miércoles, 29 de octubre de 2008

Ileana Sabattini

“Hay que trabajar en los partidos políticos”

“Acá hubo una consigna perversa: si sos bueno, no te metas en política” dice Ileana Sabattini, la hija de Amadeo, la opositora histórica a la UCR cordobesa de los 80’ y 90’.
Dedicada hoy íntegramente a su vida privada, Sabattini cuenta de de su padre, de Illia, de Angeloz y de la historia misma de esta provincia.


¿Cómo abarcar a Ileana Sabattini? Es tan profuso su pasado, tan amplia su historia que esta mujer que hoy vive al Sur de la ciudad, rodeada de caniches y sin los ruidos políticos de toda su vida, permitiría páginas y páginas de narración.
¿Cómo abarcar a Ileana Sabattini? ¿Como la hija de, como la hermana de, como la cuñada de, como la tía de, como Ileana Sabattini y su historia individual?
Es complejo. Hija de Amadeo, el gobernador cordobés mejor recordado en la historia del Siglo XX; hermana de Rosa Clotilde, emblema de mujer, para algunos, la Eva del radicalismo; cuñada de Raúl Barón Biza, personaje contradictorio y oscuro de la historia argentina; tía de Jorge Barón Biza, periodista y crítico de arte que a su muerte dejó una novela –El desierto y su semilla- que puede leerse como una de las mejores obras escritas en Córdoba; ella misma: conocedora de aquel gobernador inmutable que era su padre, amiga y funcionaria de Arturo Humberto Illia, diputada provincial en épocas convulsionadas, constituyente en el 87’, opositora a los líderes radicales de la provincia, candidata de uno de los partidos nacidos al calor del quiebre de la UCR, mujer política por naturaleza: Ileana Sabattini.
Su historia es ella. Y también, todo lo que la ha tocado en su historia personal y en la historia política de este país.

AQUÉL SABATTINI, HOY
Hoy, el hogar radical de Ileana Sabattini, se halla convulsionado. Pero no es, como en épocas pasadas, por hechos políticos la convulsión: es la nieta de Ileana que se casa. Paradoja: se casa el 17 de octubre. “Mi nieta ni se acordaba de la fecha. Era la única fecha posible. Es un día más. Si me pongo a hacer un análisis político, representa mucho. Pero yo no estoy aferrada a las fechas del pasado –dice Ileana- ni siquiera a las mías propias –y agrega rápido:- Tome su café que se va a enfriar”.

_ ¿Le cansa hablar de su padre?
_ No, no. Creo que hay un mandamiento que dice ‘honra al padre y a la madre’. Yo tenía adoración por mi papá. Éramos de esas personas que nos mirábamos y nos entendíamos.

_ ¿Y cómo lo recuerda en el marco del país actual?
_ Papá me solía decir algo que a mi me provocaba vergüenza, porque yo era una señorita buena. Papá me decía que lo peor de Perón era que había emputecido al país, no a los peronistas solamente, a todo el país. Eso quería decir que si Perón andaba con menores, si Perón robaba, si Perón se exhibía con lujos, si Evita usaba el avión para llevar los trajes a Europa… eso, a la gente que adoraba a Perón, se le iba incorporando como parte de un ideal, de una esencia. Porque cada persona es una integridad y no va a ser tan buen padre aquel que acostumbra a mentir, no va a ser tan buen gobernante aquél que acostumbra a disponer de recursos públicos. Papá fue una integridad, Perón otra, yo otra y usted también.

_Y el problema es…
_Cuál es la trama, la urdimbre de esa integridad.

_ Y la integridad que representaba su padre, ¿dónde vive?
_ Hablando de personas en particular, a mi me gusta mucho la Lilita Carrió, pero evidentemente no tiene poder de organización. Hay mucha gente bienintencionada, bien formada, con valores. Eso existe, lo que pasa es que acá hubo una consigna perversa: si sos bueno, no te metas en política. Entonces, no están dispuestos a congregase, a hacer núcleos que después puedan transformarse en partidos políticos. Y la democracia sin partidos políticos no funciona. Acá, en lo que hay que trabajar es en los partidos políticos. Yo trabajé en ello desde que papá murió. En el año 60’, yo tenía 30 años en ese momento, hacía lo que papá me mandaba, ‘andá a ver a este, decile tal cosa, no le digas tal otra’. Me ha tocado a hacer cosas importantes.

_ ¿Era la mano derecha de su padre?
_ No, de ninguna manera. Cuando papá fue gobernador yo tenía 6 años. Papá, mano derecha mano derecha, no tuvo. Tenía un secretario que hacía lo que papá le mandaba, pero papá era muy personal. Discutir las opiniones lo hacía quizás con mi hermano Alberto, que era 10 años mayor que yo. Y de personas políticas del momento, un poco con Illia y después, escuchaba. Papá escuchaba mucho, siempre se rodeaba de gente que sabía más que él. Él escuchaba

_ Hoy vemos pocos hombres así.
_ Es que vemos poco, vemos poco. Hay, pero no tienen el acompañamiento. Papá en el 30’ organizó una contrarrevolución, cuando derrocaran a Yrigoyen. Lo descubrieron y papá tuvo que huir, fue a Paraguay y después pasó a Uruguay y después pasó a la cárcel, hasta que salió. Pero entraba a la cárcel a cada rato. Era bastante revoltoso. Pero se ve que era organizador.

_De la tradición yrigoyenista en la UCR, tras su padre y Santiago Del Castillo…
_ Quedó con Illia. Pero Alfonsín no era, Balbín no era.

