jueves, 7 de junio de 2007

CLAUDIO OROSZ

“Tenemos una justicia mediocre”

Reconocido abogado especializado en Derechos Humanos, Claudio Orosz analiza la situación de la Justicia provincial.
De la época en que el Poder Judicial de Córdoba fue señero del país a éste, mezcla de acomodos y farandulización.

LA INDEPENDENCIA
“Yo con ese concepto no estoy de acuerdo, –comienza afirmando Claudio Orosz cuando se le menciona la tan mentada independencia de la justicia-. Creo que la independencia es sólo la de los poderes concretos y efectivos, el Ejecutivo, el Legislativo y los poderes de facto. Pero de ninguna manera esa independencia puede significar asepsia, una justicia ciega, obtusa. Tiene que haber jueces comprometidos con la realidad social. La Constitución nos marca un programa determinado, marca que no podemos tener jueces fascistas, que hay que respetar procedimientos y que el Artículo 16 dice que todos somos iguales. Sin embargo, es una constatación fehaciente en el país y en Córdoba que la justicia trata más iguales a unos que a otros” sentencia.

Pese a todo, Armando Andruet –Presidente del Superior Tribunal de Córdoba- señaló a fines de febrero que la Justicia provincial es la mejor del país.
Sin duda la Justicia de Córdoba durante mucho tiempo fue la mejor del país, pero está acortando rápidamente los pasos que la diferenciaban de otras, en donde la sensación del maridaje entre el sector político, el sector policial y la Justicia, la convertían en una asociación ilícita. Los últimos años en Córdoba, principalmente a partir de la emergencia judicial, la Justicia ha desmejorado a pasos agigantados.

¿Entonces Córdoba tuvo una época de esplendor en su Justicia?
La Constitución tiene un diseño que señala, por ejemplo, que los juicios penales iban a terminar en Jurados Populares, cosa que no se hizo nunca. Durante muchos años tuvimos un proceso inquisitorial que era copiado a los de España. Y Córdoba fue una escuela señera en la década del 30’, en donde el juicio ya era oral y público. Fue el primer lugar del país. En la Nación se instrumentó recién en la década del 90’. Pero hoy, lo que está sucediendo -ya sea por presiones del sentimiento de inseguridad que existe, ya sea por la deficiencia de la clase dirigente en Argentina, entre quienes también están los que componen la Justicia- es que no hay una clara política de persecución penal y criminal ni en al República ni en la Provincia porque por más que haya respuestas interesantes –como la de los Juicios por Jurado Populares-, la realidad es la falta de consenso de una política criminal que debe ser marcada por el Ministerio Público y enmarcada en una política social, económica y en una política gubernamental estatal, que marque qué delitos nos van a interesar reprimir y cuáles nos van a parecer de bagatela.

¿Hay que marcar esta diferencia sí o sí? La idea general es que se atacan todos los delitos.
Hoy se le hace creer a la sociedad que cuanto delito se cometa se reprime, lo cual es una absoluta falacia. Hay algo que se llama la cifra negra, que son todos los delitos que no se investigan. Y que encima son irracionalmente decididos en Tribunales. Y cuáles son los que se investigan: los que tienen peso, querellante particular o escándalo periodístico. Y sino, pasa a un cajón. Lo que tenemos que hacer los ciudadanos es discutir, en el marco de una política racional sin pasiones, qué se persigue y qué no. En el tema drogas, los procedimientos siempre golpean al consumidor y jamás a una red grande porque normalmente hay intereses comprometidos. Podemos poner mucho énfasis en los delitos contra la propiedad y no en los delitos de guantes blancos o los delitos de corrupción; pero estos a su vez son los que producen la desocupación que lleva a un montón de tipos, sin justificar esto, al asalto domiciliario. No es el huevo o la gallina, es el huevo y la gallina.

¿Y cuándo empieza a decaer la Justicia en la provincia y que injerencia tiene el delasotismo en esta decadencia?
Hay millones de elementos, yo no lo ubicaría sólo en la etapa delasotista. En la Justicia había un sistema de remuneración, la Ley de porcentualidad, que establecía un porcentaje que cobraba cada empleado en relación a un miembro del Tribunal Superior y tenía que ver con el reconocimiento de las tareas. Esto se sacó en los gobiernos de Angeloz y Mestre. Mucha gente se fue por las malísimas remuneraciones, gente preparada teóricamente y en la práctica, cuestión esta última que parece haber sido reemplazada por sólo laboratorios teóricos. Luego, con los últimos Tribunales Superiores, vino el tema de realizar concursos, lo cual en términos absolutos es un logro, pero en términos realistas, para lo único que sirvió fue para que siga ganando el acomodado de siempre. Aunque nos cueste decirlo, es así, extraoficialmente te lo va a reconocer cualquier funcionario del Poder Judicial.

