martes, 1 de julio de 2008

VINALES

Vinieron a pinchar el tablero

Actitud rock, poesía de la tierra y sonido más cerca del punch punch electrónico: Vinales.
El primer y único grupo de folklore electrónico es de Córdoba y explican cómo se mezcla un DJ con Yupanqui.

Si hubiese que precisar algún término con cual identificar al género folklore como estilo y actitud, sin dudas que tradición y conservación de rasgos convencionales son algunas de las ideas aptas para entender cómo se articula el sonido y las costumbres de la cultura de tierra adentro, del monte y el algarrobo, el patio de tierra y la chacarera, el gaucho, la china y el alazán domado.
Y así, teniendo estas ideas por ciertas, a partir de las cuales se articulan las obras más preciadas del folklore nacional, a algunos se les ocurrió que a las convenciones Yupanquianas o de Andrés Chazarreta se le pueden sumar un DJ a ‘pinchar’ discos –no diremos, por ahora, tocar-, una guitarra eléctrica enfurecida y una percusión más cerca de un negro africano o un latino hot que de un paisano mateando.
Esa punta es la que genera Vinales: guitarra, percusión, DJ, teclados, batería, sampler, bajo y folklore. Vinieron a pinchar el tablero.

POR QUÉ PINCHAN
El vinal es un árbol propio de nuestro norte, de la familia del algarrobo, que se caracteriza por sus grandes espinas y por esparcirse fácilmente por el monte a partir de la bosta del ganado. Los vinales, al hombre de monte, le joden la vida. Porque se reproducen por cientos y pinchan.
Ellos ya pinchan. Habrá que ver por cuantos se reproducen.

Pero, ¿por qué pinchan?. A raíz de la difusión de algunos de sus trabajos en una radio masiva de esta ciudad, un reconocido actor cordobés se encargó de llamar a la difusora para dejar en claro su posición: Si Yupanqui estuviera vivo -dijo el actor- moriría de escuchar estas versiones de Piedra y Camino o Pa’l cachilo dormido.

_ Más allá de la exageración de este actor, en este primer disco interpretan a Yupanqui, a Chazarreta, a Arnedo Gallo, a Los Manseros Santiagueños. ¿Cómo creen que tomarían los autores el tratamiento que han realizado ustedes de sus obras?
_ Andrés Acuña –voz y teclados-: Y... Atahualpa se moriría de un infarto... por lo que se cuenta, era muy cerrado. Cuentan que una vez un músico le dijo, muy respetuosamente, que había hecho un arreglo de una zamba de él, y Yupanqui le preguntó: ¿qué, estaba desarreglada? Pero son cosas secundarias, elegimos los temas por lo que representan y no por lo que podrían pensar sus autores.
_ Federico Daghero –percusión-: También tiene que ver con ampliar la estructuras. Cuando largó, Piazzola fue muy rechazado. Julio Sosa o Edmundo Rivero, que eran los clásicos, no tenían nada que ver. Hay que creer en la propuesta de uno, sabiendo que hay gente a la que le va a gustar y gente a la que no. Hay que crear una conciencia de sonoridades distinta.

Como explica Daghero, quizás el logro más importante de Vinales es haberse animado en Córdoba –sí, en Córdoba- a crear una sonoridad distinta. La obra está hecha. Habrá –se deberá- entrenar los oídos.

EL AÑO EN CURSO
Vinales ya estrenó primer disco y mal no le fue: ya están pensando en el segundo. Mientras, aseguran que el 2008 es año para tocar y mostrar lo que hacen. “por ahora estamos armando el cronograma del año, el objetivo es tocar más seguido” aseguran Acuña –santiagueño afincado en Córdoba- y Daghero.

En la búsqueda por tocar, hay que ir haciéndose camino. Y para ese camino cuentan con la bendición de los referentes del folklore revitalizado: el Dúo Coplanacu, en cuya peña han demostrado esta idea. “En una de nuestras primeras presentaciones en la Peña de los Copla, como todavía no teníamos el disco, tuvimos que vender los demos” cuenta y aseguran que Julio Cantos -del Dúo- les dijo que Vinales iba a pegar en los ballet folklóricos. Y confirman que el pelilargo tuvo razón. Sólo basta escuchar Alma de Rezabaile o Del 180 para corroborar que sí: el asunto es para bailarlo e inventarse cosas nuevas.

“Banegas (Horacio) también metió máquinas” explica Acuña y asegura que “el disco está bárbaro. El es muy abierto. Y los músicos respetan mucho nuestra propuesta”, asegura. “Nos han dicho que con un primer disco ya hemos llegado lejos. En Córdoba, generalmente, se tiene la idea de que recién con el tercero uno ya tiene el camino más o menos marcado”.

Convencidos de que el rumbo es el correcto, además de pensar en tocar y mostrar esto nuevo que no se parece a nada –alguien que canta del bosque santiagueño mientras de fondo hay un sonido análogo a James Bond y no a un zorzal-, los Vinales ya están en el armado del segundo disco. “A diferencia del primero, que salió muy duro, va a tener versiones muy tranquilas. Con el primero salimos a reventar. Ahora lo estamos haciendo más tranqui”, explican. Y agregan: “Es un camino natural, tratar de mejorar. El primer disco está muy al palo, muy power. Ahora queremos un concepto más rítmico. Va a ser como el primero, pero lo vamos a pensar un poquito más...”, cierran, asegurando que para esta segunda vez, meterán temas propios “para mostrar de forma más contundente lo que hacemos”.
Es decir: seguir pinchando. Hace falta.

RECUADRO

VINALES SON
Andrés Acuña –piano, voz, teclados y sampler-, Federico Daghero –percusión-, Jorge Bonetto –guitarra- Sebastián Bergallo –bajo-, Oscar Alesio –batería- y la colaboración del DJ Federico Flores.

RECUADRO
PARA ESCUCHARLO

www.vinalesweb.com.ar

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