_ Y los de Córdoba, tampoco.
_ De la boca para afuera. Angeloz lo admiraba a papá. Y a mi me tiene un gran respeto, un gran odio y un gran temor.

_ ¿Cómo es eso?
_ He estado 20 años en el partido siendo la oposición de él. Y yo me animo a decirle: Pocho, eso no se hace.

_ ¿Se lo dijo?
_ Sí. Él siempre dice que la única que le advirtió que no podía tener el tercer mandato fue la Ileana.

_ No la escuchó.
_ No, una lástima. Una vez me dijo que porqué no me había hecho caso a mi. Y le dije que le resultaba más fácil hacerle caso a los otros.

_ Volviendo: no representaba la tradición de su padre.
_ No, para nada. Él es una persona prepotente, papá era humilde; él es una persona que no escucha, papá escuchaba. Es una persona –y baja la voz, confidente- que no es honesta…

_ ¿Eso lo dice sin problemas?
_ Sí. Es una ingratitud, porque yo dirijo una fundación y el Pocho nos ayuda económicamente de su bolsillo. El tiene respeto hacia la persona de papá.

EL VICE QUE NO FUE
La palabra que más repetirá Ileana Sabattini durante buena parte de la mañana, es, como puede leerse hasta ahora, papá. Ni Amadeo, ni padre. Papá. Y resulta que papá, Amadeo, padre, además de ser gobernador de Córdoba, fue tentado con muchas cosas más en función de su prestigio bien ganado. Pudo ser candidato a presidente, pero dijo que no. Y pudo, sobre todo, ser el vice de Perón. Y ahí fue cuando su no fue más rotundo aún.

_ La planteo una situación hipotética: hagamos de cuenta que su padre, ante el ofrecimiento de Perón allá en el 45’, en función de que su perfil era la contratara del líder peronista, hubiera dicho: “Yo puede ser equilibro, el contrapeso: acepto la vicepresidencia junto a Perón”.
_ No, papá decía que si él hubiera aceptado, Perón se lo tragaba. Y cuando murió Quijano, y eran las elecciones y lo tenían congelado para no avisar que se había muerto, papá me decía: ‘Ves, vos que querías que yo aceptase a Perón, ahí me tendría en la heladera, así tiene a los vice: en la heladera’. Yo tenía 15 años y le pregunté una vez: papá, ¿porqué no le aceptó a Perón? Y me dijo: porque a un mentiroso no se le cree. Eso es lo que me dijo a mi. Después de la entrevista de papá con Perón, me la tuve que enterar por Illia, que era el que me contaba las cosas que papá no me contaba.

_ ¿Y por qué su padre no le contaba?
_ Porque no le contaba nada a nadie. Ese nadie no lo incluía a Tucho, mi hermano, pero si papá no lo autorizaba, él no hablaba. En cambio Illia me contaba las cosas que papá no me contaba.

_ ¿Y qué le pudo contar Illia?
_ Que Perón, apenas lo vio, lo palmeó y le ofreció la vicepresidencia. Y que papá le dijo: ‘No, pare, pare, ni usted puede ser presidente ni yo vice; usted es fascista y yo soy intransigente. Está ganando la guerra Estados Unidos y nos van a tener como colonia. Acá tiene que venir una gente que sepa tratar a Estados Unidos y que sea respetado por ellos, con una visión internacional. Y si usted quiere ser candidato por la UCR, afiélese y vamos a ver si la Convención lo nombra candidato’. Y se mandó a mudar.

EL REVOLUCIONARIO
_ Antes dijo que su padre fue bastante revoltoso. Y también muy perseguido, antes y con Perón.
_ Sí, primero se exilió como muestra de que no estaba con el régimen peronista. Cuando se le acabó la plata tuvo que volver a Villa María porque no tenía de qué vivir. Y el primer discurso que pronunció fue en Bell Ville, y criticó al presidente por su falta de honestidad. Lo tomaron preso pero papá adujo estar enfermo. Entonces estuvo con prisión domiciliaria, que no levantaron nunca. Siempre tuvimos en Villa María a un policía que estaba en el hall del consultorio, que le dábamos de comer y todo. Papá no salía. Y cuando había algún acto o algo así, se le escapaba, le decía que se iba a atender a una parturienta, ‘no te aflijas, ¿no?’, le decía al policía. Y se mandaba a mudar. Y cuando volvía, el policial le decía: Pero doctor, no me haga esto, que me hace castigar. Estuvo hasta el 55’. Unos 8 años así. Y nosotros estudiábamos en Rosario, y cuando papá se escapaba y se venia a visitarnos, ponían un policía en la esquina de nuestra casa. Y papá me decía que lo llame para que tome un café por lo menos. Yo en el 51’ me casé y me fue a vivir a Buenos Aires. Estudiaba el profesorado de francés y siempre tenía un tipo que me reseguía. Y ya lo conocía

_ Pese a su oposición a Perón, su padre tampoco estuvo de acuerdo con la Unión Democrática.
_ No estuvo de acuerdo, votó en la Convención, perdió y después ayudó a Tamborini y Mosca. Estuvo en el Tren de la Victoria, que recorría todo el país. Y en Santiago del Estero tirotearon el tren y una bala le perforó la oreja.

_ Hablando de balas y volviendo atrás en el tiempo: En 1930, tras el golpe a Yrigoyen, surgió un grupo denominado ‘radicales rojos’, entre los que estaba su padre.
_ Eran los rojos y los azules. Rojos porque eran más radicalizados, más principistas, menos oligárquicos, más populares.

_ Los rojos llegaron a levantarse en armas.
_ Estaban complotando permanente. No sé hasta dónde llegaron.

