciones se vuelven más difíciles. Y sabemos que es el menos peor de los sistemas. Hemos vivido las utopías y sabemos que también fueron utópicos los métodos que se plantearon y que trajo mucha sangre. Estamos en un momento diferente. Y nosotros también estamos en otros momentos personales, en donde tu relación con el mundo la resolvés en tu micro mundo. Pero siempre en la medida en que tengas fuerte el frente interno.
SK: Lo que inspiraba antes era el hecho de sacudirse 7 años de Dictadura y comenzar a vivir una época que era una gran promesa. Este es otro momento, tanto en lo individual como en los social. Y los estímulos son otros.
AB: En el inconsciente colectivo había un enemigo identificado y había una puerta. Estaba muy claro hacia dónde había que ir. Respecto a lo que mueve ahora, sigo sin saber cómo se escriben canciones, sigo desconociendo el plan. Se dan así de simples, sin plan. Y lo que uno dice es lo que uno sueña, espera, cree. Necesitamos un ocio creativo que cada vez nos es más esquivo. Necesitamos el tiempo al pedo para estar con la guitarra y el papel adelante. Soñar con la música y las palabras. Hoy me cuesta mucho encontrar ese momento.
HS: Y pasa el tiempo y uno se pone más miedoso, más exigente, más estricto.
SK: Yo he optado por el reciclado de viejas ideas. A mi me pasa no tener la concentración mínima. Tan lleno de ruido que es un impedimento. Por eso vuelvo a viejas ideas.
AB: Y por eso es tan valioso que hayamos podido editar este disco. Son canciones sin molde. Son piecitas únicas. De colección, hechas a pura inspiración. A puro amor.

“Córdoba va / Y va”
Córdoba va.
Francisco Heredia.


RECUADRO
EL CUARTO MOSQUETERO
‘Cordobeses’ fue producido por Pepe Morlans, “el cuarto mosquetero –asegura el trío- No aparece en la foto pero tal vez es el más necesario. Es un gladiador.”

RECUADRO
CORDOBESES DE COLECCIÓN
El disco, en gran parte de las disquerías de Córdoba, reúne 16 canciones. 5 de cada uno y el cierre con la más consagrada: Córdoba Va.
Río de miel -de Korn y ganadora de un pre Cosquín- Quiero amar a mi país –de Sosa y cantada por, entre otros, Mercedes Sosa- y Dirigible –de Borda, clásico inexcusable de los 80’- son algunas de las obras de ‘Cordobeses’. Disco que se caracteriza no sólo por reunir lo más logrado del cancionero popular cordobés, sino también por dos hechos que suman mucho: Por un lado, una excelente calidad de sonido y grabación. Por otro, y más allá de toda técnica, por la calidad de las voces. El trío no es sólo sensible y comprometido, no sólo ejecutan bien la guitarra y hacen poesía pura. Cantan muy bien. Y eso no es muy frecuente.

Además, el disco cuenta con colaboraciones inestimables: Pancho Castillo, Bicho Díaz, Pancho Alvarellos, Zurdo Roqué y Palín Sosa, entre otros.
RECUADRO
LOS CORDOBESES
Horacio Sosa: Ex integrante de Posdata –con quien grabó dos discos- a principios de año presentó su último trabajo solista: Ocre. Además de haber inmortalizado Córdoba Va y haber grabado con Lito Nebia -"Línea del corazón", su primer disco solista- es docente en la Universidad de Villa María.

Sergio Korn: Ex integrante de diferentes agrupaciones de carácter instrumental/coral, en el año 2001 grabó en forma independiente Hotel de pasajeros. En el año 2000, Río de miel fue la ganadora del Pre Cosquín. Fue soporte de soporte de Jairo, Baglietto-Vitale, León Gieco, Carlos Di Fulvio y Peteco Carabajal.

Ariel Borda: Egresado de la Escuela de Niños Cantores de Córdoba, fue soporte de Juan Carlos Baglietto, Piero y Silvio Rodríguez, entre otros. Grabó Dirigible, Todo y Nada y Canciones. En 1986, Clarín lo consideró revelación del clásico Festival de La Falda. Hoy, entre otras actividades, dirige 6 coros.

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