¿Cómo es el tema de los acomodados?
Normalmente gana el caballo del comisario. Agregale a eso la emergencia judicial, que hizo que a estos concursos se los dejara de lado; y parece que hubo, habría habido, podría haber sucedido, un acuerdo entre el Ejecutivo y el Superior Tribunal donde se habrían repartido los nombramientos. La calidad de los funcionarios judiciales ha bajado estrepitosamente. Obviamente hay una crisis de credibilidad en la Justicia y hay razones suficientes para que exista ésta. Las consecuencias se están viendo y se van a ver más a largo plazo. Hoy tenemos una Justicia mediocre y presionable por los poderes de turno.

RECUADRO
¿Qué develó el caso de Río Cuarto, que parecía ser no más que un crimen de alcoba y terminó siendo detonante de la realidad de la Justicia cordobesa?
Me enseña que la función estatal de impartir justicia requiere un mínimo de tranquilidad, de racionalidad, que hay cosas que no se pueden discutir públicamente. Marca la crisis de nuestras instituciones, que se jugaron su suerte en una detención. A esta altura, cuando la Corte Suprema ya ha dicho que el encarcelamiento preventivo es absolutamente excepcional, si los servicios de inteligencia de este país no se dedicaran a espiar las alcobas o a hacer campañas de desprestigio, sino a lo que tienen que hacer, en estos casos se podrían haber tomado otras resoluciones. Esto demuestra que la farandulización de la justicia no camina.

RECUADRO
Un advierte en el Superior Tribunal, un acentuado énfasis s en la cuestión técnica, pero que en la práctica no está dando frutos. No estamos teniendo mejores magistrados y funcionarios comprometidos con la realidad social. Sigue siendo una cuestión de laboratorio que poco tiene que ver con las necesidades de la gente. No son las ratas de laboratorios los que nos van a dar solución a los problemas. Un baño de sentido común, de sumergirse en la realidad no le vendría mal. El poder judicial tiene que estar embebido de lo que sucede en el país, tiene que estar en comunicación con el resto de las agencias del estado, sean Ejecutivas, sean legislativas y no tienen que ser ocultas, tienen que ser a la luz del día y no tiene que ser nada malo. Pero la realidad marca que la influencia política parece estar a la orden del día. Y decir que no existe es mentirle a la gente.

RECUADRO
LA SAGRADA FAMILIA
Por ser más amplia tiene características más aproximadas a la clase media argentina, pero la cabeza de los poderes están en relación con los otros poderes. En cuánto se dejan influenciar o no, es algo que sería bueno que los ciudadanos deberían tener en claro. No tengo dudas que los poderes judiciales del país son presionables por los poderes de turno.


RECUADRO
Si nosotros tuviéramos una Justicia con los pantalones o las polleras bien puestas, EN nuestra vida institucional habría habido hitos que nos hubieran salvado de un montón de cuestiones. En 1930, si hubiéramos tenido una Corte Suprema que hubiera dicho que es imposible considerar legal un Golpe de Estado como el de Uriburu a Yrigoyen... Trasladalo a la privatización de Aerolíneas Argentinas, con una Corte que hubiera actuado.


RECUADRO
JURADOS POPULARES
Uno debe apoyar a los juicios por Jurados Populares porque democratiza y quita el tinte aristócrata que tiene la justicia. Más allá de las críticas, yo creo que debería decidir si el hecho existe o no y un jurado técnico tiene que ver la figura penal. Pero sin dudas es una cuestión progresista y no, como muchos quieren hacer creer, como presión de Blumberg.


RECUADRO
“Mientras la Justicia siga siendo elitista, mientras siga estando en los palacios, esto no se va a solucionar”

RECUADRO
Hay estados del mundo que eligen fiscales a través de elecciones populares. En algunos lugares ha funcionado y en otros no. Si tuviéramos una clase dirigente digna, no sería tan grave que ellos mismos elijan los representantes de la Justicia. Pero estaría bueno que se discutiera la política criminal que se va a llevar adelante. Más que discutir cómo se elige el Fiscal General, hay que exigir antes la discusión con la sociedad.

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