_ De todas formas, es el perfil de Sabattini que menos se conoce.
_ Sí, es lo menos público.

_ ¿Sabatini era un revolucionario?
_ No era un pacifista papá. Por más que después el admira la figura del Mahatma Gandhi, y que cree en el pacifismo –interrumpe y le dice a este cronista: venga para acá que le muestro dos cosas. Vamos al escritorio-.

Ya en el escritorio del hogar, la mascarilla “de papá cuando murió”. Y a su lado, una figura de Gandhi que tenía el mismo Sabattini. “Después se hizo pacifista ¨-cuenta- En el tiempo en que estuvo exiliado en un pueblito de Uruguay, allá papá cambió mucho, envejeció, o maduró mucho. Lo cambió mucho el exilio, la falta de familia, la soledad. De allá vino completamente pacifista. Pero papá era muy firme, decía no y era no”.

ELLA
“Mientras papá vivió, yo era la hija de Sabattini. Cuando papá murió, seguí siendo la hija de Sabattini, no tengo ningún dolor, ningún empacho, ninguna cosa en saber que tengo portación de nombre”, explica Ileana, y agrega ahí nomás que a partir de 1960 ella comenzó a tener protagonismo en el partido de su padre. “Cuando me eligieron como candidata a diputada (en 1973) Angeloz no me puso 1, 2 o 3, me puso en el lugar 17, para que peleara, para que recorriera la provincia con Víctor Martínez en la primera y segunda vuelta. Perdimos por muy poco contra Obregón Cano”.

_Antes de todo esto, tuvo su momento político más importante: vocal del Concejo Nacional de Educación en la gestión de Illia.
_Me fui a Buenos Aires con don Arturo. Estaba todo el día metida con el viejo. Yo estaba en el Concejo, pero a la hora del almuerzo, por ejemplo, agarraba el auto y lo buscaba él y le decía: “Viejo, tomamos una sopita juntos”

_ ¿Así le decía?, ¿’viejo’ le decía?
_ Sí… si era mi amor… Mi padre político, el que me ha dado más consejos, con el que más he hablado, fue Illia más que con papá, porque él no hablaba, yo era muy chica, después me fui a Rosario y me casé a los 20 años. Ya casada estuve con Illia en Buenos Aires y cuando a él lo derrocan, me divorcié y los dos nos vinimos a Córdoba y andábamos juntos todo el día. Era terrible el viejo… El vivía en Carlos Paz, en lo de los Conde, y me decía: “Ileana, nos vamos a Bell Ville”. Movilizaba a la gente para que no se quedara quieta en tiempos de dictadura. Con Onganía y hasta que murió. Entonces yo salía del Deán Funes, donde fui vice rectora y rectora, me iba a Carlos Paz a buscarlo y lo llevaba a Bel Ville hasta a las 4 de la mañana, y yo me tenía que levantar a las 7, pero él me decía que era temprano, que fuéramos a tomar un cafécito. Era terrible el viejo. En tantos viajes y tantas cosas hemos charlado mucho. Era terrible…

_ ¿Por qué terrible?
_ Era ocurrente, no se cansaba nunca, tenía una memoria de elefante…

_ Es curioso que tanto su padre como usted hayan optado por una línea en el momento de escisión de la UCR, mientras que su hermana Rosa Clotilde estuvo con Frondizi, en cuyo gobierno fue Presidente del Consejo Nacional de Educación.
_ Sí. Fue muy sencillo. Mi hermana estaba casada con Barón Biza, que era loco y borracho, entre otras cosas. Y en un momento ella tuvo que elegir: quedarse con su marido o quedarse con su familia. Y ella se quedó con su marido. El marido estaba evadido de la justicia en el Uruguay, pero no por razones políticas…

_ ¿Por?
_ Porque lo había baleado a mi hermano, en Villa María. Había querido balearla a ella, y el que recibió el balazo fue mi hermano. Y cuando fue el 55’, ella vuelve como si hubiera sido exiliada política. Y viene el radicalismo y no le dan cabida. Yo hablé con varios para que le dieran cabida a Clotilde, pero todos me decían que tenían que proteger al amigo, es decir, a papá, porque, me decían, ‘este loco va a seguir haciendo de las suyas’, por Barón Biza. Entonces ella, al no tener lugar en la UCR, se fue con Frondizi.

_ ¿Su padre le recriminó eso a su hermana?
_ No le habló más. Cortaron relación. No la recibió. No le recibió los hijos. No la vio más. Papá era durísimo. Cuando Clotilde lo va a visitar al marido a la cárcel, después de lo que había hecho en Villa María, papá le dijo: uno u otro. Casi le había matado un hijo. Le dijo: si estás con él….

HIPNOTIZADOS
Ileana es la única Sabattini con intereses políticos. Sus hijos, nada. Es sabido que de la tragedia que envolvió a la familia no quiere hablar. Ya se ha dicho todo. Frente a esto, resalta que la principal pintura del living de su casa sea un retrato de cuerpo entero de Miriam Stefford, primera mujer de su ex cuñado Barón Biza, que llegó a sus manos cuando se sacaron varios objetos del Ala, donde Stefford está enterrada. “Es un cuadro bueno, nada más” dice para explicar el lugar protagónico de la obra

Para las fotos, prefiere sentarse en el sillón de su padre. “Yo no sé cómo hacía, pero sentado aquí pelaba una manzana con una prolijidad… Yo le decía que se notaba que él era cirujano que podía pelar la manzana con cuchillo y tenedor sentado en este sillón….”, bromea. Y recuerda el trabajo final de su padre para recibirse de médico, que versaba sobre el parto indoloro. “Él creía mucho en la hipnosis. Hay enfermos que no se los podía sedar con medicamentos, entonces se los sedaba por hipnosis”.

