viernes, 8 de junio de 2007

LEOPOLDO FEDERIDO

Señor bandoneón

Quizás la figura viva más representativa del tango, Leopoldo Federico es una leyenda andante del bandoneón y del 2 x 4.
El músico y dirigente de la Asociación Argentina de Intérpretes, de paso por Córdoba, no tocó, pero orilló los recuerdos de los mejores tiempos pasados y expresó sus sensaciones sobre la actualidad de la música que lo tiene como uno de sus progenitores.

Leopoldo Federico carga con 77 años de vida y miles de kilómetros andados con el fueye a cuestas por todo el mundo. Considerado uno de los mayores intérpretes del bandoneón en toda la historia del género, este porteño de ley guarda una relación especial con esta provincia. Cada vez que puede, recuerda que hace más de 50 años la luna de miel posterior a su casamiento lo encontró en La Falda. Y que en esos años, también debutó, en nuestra ciudad, con la orquesta de uno de sus tantos compañeros de vida: Astor Piazzola. “En el 47 debuté con Piazzola en Cruz Alta, una ciudad del interior. Ahí debuté con la orquesta típica de Piazzola. Después vino lo del Octeto Buenos Aires y todo lo demás. Y en esta ciudad debuté en un lugar que se llamaba El Patio, donde se tomaba sangría y hoy ya no puede tomar nada de eso” recuerda sin nostalgia y con ironía.

Pasado el momento de relacionar Córdoba con su vida, la referencia a la música y a ésta como su forma de existencia desde la temprana edad es obligada: “Empecé a los 17 años a vivir profesionalmente de la música, y tengo 77. Ya a los 12 estaba estudiando el bandoneón. Si no digo que la música es mi vida, ¿qué te puedo decir?, porque todo lo hice pensando en la música, en el tango y en el bandoneón, que me lo inculcó un tío. Siempre hay un tío en la familia que nos pone en camino, lo único que no le voy a perdonar es que a mí y a toda la familia nos hizo hincha de Racing, y ahora estamos sufriendo las consecuencias. Pero también soy hincha de la música y del bandoneón”.

• Hay quienes consideran que el tango es un género muerto. ¿Usted qué piensa?
• No, hay cualquier cantidad de nuevos intérpretes, gente joven que no sé de dónde han salido. Hay una cantidad increíble. Tengo gente que toca en mi orquesta y tiene sus conjuntos por otro lado. Hay una infinidad de músicos nuevos impresionantes, que tocan todos los instrumentos. Y mujeres que tocan el bandoneón, y muy bien. Estoy de acuerdo que no hay éxitos, de dónde radica, no sé. La difusión, la falta de creatividad, falta una figura, un cantante que meta un éxito. Con la muerte de Sosa primero y la de Goyeneche después, es como que nos quedamos solos. Hay mucha gente que canta bien, pero cantar bien no significa arrastrar multitudes. Pero el tango no desapareció. Yo creía que iba a desaparecer porque no había intérpretes. A Stazo le dije una noche, trabajando en Caño 14, que sin nosotros el tango se iba a morir porque no iba a haber quien lo toque. Y el discutió conmigo y por suerte me equivoqué. Hace como 30 años de esto. Y se llenó de músicos Buenos Aires.

Además, agrega a la danza como hecho fortuito para el mantenimiento arrabalero: “El baile es muy importante para el tango en su difusión en el mundo. El tango se conoce en el mundo gracias al baile. La gente está muy interesada en eso” señala, sin posibilidad de discutirle a este hombre que conoce Japón como su natal Balbanera, ya que en el país del sol naciente es un miembro más de la gran familia nipona tanguera. Desde 1976 a esta parte, han sido innumerables los viajes a Asia, en donde es considerado, sin ánimos de exagerar, el número 1.

LA OBSESIÓN DE GRABAR
Federico grabó su primer disco solista en 1959, dirigiendo su propia orquesta. Había pasado más de una década desde que su fama de eximio intérprete y compositor lo consagrara y recién entonces podía grabar. Y esa es una de las diferencias que encuentra con el presente. Tiempo atrás, señalaba: “Las costumbres han cambiado. En la época nuestra, un director, una orquesta, un conjunto, para llegar al disco, tenía que poseer una carrera de lucha y de éxito. El premio final era grabar. Ahora es al revés: todavía no sos nada y ya tenés un disco en la mano. Entonces todo el mundo lo tiene y se produce una saturación de cosas”.