_ ¿Y él traía a alguien que hipnotizara?
_ ¡No, papá hipnotizaba!

RECUADRO
_ Según un dato publicado en Wikypedia, su padre recibió una medalla del gobierno de Benito Mussolini.
_ No, no existe. No es cierto. Son los inventos de los peronistas… papá no era fascista, al contrario. Cuando lo llama Perón, él le dice: usted no puede ser presidente ni yo vice, usted es fascista y yo intransigente. Acá no podemos estar juntos.


RECUADRO
_ ¿Por qué su padre fue gobernador sólo una gestión de 4 años y nada más?
_ Porque papá decía que la política no es una carrera de honor. Que se ocupa un cargo, se lo ocupa bien, y después uno se queda de consejero. No quiso ser ni diputado ni senador ni nada de nada.

viernes, 24 de octubre de 2008

Los piratas nos hacemos cada día

Desde tiempos inmemoriales está instalada la idea de que lo bueno viene desde la cuna. O mejor: desde el útero. O tanto más: desde las células que generaron ese ser que se enorgullece de haber ‘nacido así’. Pero esta gran falacia no deja ver un costado humano tanto más interesante que los genes o la sangre o como se llame aquello que se trae, presumiblemente, desde siempre. Y con ello me refiero a la posibilidad de hacerse con el paso y el peso de la historia. Simplifico: es bueno traer cosas de la cuna. Pero tanto más es ir aprendiendo de lo que hay, para ser eso que hay.

Todo esto, ¿dicho para qué?. Para desmitificar una de las frases más utilizadas en el fútbol: “Yo nací siendo de ...”. La citada frase evoca una especie de intocable e inmaterial tiempo inexistente en que nos formamos sin saber un carajo de nada. Aburrido. Sin ser, ya pretendíamos ser. Yo debo decirlo: yo no nací de Belgrano. Me hice hincha de este club recién entrada la adolescencia, años más, años menos.

¿Y para qué me sirvió no ‘haber nacido de’? O bien: ¿sirve de algo esto que cuento?. Sirve. Sirve para racionalizar la pasión. ¿Es posible?. Capaz que sí. Veamos: uno elige ser hincha de un cuadro por cercanía –pobres los cordobeses que optaron por clubes de Buenos Aires, que es como ser hincha del Milan viviendo en Atacama-, por identidad, por los amigos. Yo me hice por el barrio. El barrio era pirata, mis amigos del potrero eran piratas y yo no tuve más remedio: me hice pirata. Dejé de lado esos viejos e impostados colores porteños que no sentía y me hice de Belgrano y empecé a ir a la cancha y me hice más amigo de mis amigos celestes porque íbamos a la cancha sin un mango y esperábamos que abrieran las puertas en el segundo tiempo para entrar con una sábana celeste que tenía nuestros nombres y esos sábados o domingos no dejábamos de gritar soy pirata, soy pirata. Desde la cuna soy pirata, cantaba yo también, mintiéndome a mí mismo y a la mayoría cordobesa. Acaso por vergüenza. Por el mito ese que dice que se tiene que ser desde que no se es.

Pero claro: acá interviene otra historia. Y es la de buscarle fundamentos a lo que uno ha elegido. Y que lo ha elegido por cuestiones que no hacen a asuntos de la cabeza. Pero, ¿cómo carajo uno le da fundamentos a esos colores, a esos once perros corriendo atrás de una pelota, a esos energúmenos que por decenas de miles llenamos una cancha y cantamos y cantamos y cantamos y cantamos?. Y lloramos. Sí señores: yo he llorado por estos colores y los 40 mil maricones que me abrazaron ante cada gol a favor, ante cada gol en contra, ante cada travesaño estallado, esos 40, 50 mil maricones también lloraron en mi hombro. ¿Cómo entonces darle razones a lágrimas incomprendidas?

Para la búsqueda de esa respuesta, tuve que ir al pasado. Y bucear y reconocerme en ella y caer en la cuenta que lo que se siente por Belgrano no es más que años de historia, lucha, convicciones y mucho, pero mucho huevo.

Vamos por el nombre. Particularmente, jamás podría ser hincha de un equipo que se llame establecimiento, talleres, corralón o instituto. Jamás. Belgrano, en homenaje al prócer más desprendido y noble, pichón de jacobino, es un lindo nombre.

Vamos por el creador: Particularmente, jamás podría ser hincha de un equipo fundado por ingleses o por marcianos. No es chauvinismo. Es sensatez. Pero por un pibe de 14 que después fue casi un genio popular, puede ser. Porque eso fue don Arturo Orgaz, nuestros fundador, uno de los cordobeses más destacados del Siglo XX. Tenía 14 y con los muchachos de la barra fundaron Belgrano en 1905 y le pusieron los colores de la patria. Unos años más y Orgaz protagoniza la Reforma Universitaria junto a otros ilustres como Deodoro Roca, Gregorio Bermann y Saúl Taborda –que ruego a los cielos, se hayan hecho piratas-. Unos años más y es el padre del socialismo local, al cual representa como candidato a gobernador y a vicepresidente de la Nación. Y después, periodista, poeta, pensador, docente universitario, abogado. El senador provincial que le dio a Córdoba el descanso de los sábados -¿para ir a la cancha?-. Por siempre, el mejor orador que tuvo la Doca en su historia. Un fundador con las letras bien puestas. Nada de inglesitos.

El barrio. ¿Podría yo ser hincha de un equipo que traiciona su origen y su muda a un barrio muy bonito, nulo de pasión?. Jamás. Alberdi es el barrio de Belgrano. Y Alberdi no sólo es Alberdi, también fue el primer asentamiento urbano de los últimos indios de estas tierras, que las tuvieron hasta que un gobernador vestido de azul y blanco les prohibió la propiedad comunitaria, les prohibió su lengua y esos ritos ancestrales que hoy añoramos. Alberdi fue un territorio libre, el último de la Córdoba conquistada. Después, Alberdi fue espacio de estudiantes que lo rebautizaron Clínicas, lugar desde donde se hizo la Reforma, la gesta estudiantil que acabó con la incidencia del clero en la Universidad Nacional de Córdoba –la segunda del continente- y se extendió a toda América latina. Alberdi es Cordobazo. Mientras los dictadores de entonces tenían sus bonitas casas en Bario Jardín, en Alberdi se alzaban barricadas y se protegía a los estudiantes y obreros que querían otra Argentina. Ahí estuvo Agustín Tosco, que, hay que decirlo, era de Huracán, pero su nieto lo entendió y hoy forma parte de nosotros. Hoy, Alberdi es una populosa barriada que vibra cuando por Orgaz viene bajando la marea celeste hacia el Gigante, nuestro estadio. Usted viera lo que es eso.

¿Y los títulos? ¿Son razones para darle argumentos a una pasión? Puede ser. Ser el primer equipo de Córdoba en jugar un Nacional -el de 1968- o el primero de la provincia en ganar un torneo de AFA –Regional 85/86- y el único equipo del mundo en tener de hijo a su clásico rival durante 15 (léase quin-ce) años, también son argumentos que hasta convencerían al mismo Sócrates de hacerse pirata. Ojo, a lo mejor lo fue y a mi se me escapa.

¿Y que la hinchada sea una sola, que cante todo el partido y aplauda y aliente hasta en los momentos más duros y difíciles –que han sido mayoría-, vale como razón a la sinrazón?. Otra buena razón razonada.

Y ahí está: no es necesario ‘nacer de’. Es mejor ir haciéndose ‘de’. Y tener sobradas razones para explicar que la historia de Belgrano no es más que la misma historia del pueblo de Córdoba.

Tengo un sueño, quizás el mayor: abrazar a mi hijo-tan pirata como el padre- y no soltarlo jamás el día en que Belgrano sea el campion. Sí, el campion. Y sé que ese día está llegando. Por Orgaz, por la Córdoba de los indios, la Reforma y el Cordobazo. Por el potrero y mi barrio pirata, por los amigos de la infancia que no volverá y por los hermanos de sangre color cielo que lloraron en mi hombro.
Ese día, celeste que arderá, está llegando.

martes, 21 de octubre de 2008

WALTER GRAHOVAC, MINISTRO DE EDUCACIÓN DE LA PROVINCIA

“No todos los cordobeses tienen una educación de igual calidad”

Ex gremialista y hoy integrante del gabinete de Juan Schiaretti, el Ministro de Educación Walter Grahovac reconoce la inequidad en la educación cordobesa.
También habla de política: se define kirchnerista pero defiende al gobierno provincial. Y dice que los 90 fueron “una grave y dolorosa confusión”.

La sede del Ministerio de Educación, incluida la oficina del Ministro, es la misma desde haces años. A esa oficina, en la que hoy es jefe, Walter Grahovac ingresó por primera vez hace más de 2 décadas como gremialista docente, cuando la democracia aún no había llegado. Y ya con la democracia y con él como Secretario General de la UEPC –cargo en el que estuvo 14 años-, fueron decenas y decenas las oportunidades en las que el actual Ministro estuvo del otro lado del mostrador.

“Si bien se han movido algunos muebles, está todo igual a aquella primera vez que ingresé”, cuenta. Y ante la ironía de este cronista sobre la paradoja de que los muebles aún estuvieran, el Ministro, más irónico y confidente, dice: “Porque son demasiado grandes”.
Militante gremial y “filosóficamente en el peronismo que se inspiraba en John William Cooke”, Grahovac dejó la UEPC en el 2002 y pasó a integrar las filas del Ministerio de Educación de la Nación, bajo las órdenes de Daniel Filmus.

LA DECADA PASADA
_ Su posición como gremialista fue claramente dura con los gobiernos radicales, pero cambió a partir de De la Sota en el gobierno.
_ Cuando asume Maqueda, el gobierno nos planteó un proceso de concertación que incluía temas de índole educacional y laboral: el Pacto de Calidad Educativa, que estableció una posibilidad de diálogo en torno de consensos alrededor de la política educativa. Incluyó eliminar el presentismo, que era extorsivo. Muy pocas veces se hizo un pacto de estas características. También hubo conflictos, desencuentros, criterios divergentes, pero me parece que el espíritu se mantuvo. Por eso en Córdoba, la conflictividad, más allá de la tensión, tiene marco de resolución posible.