Si bien cree que esa realidad no desfavorece a nadie, para él tampoco “se llega a nada. Hay un exceso en el mercado de producción y de tangos. Ninguno se destaca. No queda nada. Yo me acuerdo que escuchaba en Radio El Mundo a Aníbal Troilo y estrenaba “Romance de barrio”, por ejemplo. Los músicos al día siguiente pedían el arreglo. Era otra la elaboración de un éxito. Ahora no debería ser tan fácil tener un disco y difundirlo en la radio. No quiere decir que no merezca la difusión. Pero hay que recorrer un camino. Un cantor de tango cuando comenzaba como solista, como Edmundo Rivero, Alberto Marino, Roberto Goyeneche, tenía 20 años atrás de cantar en una orquesta”.
En ese sentido, Federico recomienda a los músicos jóvenes “no desesperarse por decir “grabé”.

LA HISTORIA
La de Leopoldo Federico es historia conocida. Tocado por la varita de Piazzola, Federico también hizo dúo con el guitarrista Roberto Grela y con el cantor que siguió en popularidad a Carlos Gardel: Julio Sosa, entre otros notables históricos.
Cuando éste último se lanzó como solista, Federico dejó todas sus actividades para acompañarlo. Juntos grabaron 64 temas para el sello CBS Columbia. Y en relación a Sosa, el músico confesó en notas periodísticas: “Con Julio Sosa fuimos a muchos lugares y siempre fue suceso por él. Pero de la orquesta quedó un buen recuerdo. Pasaron muchos años y muchos de esos músicos están vivos. Me gustaría que alguien organice una gira por esos lugares donde tocábamos con él. Yo llegué a soñar con el repertorio de Sosa, lo tengo todo y quiero tocar un tango con su voz grabada o con otro cantante. Armar una cosa así sería muy emotiva”.

• Otro de sus compañeros de viaje fue Piazzola ¿Qué sensación queda al recordarlo?
• Abrió un camino que no lo pudo vivir, porque todo lo que él hizo con la música, no lo pudo disfrutar. Él hubiera soñado escuchar a todos los pibes que hoy hacen su música. Hasta el día de hoy me sigo enterando de obras nuevas de él que no conocía. Este hombre debe haber vivido encerrado en algún lugar y escribía como una máquina día y noche. Yo conocí los copistas a los que él las daba las obras, y renegaban porque no les daba tiempo a copiar lo que él había instrumentado. No daba abasto, era increíble como escribía. No ha habido en el mundo del tango alguien que haya llegado tan lejos, con todo el respeto que siento por Decaro y por los otros tradicionales. Piazzola cruzó todas las fronteras.
• ¿Se lo reconoce en su justa medida?
• No en la manera en que debiera haber sido. Todo lo que viene es por rebote del exterior.

MI BUENOS AIRES ¿QUERIDO?
Con el convencimiento de que Buenos Aires no es el de otrora, Federico asegura que la ciudad ya no se disfruta como antes.

• Usted es un hombre de tango de pura cepa, le conoce el génesis. ¿Hoy se mantiene la mística que le dio origen al género?
• Han cambiado los tiempos, todo es distinto ahora. Lo que yo viví no lo voy a volver a ver. Una época de esplendor total con el tango; pero no sólo con el tango, con otro Buenos Aires, donde vos podías transitar por cualquier calle de cualquier barrio con lo que quisieras sin que nadie te molestara. Hoy la gente ya no sale, desaparecieron los bailes, sacaron las orquestas en vivo de la radio, desapareció el tango de la televisión. Han quedado sólo refugios y una manera tan distinta de vivir de la música con la que yo no tengo nada que ver.
• ¿Anhela aquella anterior forma de vivir?.
• No me quisiera morir sin volver a ver un café en la calle Corrientes con una orquesta en vivo.

XXXXX RECUADRO XXXXX
EL RECUERDO CON PIAZZOLA
“Yo había ensayado muy poco con la orquesta de Astor, recién comenzaba. Y en el viaje a Córdoba se perdió la valija del repertorio. Los demás que integraban la orquesta, Atilio Stampone, Roberto Defilippo, entre otros, tocaban de memoria, pero yo todavía no. Cuando llegamos acá, alguien dijo que había quedado la valija en el tren. Y Piazzola jodía mucho, era muy de hacer bromas, y me las hacía a mí. Y yo creía que éste me estaba haciendo preocupar. Pero era cierto que el repertorio se había quedado en el tren. Y esa noche del debut, sin las partituras, parecía un ciego tocando, y él me gritaba y me decía “tocá la p... que te parió”.


DESTACADOS

“Leopoldo Federico es considerado casi unánimemente el mayor bandoneonista de la historia”
Julio Nudler

DESTACADO
“Yo siempre me pregunté una cosa: el día que lleguen las finales, ¿el bandoneón me deja a mí o yo lo dejo al bandoneón? Tengo una duda con eso”.

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