_ Es decir, su balance de la gestión educativa de De la Sota no es negativo, pese a que la única idea que se tiene son las escuelas que se hicieron, muchas veces criticadas por razones de infraestructura y números poco claros.
_ Desde el gobierno de De la Sota hubo una mejoría comparado con Mestre, que estuvo poco tiempo pero con medidas muy profundas, como el desmantelamiento de la escuela técnica. De la Sota fue aportando una recuperación a lo había antes de Mestre. Creo que hubo un intento de mantener un vínculo con los sectores docentes no conflictivo. Sí hubo exasperación con algunas medidas y en el plano laboral, a veces se apelaba a decisiones pocos beneficiosas, algo que fue en el marco de la crisis 2001/2002. Pero eso no me gustaría juzgar, porque el país se desbarrancó en todos lados. A mi me hubiese gustado un poco más de impulso en el trabajo pedagógico y en la profesionalización docente. Tengo que ser sincero: en un país que se hundió, los que administraban trataron de sostener lo existente. Con De la Sota se empezó a recuperar la escuela técnica. Esa fue una decisión importante.

_ No obstante, el desmantelamiento de la educación técnica a nivel nacional la llevó adelante un gobierno con el cual De la Sota estaba identificado. De la Sota gana con Menem en el palco.
_ Es un tema interesante. Lo que pasó en Córdoba no pasó en todos lados, y la Nación somos todos. Si uno va a Santa Fe, la escuela técnica mantuvo las mismas condiciones, pareciera que no hubo menemismo. La Ley Federal, lo que provocó, fue una anarquía y dio discursos de los más variados: Mestre quería municipalizar las escuelas primarias en nombre de la Ley Federal y yo recuerdo que Susana Decibe, públicamente declaró que el gobierno nacional no apoyaba ni recomendaba esto.

_ Claro, pero ellos se sacaron las escuelas de encima y se las pasaron a las provincias.
_ Sí, pero con cierto consenso de las provincias. Lo que pasa es que con el neoliberalismo en el campo económico, mientras los educadores discutían cómo hacer un proceso de transferencia y federalizar el sistema, el Ministerio de Economía un día sacó un decreto en donde transfería las escuelas sin recursos. El núcleo dominante era la económica y avasallaron la educación.

HACIA DÓNDE CÓRDOBA
_ Cuál es el perfil productivo actual de Córdoba y qué coherencia tiene con el actual sistema educativo, en caso que sea necesario que la tuviese.
_ Sí, hay que tener en cuenta el perfil productivo y la formación de ciudadanía que tiene la Nación. La transmisión de conocimientos de valor universal, las pautas de reconocimientos comunes de cualquier estudiante del país, le corresponden a la Nación. Eso es un 50% de la educación de todo joven. La otra parte tiene que estar vinculada a la historia del lugar, al modelo de integración, de desarrollo productivo y también a lo que vaya soñando una sociedad en tener. Hace poco alguien hablaba que la radicación de empresas demanda educación. Y en términos históricos, es al revés: las empresas que tienen capacidad de valor agregado van a donde hay educación. Ahí están los proyectos estratégicos. Hoy Córdoba se está convirtiendo en lugar de empresas que se dedican a la producción de software, porque hay universidades que forman ingenieros y analistas. Si uno mira Córdoba creería que sólo debe haber desarrollo agropecuario, agro industrial e industrial, algo que pocas provincias tienen. Pero no es sólo eso: también son servicios de nuevas tecnologías y comunicaciones y humanidades.

_ ¿Y hacia ahí debe reorientarse Córdoba?
_ Lo primero que hicimos fue definir el tema de la educación técnica. Los cordobeses somos un poco localistas, pero no podemos seguir inventando ‘la cordobesa’, porque no le podemos garantizar a los cordobeses el reconocimiento de sus títulos en otras provincias. Si todo indica que para el título de técnico hay que tener 7 años de estudio y con una currícula determinada, no tenemos porqué ser distintos. El título tiene que tener el mismo significado que cualquier otra provincia. Por eso decidimos tomar las pautas nacionales y hemos ido más allá: no hemos reducido contenidos generales, porque la escuela técnica no es sólo para formar mano de obra, se están formando ciudadanos -mi amigo Filmus es sociólogo y egresó de una escuela técnica-. El proyecto de plan de estudios, contenidos y conocimientos va a ser el mismo que tengan los chicos que van a otro secundario más los conocimientos propios de una escuela técnica en su especialidad.

EL GOBERNADOR DE LA INDUSTRIA EN LOS 90’
_ Y cómo se armoniza esta idea de Nación y Provincia con la misma orientación técnica si, a prori, los modelos productivos difieren.
_Yo no lo percibo tan así. El modelo productivo no es distinto, al menos Schiaretti es una persona que no sólo cree en la producción sino que en su gobierno estamos tomando medidas que favorezcan la radicación de empresas, tenemos un fuerte vínculo. Hace dos semanas, para el Día de la Industria, lanzamos el padrinazgo de empresas a escuelas técnicas. La Renault apadrina la escuela de Lucio V. Mansilla. No tenemos proyectos distintos, pero sí Córdoba tiene una composición distinta a otras provincias.

_ Es paradójico esto que dice, teniendo en cuenta que el actual gobernador fue Secretario de Industrias del gobierno que más industrias hizo cerrar…
_ Es así, es así… Lo fue… Creo que cada circunstancia hay que explicarla en su momento histórico. No voy a hablar por Schiaretti, pero cuando Cavallo asume como Ministro, el país se había desbarrancado y la convertibilidad fue sostenida no sólo por un gobierno sino por todos los que votaron en forma consecutiva, primero a Menem y después a la Alianza. Había una fuerte convicción de los argentinos que ése era el camino, mientras muchos lo criticábamos.

_ Es decir, lo de Schiaretti fue una actitud demagógica: si la gente lo pide, lo hagamos.
_ Fue una época difícil En el 89’, cuando se amplia la influencia del neoliberalismo, muchos países tomaron estas medidas acompañado de otro factor que es innegable: la revolución tecnológica que cambió los modos de la producción. No sólo Schiaretti estuvo con Menem, también estuvieron Alberto Fernández y muchos otros. Yo creo que fue parte de la confusión de la época. Una grave y dolorosa confusión.

_¿Schiaretti estuvo confundido?
_No, no sé si Schiaretti, hablo en general. Cada persona tiene que explicarse. En el 89’ yo creía que Menem traía una posibilidad de mejora, aun reconociendo los gestos de Alfonsín para recuperar la democracia. Algunos empezamos a ver las consecuencias de Menem antes que otros. Y luego, la Alianza ganó con la misma idea. Da para estudiarlo.

EMPECEMOS A CONTAR
_¿Cuáles son los principales problemas de la educación en Córdoba?
_ En primer lugar, la desigualdad educativa que refleja la fragmentación social que hemos vivido los argentinos. No todos los cordobeses tienen una educación de igual calidad. Y para generar criterios de igualdad, el Estado tiene que operar con fuerza. Es un desafío que estamos asumiendo. Luego, la calidad, que es el resultado de varios factores, es el otro gran desafío, trabajar para aumentarla en términos integrales. Capacitación, apoyo material, herramientas pedagógicas, acompañamiento en los proyectos: es lo que hace falta. Tenemos que abordar la Educación Sexual.

_ ¿Y cuándo comienza a implantarse? Mundet –anterior Ministro- la había estirado hasta el 2009.
_Ya hemos empezado con actividades de capacitación para los docentes y con grupos de alumnos. Queremos llegar a toda la provincia con materiales y capacitación. No es enseñar geometría. Hemos preferido un camino más lento. Pero ya hemos empezado. Mundet va a tener razón; en el 2009 va a ser más masivo, pero no quisimos esperar hasta el año que viene. Y otro tema es la convivencia y la violencia, y la comprensión de las culturales juveniles, las tenemos que comprender porque no vamos a poder ayudar. Y vamos a elaborar códigos de convivencia dentro de las escuelas para establecer criterios de convivencia. Hay leyes y sugeriremos algunas medidas y después cada escuela lo amoldará su realidad. Es para que haya modos ciudadanos antes de las sanciones. No queremos llegar a la amonestación. No hay mejor norma que la que se construye democráticamente, para auto construir los propios límites.

LA HERENCIA
_ Antes de asumir, dijo: “hay que reconstruir todo”. ¿Estaba todo destruido?
_ Cuando estaba trabajando con Filmus, trabajaba con los sectores más pobres del país. Y cuando uno ve en la situación en que está la escuela, la ausencia del Estado, eso no escapa a nadie, ni siquiera a la ciudad de Buenos Aires. Está instalada la desigualdad, el abandono.

_El abandono por parte del Estado. En Córdoba, las escuelas pobres son para pobres.
_ Sí, pero entre la Nación y las provincias se viene haciendo un fuerte trabajo. Nosotros a los maestros de apoyo los designamos en las escuelas más vulnerables de la provincia. Y lo seguiremos haciendo el año que viene. Se están haciendo ingentes esfuerzos para que las escuelas a las que concurre gente más pobre tengan mejores condiciones. Y es un tema de equidad básica.

_ ¿Y cuál es el grado de equidad que hay a nivel educativo en Córdoba?
_ Nuestras escuelas más pobres, en general, están teniendo un importante aporte del Estado. A través de diferentes programas estamos invirtiendo.

_Y en este avance que habría para eliminar la inequidad, ¿en qué medida puede afectar la crisis financiera que atraviesa la provincia?
_ Por ahora, no hemos tenido que hacer marcha atrás en ninguno de los proyectos implementados. Y a partir del acuerdo con el tema de la Caja, seguramente no vamos a tener problemas de financiamiento en el 2009.


DE POLÍTICA VIVE EL HOMBRE
_A partir del conflicto entre el gobierno nacional, el provincial y el ‘campo’, Mónica Gutiérrez, referente K de la provincia, dijo que algunos K de Córdoba estaban “debajo de la cama”, porque no decían cuál eran sus posiciones. Se refería a usted y a Campana, entre otros.
_ (Piensa) Ayer cumplí 50 años. Milito desde los 15 años. Viví con mucha pasión, cometiendo muchos errores, tengo muchas desilusiones y grandes convicciones. Yo no soy la pata de nada, soy una persona que humildemente trato de aportar. Coincido con el proyecto nacional, pero no soy un títere de nadie. Tengo una enorme lealtad, y no vendo mi conciencia. No respondo a inquisitorias que me quieran hacer después de 30 años de exposición pública. Yo no estoy obligado a opinar porque algunos, por mera especulación, para rendir cuentas no sé a quiénes, me lo exijan. Yo creo que en el conflicto del campo, el gobierno nacional no tuvo el suficiente manejo político para evitar lo que pasó. La orientación del gobierno es correcta pero hubo variables que no fueron tenidas en cuenta. Y creo que también es leal poder disentir sin confrontar. Yo sigo apoyando al gobierno nacional, pero creo que se comenten errores.

_ ¿Usted se sintió identificado con la actitud de Schiaretti?
_ Sí, porque Schiaretti pidió diálogo.
_ Eso fue al principio, luego confrontó y terminó recibiendo a De Angelis…
_ Si uno no recibe a los referentes del agro, es no entender lo que es Córdoba.
_ Una posición mesurada fue la de Hermes Binner y otra, muy distinta, la de Schiaretti.
_ Pero hubo cuestiones políticas en el medio…
_ ¿Y no se sintió un equilibrista?
_ No, Schiaretti pidió diálogo, negociación, un término medio en las retensiones. Y no se nos preguntó a las provincias si estábamos de acuerdo. Y tenemos una ley de coparticipación injusta que no se modifica.
_ Que Schiaretti no reclamó en su campaña, para no enfrentarse en épocas proselitistas a los K.
_ Es probable, seguramente. De todos modos, hace falta una discusión federal.
_ ¿Usted se define kirchnerista?
_ Sí, pero hago una aclaración: trabajé con Filmus, apoyé al gobierno, pero por donde vengo y por mi formación, me considero una persona del proyecto nacional y popular. Y con aquellos gobiernos que beneficien a ese proyecto yo me siento identificado. Por ese motivo no soy crítico de Alfonsín.
_ ¿Y de De la Sota tampoco?
_ En algunas cosas ha contribuido a mejorar la situación de Córdoba y en otros, no sé si uno podría definirlo así, habría que discutirlo.
_ Sus intentos de privatizar EPEC y el Banco de Córdoba lo alejan de la idea.
_ Por eso. Me deja dudas. Pero la reapertura de las escuelas rurales, los planes sociales, lo acercan. A De la Sota le toco ese momento histórico donde el Estado se desarticulaba. En algunas cosas estuvo presente y en otras no.
_Sí en el juego: En Córdoba se abrieron más casinos que fábricas.
_ Sí, sí.
_ Volviendo a la 125, usted fue candidato a Diputado y podría haber estado en la Cámara. ¿Sabe qué hubiera votado?
_ No, no lo pensé. No se cómo hubiese actuado. Creo que hay que hacer una autocrítica de cómo se impulsó.

LOS JUBILADOS, LOS GREMIALISTAS
_ En relación a la Reforma Previsional, ¿hubiera aceptado bajar a la Legislatura, como dos Ministros, compañeros suyos del gabinete?
_ No sé, pero el mecanismo es legal y legítimo. Y por el sistema que hay en Córdoba, no lo veo mal. No me parece reprobable.
_ ¿Y la ley aprobada, le parece reprochable?
_ Como gremio, nosotros fuimos muy críticos, en el 91’, de la Ley que se sancionó ahí, iba a traer problemas de sustentabilidad a la Caja. Cosa que pasó porque se armó una ley para los amigos, invirtiendo el criterio de la solidaridad. No hubiésemos querido. No es una medida deseada, pero con ese déficit era imposible.
_ ¿Y quién fue el responsable?
_ Hubo una enorme responsabilidad de la Nación por no haber enviado los fondos.
_ Que la Caja no haya hecho balances durante 4 años…
_ Puede que sea culpa de la Caja, desconozco. Pero es llamativo que el Presupuesto haya contemplado 500 millones para Córdoba, hubo muchas excusas en el medio. La Nación se equivoca en no mandar el dinero. Entiendo el reclamo de los gremios, pero soy consciente que no se puede sostener este sistema jubilatorio.
_ ¿Y qué sintió cuándo ese domingo Córdoba se amaneció con la detención de los gremialistas y de la forma en que se realizó? Son, en parte, sus viejos compañeros de lucha.
_ Ese domingo no me agradó y tuve un sentimiento paradójico: no creo que esto sea una solución a los problemas, no me gusta que un trabajador tenga que estar en prisión. Pero hay formas y formas de defender los derechos. Yo creo que se equivocaron. Y te aclaro: en el 95’, las principales marchas fueron de los empleados públicos y de los docentes, porque el resto cobraba los sueldos en pesos –N. de la R: se refiere a Luz y Fuerza-. Y nosotros, que tuvimos 3 meses sin cobrar los sueldos, no rompimos una sola vidriera y no agredimos a nadie. El accionar que tuvieron los compañeros de Luz y Fuerza fue equivocado. Y creo que la democracia tiene que actuar con las herramientas de la democracia.

RECUADRO
“A Jaime (Ricardo) de vez en cuando lo veo. Cuando él estuvo en este Ministerio, tuvo una buena actitud con el gremio y de mucho trabajo con la educación. Mi relación con él viene de aquel momento. Mantenemos alguna relación. Si comete errores, está la Justicia. A mi no me consta”.


RECUADRO
_ En el Noroeste es muy auspiciosa la experiencia del Foro Productivo y el ITI. ¿Es posible pensar una experiencia similar entre Provinicia y empresas?
_Está el padrinazgo de empresas a escuelas públicas. Tenemos una comunicación muy fluida. Y estamos siguiendo en forma conjunta al ITI, vamos a apoyar la experiencia. Pero donde falte escuela técnica, creamos. No hay necesidad de que venga un empresario, es responsabilidad del Estado. Nos parece bien lo del ITI. Pero nosotros creamos la escuela, y en todo caso pedimos al sector empresario para que apadrine.

RECUADRO
LA NUEVA LEY
“Hemos establecido un Consejo de Políticas Educativas para discutir los temas de la agenda educativa. Y uno de los temas que vamos a abordar es la adecuación de la Ley Provincial de Educación, sancionada antes de la Ley Federal, a la nueva Ley Nacional. Hay que cerrar el bache legislativo que hay entre las dos leyes. Lo vamos a hacer en el 2009. Vamos a tener una ley provincial coherente con la Ley Nacional, la de Educación Técnica y la de Financiamiento Educativo. Queremos una Ley con el mayor consenso posible”.

_ Y sino hay consenso, como viene pasando, tienen la mayoría automática…
_Pero no nos sirve. En educación no hay que dirimir las cuestiones por un voto más o menos. Imponer una ley no sería bueno. Y Córdoba, con su historia, se merece una Ley votada por la mayoría.